La Oficina Valenciana Antifraude pide a la RAE que incluya en su diccionario la palabra ‘represaliador'
La entidad propone el término para definir a los que tratan de intimidar o castigar a los que denuncian la corrupción
Como dijo el filósofo y ensayista George Steiner, lo que no se puede nombrar, no existe. Por ese motivo, la Oficina Valenciana Antifraude (AVAF) ha tomado la iniciativa y propuesto a la Real Academia de la Lengua (RAE) que incluya en su diccionario la palabra, ahora inexistente, ‘represaliador', en referencia a la persona que “castiga o toma represalias”. Igual que en su día, el jefe de la Oficina, Joan Llinares, reivindicó que no se llamase “delatores” a los denunciantes de corruptelas, este organismo pone ahora el foco en los que obstaculizan las denuncias o tratan de intimidar a los que desvelan las irregularidades.
Este organismo, creado en 2017 después del rosario de casos de corrupción investigados por los tribunales, recuerda que el pasado martes se celebró el Día Mundial de las Personas Alertadoras o whistleblowers en inglés, que tiene como objetivo reconocer el papel de todas aquellas personas que denuncian casos de fraude y corrupción. Coincidiendo con esa conmemoración, Antifraude ha iniciado los trámites para proponer a la RAE la inclusión en el diccionario de la palabra “represaliador”, inexistente en este momento.
El diccionario recoge el término “represalia”, usado más en plural, y la conjugación completa del verbo “represaliar”, con significado de “castigar, tomar represalias”, pero no la palabra “represaliador”. Si “represaliado”, que también se encuentra en el diccionario, es el participio de “represaliar”, y por tanto la persona que recibe una respuesta de “castigo o venganza como consecuencia de una agresión u ofensa”, “represaliador” es aquella persona que realiza dicha acción, según la reflexión de la Agencia Valenciana Antifraude.
La AVAF tiene entre sus funciones la protección de las personas que alertan, denuncian o informan de actos de fraude o corrupción, y constata que estas soportan en su vida diaria constantes actos de intimidación, presión o castigo como consecuencia de la denuncia interpuesta, la alerta o la información proporcionada para esclarecer los hechos de una investigación o para prevenir la corrupción.
En este sentido, recuerda que "los alertadores o denunciantes son una pieza clave en la lucha contra la corrupción. No obstante hacerlo supone situaciones de acoso laboral, hostigamiento, repercusiones económicas, expedientes disciplinarios injustos, acusaciones por delitos no cometidos e incluso el despido".
Dichos actos de castigo o venganza, las represalias, son ejercidos por las personas a quienes se refiere la denuncia o la información, o por personas de este entorno. Son los represaliadores, insiste la AVAF.
Joan Llinares, jefe de la Oficina Antifraude, un departamento que depende directamente de las Cortes Valencianas, ya advertía cuando accedió a esta responsabilidad que había que dejar de llamar “delatores” a los que denuncian la corrupción. Y el siguiente paso era ponerle nombre a los que la obstaculizan.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.