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El Gobierno pacta con el PNV el decreto de nueva normalidad y ultima un acuerdo con Ciudadanos y ERC

El partido de Arrimadas condiciona su respaldo a una batería de mejoras técnicas en el texto que ha hecho llegar al Ejecutivo

El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, en el Pleno de la sexta prórroga del estado de alarma. En vídeo, declaraciones de Bal en una rueda de prensa este lunes tras la reunión ejecutiva del partido.Vídeo: LA VANGUARDIA / POOL / EUROPA PRESS | Europa Press

El Gobierno cuenta ya con el apoyo del PNV al decreto de nueva normalidad que aprueba este martes el Consejo de Ministros, mientras ultima un pacto con Ciudadanos y con ERC para intentar sumar la mayoría de la última prórroga del estado de alarma. El acuerdo con el PNV, hecho público por medio de una nota del partido vasco a última hora de la tarde, “salvaguarda el autogobierno vasco” y “despeja las dudas en cuanto a una posible recentralización o invasión competencial”, según el comunicado de los peneuvistas. Tras el pacto con el PNV, solo falta cerrar flecos con Ciudadanos y ERC, pero las fuentes consultadas ven próximo el acuerdo con todos.

El PNV se felicita de que gracias al pacto logrado con el Gobierno “se apuntan líneas de colaboración respetuosas con el autogobierno vasco y las competencias de las comunidades autónomas para el supuesto de una nueva situación de emergencia epidemiológica”, aunque la nota del partido vasco no da detalles de lo acordado. A pesar de que las comunidades que entran en fase 3 recuperan todo el poder de decisión a partir de este lunes, el borrador del decreto dice que el Gobierno, a través del Ministerio de Sanidad, se reserva la posibilidad de recuperar el control si hay un rebrote fuerte. La exigencia del respeto de las competencias de las comunidades era también una condición de ERC, así que el acuerdo con el PNV allana el camino con los republicanos.

La senda de la colaboración de Ciudadanos con el Gobierno no termina con el estado de alarma, a pesar de que, a diferencia de PNV y ERC, no apoyó la investidura de Pedro Sánchez. Tras su apoyo a las seis últimas prórrogas, Cs ultima un pacto con el Ejecutivo para respaldar también el decreto para la nueva normalidad, que está previsto que se apruebe el martes el Consejo de Ministros y que regula cuestiones como el uso de mascarillas. En paralelo, la negociación de La Moncloa con ERC para esa misma norma avanza también a pesar de que los republicanos exigieron este lunes una rectificación de los términos del decreto ante la amenaza incluso de acudir a los tribunales en caso de no atender sus exigencias.

El Gobierno sigue negociando a varias bandas los decretos que regularán la llamada nueva normalidad cuando expire el estado de alarma, el próximo 21 de junio. La Moncloa mantiene los canales abiertos con Ciudadanos y con los grupos de la mayoría de la investidura, y puede volver a conseguir una votación holgada gracias al apoyo del grupo de Inés Arrimadas. La relación fluye con Cs y el acuerdo para el decreto estaba ultimándose con el partido de Arrimadas a falta de resolver solo cuestiones técnicas, según las fuentes consultadas. En paralelo, ERC endureció sus condiciones y encareció su voto.

La relación es buena con Ciudadanos y ejemplo de ello es que el Gobierno ha trasladado al partido el borrador del decreto de la llamada nueva normalidad, antes de ser aprobado, para que Cs pueda introducir medidas que permitan su apoyo en el Congreso. El intercambio de papeles se hizo el fin de semana, y Cs hizo llegar a La Moncloa, tras estudiar el borrador, un paquete de mejoras para el decreto. Este lunes por la tarde quedaban algunos flecos por resolver, pero toda la discusión era sobre cuestiones técnicas y estaba muy avanzada, transmitieron fuentes conocedoras de la negociación, por lo que el pacto es inminente. Cs insiste en “no bajar la guardia” en la desescalada y sus peticiones van en la línea de ser todavía más precavidos en las medidas, pero las mismas fuentes evitaron dar detalles de lo pendiente para no frustrar las conversaciones.

La negociación para este decreto parte de lo acordado en los pactos para la quinta y la sexta prórroga del estado de alarma, cuando Ciudadanos exigió al Gobierno consensuar también un plan b para el momento en el que se levantara la alarma. Este primer decreto, que regula entre otras cosas la obligatoriedad de las mascarillas sin fecha final, sería la primera pata de ese plan b. La segunda está todavía pendiente de negociar, y son las posibles reformas legales que harían falta para imponer restricciones de movilidad si se produjera un rebrote de contagios del virus que obligara a un nuevo confinamiento. Cs quiere evitar que en ese caso se reactive el estado de alarma, ha estudiado las opciones legales y cree que sería necesario aprobar “algunos retoques” en leyes sanitarias y administrativas para posibilitar esas restricciones. Esas reformas aún no han sido discutidas con La Moncloa, y no forman parte del decreto que se aprueba hoy.

Todo lo que fluyen las conversaciones con Ciudadanos contrasta con las piedras que parecen jalonar la negociación con ERC, aunque a lo largo del día se ha ido avanzando y a última hora de la tarde los republicanos matizaron el inflexible discurso de la mañana, de manera que el acuerdo parece estar próximo. Los republicanos habían salido muy duros invitando al Gobierno a rectificar la normativa que preparan hasta el punto de que advirtieron estar dispuestos a tomar “medidas legales” para impedirlo. “No pueden cargarse un sistema de 30 años de historia. Se trata de un decreto que no es útil para Cataluña, reduce sus competencias”, criticó la portavoz de ERC, Marta Vilalta. El partido catalán había accedido a abstenerse en la última prórroga del estado de alarma a cambio de garantizar el retorno de las competencias una vez se acabara el plan de desconfinamiento. La portavoz cree que la regulación que prepara el Gobierno pone de manifiesto “las dos caras del PSOE” y dio a entender que se sienten traicionados.

Con todo, en ERC hicieron un llamamiento a la rectificación y se mostraron abiertos a pactar, lo que ya indicaba que esta vía tampoco estaba cerrada y el Gobierno podría conseguir, igual que en la sexta prórroga, una mayoría amplia que sumara a los votos de la investidura los de Ciudadanos. Pero el apoyo de ERC es costoso: Vilalta mostró también su descontento por el “insuficiente” reparto de las ayudas del Estado a las comunidades para atender la crisis de la pandemia, lo que se añade a su petición de preservar sus competencias.

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