Sánchez ante Merkel: “La UE nunca se ha construido a base de vetos”
La ronda del presidente augura una cumbre muy dura con el holandés Rutte como gran obstáculo
Pedro Sánchez aún no ha terminado el tour exprés por la UE que le llevará a La Haya, Berlín, Suecia y París, pero ya tiene bastante claro, según fuentes del Ejecutivo, que la cumbre de este fin de semana será durísima. Es casi seguro que no habrá un acuerdo. Y el principal obstáculo para lograrlo se llama Mark Rutte. El primer ministro neerlandés se vio el lunes con Sánchez y el viernes anterior con el italiano Giuseppe Conte, y el mensaje que trasladan desde el Gobierno italiano y el español es similar: Rutte está durísimo, no se mueve, y mientras los demás países frugales ―Suecia, Austria, Dinamarca― parecen más dispuestos a negociar, él sigue inflexible. Tal vez por eso el mensaje de Sánchez en Berlín, en una declaración conjunta sin preguntas con Angela Merkel, ha mostrado las graves dificultades para llegar a un acuerdo y ha señalado a Rutte sin citarlo. “La Unión Europea nunca se ha construido a base de vetos, siempre se ha avanzado en base a la voluntad de dialogar. Si retrasamos el acuerdo se va a retrasar más la salida de la crisis”, ha asegurado el presidente.
Pese a que era una declaración sin preguntas, al contrario de lo que hicieron el día anterior Merkel y el italiano Conte, que sí aceptaron varias cuestiones de la prensa, tanto el primer ministro español como la canciller alemana dejaron claro que la negociación no va por buen camino en este momento. “Todavía hay posiciones divergentes pero hay sintonía en que tenemos que actuar. El tiempo apremia. Alemania tiene voluntad de encontrar una solución de compromiso”, ha señalado Merkel. “Es una fortuna que tengamos a la canciller liderando la UE en el semestre de presidencia alemana en un momento tan crítico. España hará todo lo necesario para tener un acuerdo en julio”, ha dicho Sánchez.
Merkel ha recibido al presidente español en Berlín antes de que Sánchez viaje esta noche a Suecia para verse con el primer ministro de este país, el socialdemócrata Stefan Löfven, que lo recibirá en su residencia de verano, en Harpsund, la misma en la que en 1985 Olof Palme recibió a Felipe González y ambos se hicieron una recordada fotografía en una barca que aún cuelga en las paredes de La Moncloa. De regreso hacia Madrid, Sánchez parará en París para almorzar con Emmanuel Macron.
El movimiento de todos los primeros ministros es frenético, pero en especial el del italiano y el español, los que más se juegan, para intentar preparar un acuerdo este fin de semana en Bruselas o como máximo la semana siguiente en otra cita para cerrar la aprobación del fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros.
El lunes, la canciller admitió ante el italiano Conte que no estaba en condiciones de garantizar que los miembros de la UE logren un acuerdo en la cumbre que se celebra el 17 y 18 de julio en Bruselas. “No sé si alcanzaremos un acuerdo”, afirmó. “Aún no está seguro y el camino sigue siendo largo”. Merkel y Conte, que sostuvieron un encuentro en el palacio de Meseberg, a las afueras de Berlín, resevado para momentos importantes, se mostraron a favor de apoyar las propuestas para acortar las diferencias entre los estados de la Unión Europea para un presupuesto a largo plazo y un plan de estímulo.
Rutte, figura clave en las negociaciones, ha insistido en consagrar las reformas económicas como condición para acceder a los fondos, una exigencia que los países del sur de Europa aceptan siempre que se trata de cuestiones que estén en la línea de las marcadas por la Comisión Europea, esto es digitalización, capital humano, economía verde, pero no ajustes. Además, Holanda pide un derecho de veto sobre los planes de reconstrucción nacional y el desembolso concreto de la ayuda que tanto Italia como España consideran inaceptable.
Fuentes del Ejecutivo español señalan que Holanda se está quedando muy sola en esta reclamación y puede verse muy aislada en la cumbre. La presión está siendo muy fuerte y tanto españoles como italianos confían en que Merkel convenza a Rutte, aunque la alemana también está pidiendo a los dos grandes países del sur que cedan en algunos puntos para facilitar la flexibilidad del holandés. “Los Países Bajos serán solidarios, pero con la condición de que los países débiles establezcan sus propios colchones fiscales para la próxima crisis”, ha señalado Rutte hoy como resumen de la posición holandesa. “Claro que se debe garantizar que el dinero llegue al sitio correcto”, dijo Merkel durante la rueda de prensa conjunta con Conte el lunes, donde añadió que la línea dura de los llamados “países frugales” no deberá ser un obstáculo insalvable.
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