Ciudadanos y ERC pugnan por marcar el rumbo al Ejecutivo en los Presupuestos

La vía ERC o la vía Ciudadanos. La mayoría de la investidura de Pedro Sánchez, o una nueva suma sin los republicanos y que una al PNV con el partido de Inés Arrimadas. En los próximos meses, la política española girará en torno al dilema al que se enfrentará el Gobierno de coalición para salvar la prueba de fuego de la estabilidad de la legislatura, los Presupuestos generales del Estado. “Mayoría transversal”, responde Sánchez, pero ERC y Ciudadanos no lo van a poner fácil: los dos partidos exigirán al Ejecutivo que elija entre uno de los dos, proclamándose incompatibles entre sí, en un pulso por marcar el rumbo a la coalición en La Moncloa.

Ciudadanos va a poner toda la disposición para un acuerdo presupuestario, aunque en la dirección de Arrimadas son conscientes de que el pacto se antoja muy complicado sobre todo por la presencia de Unidas Podemos en la coalición. Pero van a sentarse a hablar con pocas líneas rojas: están abiertos a participar de un acuerdo en el que no participe el PP, y tampoco van a romper las conversaciones por el hecho de que se reactive la mesa de diálogo con el Govern de Cataluña. “Lo relevante no es que se sienten, sino qué acuerdan”, indica una fuente de Cs al máximo nivel. Solo plantearán una línea firme: su incompatibilidad con ERC.

“El Gobierno tendrá que elegir”, dice uno de los máximos colaboradores de Arrimadas. “Somos incompatibles con ERC”, remacha. Ciudadanos quiere forzar la salida de los republicanos de la ecuación presupuestaria, y aguantará el pulso con el partido de Junqueras igual que lo hizo en las prórrogas del estado de alarma. “En la sexta prórroga, ERC se adelantó para cerrar el pacto con el Gobierno, pensando que así nos iban a expulsar a nosotros, pero una vez vimos que el acuerdo no hablaba de la mesa de diálogo seguimos adelante, y les dejamos descolocados”, remarca este dirigente. El escollo del acuerdo fiscal tampoco se ve insalvable en Cs, dependiendo de que los fondos europeos permitan margen para el gasto sin subidas impositivas excesivas. “Somos liberales, no nos gustan los impuestos. En un momento determinado, con hojas de Excel, sabiendo cuál es la ayuda condicionada de Europa, nos sentamos a hablar. De esta crisis se sale con la empresa”, defiende otro dirigente de la cúpula.

ERC plantea a Sánchez la misma disyuntiva. “No participaremos en ningún pacto que implique una salida neoliberal y que no acepte los derechos y libertades individuales y colectivos. Ese es el modelo de pactar con Ciudadanos”, aseguró el lunes el coordinador nacional, Pere Aragonès, también vicepresidente de la Generalitat. En los planes de los republicanos no estaba el cambio de rumbo de la formación que preside Inés Arrimadas. El tema preocupa, pero fuentes de la dirección de Esquerra creen que se trata de un acercamiento puntual y que, en los Presupuestos, la opción será la mayoría progresista. “No veo a Unidas Podemos aceptando el apoyo de Ciudadanos. No soportarían esa tensión”, asegura una voz autorizada en la dirección.

La idea de ERC eran muy distinta pero el calendario judicial y epidemiológico los han hecho saltar por los aires. El solapamiento del debate de los Presupuestos Generales del Estado con unas elecciones catalanas sería la peor pesadilla para los de Oriol Junqueras. Sánchez quería inicialmente aprobar las cuentas antes del verano, algo que daba margen a los republicanos para después enfrentarse a unas elecciones donde un puñado de votos, muy decisivo y muy volátil, flota entre Junts y ERC. La decisión del Tribunal Supremo de revisar en septiembre el recurso de Torra contra la sentencia por desobediencia que le inhabilita traslada la presión al otoño y al invierno. Junts per Catalunya llamará a las urnas cuando mejor le convenga y eso, recuerdan los republicanos, quiere decir cuando los republicanos estén más desgastados. La coincidencia temporal de Presupuestos y elecciones en Cataluña obligaría a tomar decisiones, en las que varios dirigentes republicanos aseguran que se primaría la carrera por la presidencia de la Generalitat.

Sin contar con un giro de acontecimientos, nunca descartable en la política española, que permitiera una suma que los incluyera a ambos, el dilema entre la vía Ciudadanos o la de ERC marcará la orientación del Gobierno de coalición. Ambas opciones tienen riesgos. ¿Asegurar el apoyo de ERC y de la mayoría progresista que invistió a Sánchez, y perder a Cs, con el riesgo de que el respaldo de los republicanos pudiera caerse en el último minuto por el calendario electoral en Cataluña? ¿O bien buscar el voto del partido de Arrimadas, un partido que obligaría a un enfoque más liberal, que tensionaría la coalición y que tras los Presupuestos podría dejar caer al Gobierno en cualquier momento? En la cúpulaavisan de que un posible pacto presupuestario no les convertiría en socios de Sánchez: “No nos gusta este Gobierno. No comprometeríamos su estabilidad”, advierten. La apuesta por un camino u otro puede decidir la legislatura.

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