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Sánchez y Conte refuerzan en Madrid el bloque para defender el gran fondo de recuperación europeo

“La trágica experiencia del coronavirus ha unido más a nuestros países", señala el italiano en La Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), se reúne con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, en el Palacio de la Moncloa, este miércoles. En vídeo, Sánchez afirma en una rueda de prensa posterior a su reunión con Conte que Europa tiene que ser la "respuesta a la crisis".Vídeo: SANTI BURGOS | Europa Press

España e Italia unen de nuevo sus fuerzas en una gran batalla europea. Como en 2012, cuando Mariano Rajoy y Mario Monti se aliaron para frenar la ola de austeridad y forzar la intervención del Banco Central Europeo, ahora Pedro Sánchez y Giuseppe Conte, que se han reunido hoy en La Moncloa, suman fuerzas para torcer el brazo de los llamados frugales ―Holanda, Suecia, Dinamarca, Austria― que se resisten a aceptar la propuesta de la Comisión de un gran fondo de recuperación europeo de 750.000 millones de euros, 500.000 de ellos en transferencias directas que no tienen que ser devueltas, y 250.000 en préstamos.

“La trágica experiencia del coronavirus ha unido más a nuestros países. No podemos aceptar una rebaja de la propuesta de la Comisión Europea para el fondo de reconstrucción. Esta es una decisión política histórica. Por esto nos juzgarán los libros de historia”, ha dicho Conte en La Moncloa junto a Sánchez. “No hay un frente del sur. Hay países del norte que comparten nuestra visión. Este es un hito equiparable a la creación del euro e incluso los tratados de fundación de la UE”, le ha acompañado el presidente español. Ambos han mostrado con discursos épicos la importancia del momento y la unidad de intereses entre España e Italia, después de años de gran distancia política, como prueba el hecho de que no haya cumbre bilateral desde 2014. Ambos se han comprometido a convocarla este mismo años.

Sánchez y Conte, según fuentes italianas y españolas, tienen esta vez una coincidencia prácticamente total en intereses, estrategia y táctica. España e Italia son los dos países más afectados por el coronavirus y por tanto los que más se beneficiarían del fondo. Y esta vez, según fuentes de ambas delegaciones, cuentan con el respaldo clave de Alemania y Francia. Los cuatro grandes del euro están pues en sintonía, pero necesitan vencer las resistencias de los frugales, y para eso se verán en Madrid, para preparar la recta final, y para lograrlo casi están calcando su periplo europeo.

Conte acude desde Lisboa, donde estuvo Sánchez el lunes, y tiene previsto viajar a Holanda y a Alemania la próxima semana, igual que Sánchez, que añadirá también una escala en Suecia, un país gobernado por la socialdemocracia que sin embargo está siendo durísimo en las negociaciones y quiere rebajar la cantidad de transferencias para sustituirlas por créditos, según fuentes españolas. España e Italia unen fuerzas y multiplican viajes, llamadas y gestiones para llegar a la cumbre del 17 y 18 de julio en Bruselas con un acuerdo ya muy avanzado que deje sin espacio las resistencias de los frugales. Conte apoya también la candidatura de Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo, un asunto que también acerca a España e Italia y estuvo encima de la mesa porque la primera votación es el jueves. Sánchez se mostró de nuevo optimista.

El encuentro también ha servido para reforzar un eje España-Italia que lleva muchos años debilitado. La última reunión bilateral entre ambos países se celebró en Roma en 2014. Entonces Enrico Letta y Mariano Rajoy eran los primeros ministros. Monti había hecho también lo propio algunos meses antes de ser relevado. Letta cayó poco después, y desde entonces, con ambos países enfrascados en crisis políticas profundas, no se había vuelto a producir ningún encuentro al más alto nivel entre dos Estados acostumbrados a vivir de espaldas pese al sinfín de intereses que comparten.

Conte tiene un problema añadido al de España. El debate en Italia sobre la conveniencia de aceptar las condiciones del Mecanismo Europeo de Estabilidad (37.000 millones solo para Italia) es cada vez más encendido. Pese a las ventajas evidentes que presenta en esta ocasión, la oposición, capitaneada por Matteo Salvini, ha lanzado una agresiva campaña contra dicho mecanismo. El líder de la Liga sostiene que España, Portugal y Grecia no lo usarán. El Gobierno italiano necesitaba algún gesto de Madrid que desmienta esa teoría para demostrar ante la ciudadanía que se trata de una oportunidad interesante por el bajo coste de los intereses. Y Sánchez se lo dio. “No tiene sentido que creemos instrumentos y luego nos dé verguenza usarlos. El MEDE es una línea de crédito sin condiciones para gasto sanitario, para salvar vidas. Ojalá no nos veamos obligados a utilizarlo porque significará que la pandemia ha remitido. Pero son mecanismos como el SURE o el BEI, que sí estamos usando, que son respuesta de la UE, son una conquista”, ha señalado Sánchez ante las preguntas de la prensa italiana de si ambos países acudirán juntos al MEDE. Conte se limitó a señalar que estudiarán en su momento si acuden o no por razones técnicas.

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También se opone a usarlo en Italia el Movimiento 5 Estrellas (M5S), uno de los dos partidos que forman la coalición del Gobierno y cuyo apoyo necesitaría en el Parlamento para aprobarlo. En España este fondo de rescate europeo creado tras la crisis de 2008 no asusta tanto, pero el Ejecutivo de Sánchez ha decidido no acudir a él siempre que los mercados sigan prestando a un precio razonable, como está sucediendo ahora.

La próxima semana, el italiano exhibirá ante el holandés Mark Rutte, el negociador más duro, su reciente Decreto de Simplificación: reformas para inversiones en obra pública, menos burocracia, acelerar los tiempos de la justicia… Después, el lunes, verá a Angela Merkel en Berlín. Sánchez llegará a ambas capitales, si se cumplen las previsiones iniciales, un día después que Conte. El español está convencido de tener buenos argumentos como país que, hasta la crisis del coronavirus, estaba cumpliendo los compromisos del pacto de estabilidad y estaba logrando reducir la deuda y el déficit.

Sánchez cuenta además con el aval de un gran pacto con empresarios y sindicatos que ha firmado la semana pasada en España y que es un triunfo que puede exhibir ante un liberal como Rutte, muy alejado de las posiciones ideológicas de la coalición de Gobierno con Unidas Podemos. Rutte exige que las decisiones sobre la supervisión de ese gran fondo europeo y los programas de reformas que presenten los países para acceder a él se tomen por unanimidad en el Consejo Europeo, algo que le daría derecho de veto y que tanto España como Italia ven absolutamente inaceptable.

Por eso Sánchez y Conte han rematado este miércoles la estrategia frente a los frugales y especialmente frente a Rutte, y han discutido en qué cosas se puede ceder para evitar hacerlo en lo más importante: la cantidad de dinero disponible y la facilidad para acceder a él en los próximos años sin que las condiciones que se pongan impliquen una especie de nueva troika disimulada.

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