Sánchez pide apoyo al PP para una salida de la crisis sin los sacrificios de 2008

Lo peor de la pandemia ha pasado, y Pedro Sánchez ha dado por finalizada esta primera etapa con una comparecencia final sin preguntas ―algo que llevaba meses sin hacer― en la que se ha concentrado en pedir unidad y ayuda, en especial al PP, para afrontar una reconstrucción económica que será, según ha explicado, completamente diferente a la de 2008, y no conllevará los ajustes, el desempleo y el sufrimiento que tuvo la de entonces, porque las cosas han cambiado mucho, especialmente en Europa.

“Esta vez contamos con el apoyo europeo. En la anterior crisis, el egoísmo ahondó la división entre los países. Algunos vieron el paro como una penitencia que tenían que pagar los países del sur por sus supuestos pecados. Pero no fue esa supuesta penitencia lo que resolvió la crisis, sino la intervención decidida del Banco Central Europeo. Esta vez Europa debe salvar a Europa”, ha explicado un día después de la cumbre de la UE en la que no se logró acordar el descomunal fondo de 750.000 millones de euros que salvará las economías más afectadas por el coronavirus, en especial la italiana y la española.

Sánchez insiste en que la clave de la salida de la crisis está ahí, y por eso pide unidad y apoyo en especial al PP, y ha anunciado que convocará a los partidos para explicarles la estrategia de negociación española y pedirles apoyo. “España debe entenderse con España. Compartiremos la posición con los demás partidos y les pediremos apoyo. Europa debe vernos unidos. Gastamos demasiado tiempo en diferencias. Lo útil es unir esfuerzos. No podemos aceptar como algo natural que la política se convierta en un lugar de enfrentamiento y de odio. Nadie debe renunciar a sus ideas, pero sí al insulto, al acoso, a la provocación. Nos une una voluntad de convivir”.

El presidente ha insistido varias veces en que la legislatura durará cuatro años, un mensaje frente a los que dudan si la coalición resistirá el embate, y ha pedido rebajar el tono de la política para poder afrontar con calma los debates sobre la reconstrucción. Sánchez promueve por ejemplo una comisión mixta Congreso-Senado de “evaluación de la sanidad, la ciencia y la protección social”, esto es del estado del bienestar que más puede hacer frente a una crisis sanitaria como esta.

Sánchez ha cambiado completamente el tono y ahora ya habla de la salida del estado de alarma y de una nueva época, pero también insiste en que no se pueden relajar las alarmas. “Hubo que parar la vida para frenar al virus. El estado de alarma y el confinamiento han salvado 450.000 vidas en España y tres millones en Europa. Nuestra economía empieza a latir de nuevo. Pero seguimos siendo vulnerables. El virus no se ha ido. Por eso estamos preparando una reserva estratégica de material para hacer frente a futuros rebrotes. Estamos vigilantes pero también estamos orgullosos de lo que hemos conseguido juntos”, ha insistido después de agradecer uno a uno su esfuerzo a todos los colectivos que han soportado con más fuerza la crisis.

El Gobierno se prepara ahora para una etapa política muy diferente, en el que todo estará centrado en el debate económico y la colosal inyección de dinero público en la economía para sostener el tejido productivo. Ahí cree que también la oposición tendrá que modular su discurso, y de hecho ya ha empezado a verse en decisiones como el apoyo del PP al ingreso mínimo vital ―ni siquiera Vox se animó a votar en contra― y el probable respaldo de los populares al decreto de nueva normalidad y a inyecciones importantes como el plan del sector de la automoción o el del turismo.

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