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España impulsa nuevos protocolos para reforzar la UE tras la pandemia

Madrid es el primero que formula propuestas concretas para la transformación de la Unión Europea

La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, el pasado jueves en el Senado.
La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, el pasado jueves en el Senado.Fernando Alvarado (Europa Press)

España quiere que Bruselas lidere el ordenamiento de distintos sectores y actividades tras la pandemia de la covid-19. El Gobierno propondrá a la próxima Conferencia sobre el futuro de Europa una batería de protocolos sanitarios, turísticos, industriales y digitales que, a su juicio, deberían convertirse en referencia no solo para los 27 miembros de la UE, sino también para sus socios más estrechos y el resto de países partidarios de un orden multilateral. El texto es la primera aportación sustancial de un Estado miembro a la conferencia, aplazada el 9 de mayo y aún sin nueva fecha, que dará forma al futuro de la UE.

España se convertirá este lunes en el primer país que formula propuestas concretas para la transformación de la UE después de la pandemia. La acción diplomática se enmarca como contribución a la Conferencia sobre el futuro de Europa, una iniciativa de la Comisión Europea que, hasta ahora, solo había provocado debates sobre su propia estructura y organización.

La Conferencia debía haber comenzado el 9 de mayo, pero quedó aplazada por la crisis sanitaria. Y, aunque aún no hay fecha definitiva para su celebración, el Ejecutivo español coloca ya los primeros cimientos de una refundación del club que deberá incorporar las lecciones geoestratégicas de la covid-19.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, desde su Secretaría de Estado para la UE, hará circular a partir de hoy en Bruselas un documento que aboga por convertir al club comunitario en el eje central de un nuevo multilateralismo. En él, la seguridad sanitaria, la movilidad transfronteriza y la gestión de los datos digitales pasarán a ser claves en las relaciones geoestratégicas.

“La Unión, como principal ejemplo y valedora de la cooperación internacional, se encuentra en una situación óptima para lanzar una reflexión internacional sobre el contexto global post-covid-19”, señala el documento elaborado por el departamento del secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba.

Sin hacer mención a otras potencias, el plan español apunta claramente a que la UE se convierta en el antídoto para los países que no desean verse arrastrados por otros modelos tan imprevisibles y unilaterales como los EE UU de Donald Trump, o tan autoritarios y poco transparentes como la China de Xi Jinping o la Rusia de Vladimir Putin.

El texto hace hincapié en que la Conferencia sobre el futuro de Europa debe trascender su carácter interno, centrado en la revisión del funcionamiento de la UE, y abrirse a los socios más estrechos de la Unión —desde Corea del Sur o Japón a Suiza—, a los candidatos al ingreso y a las organizaciones internacionales (ONU, OMS, OMT) cuya supervivencia también está en entredicho en el mundo post-pandemia.

España centra su propuesta en cuatro puntos. El primero es la necesidad de pactar a nivel multilateral un nuevo marco frente a las pandemias globales. El segundo, una batería de protocolos de actuación, desde los aeropuertos a los museos, para salvar la industria turística, liderada a nivel mundial por Europa. El tercero plantea una política industrial que incluya la relocalización de parte de la producción en territorio europeo o acuerdos con países terceros que garanticen los ciclos de producción en todo momento. Finalmente, se propone el desarrollo de una autonomía digital que permita, además, ofrecer a países terceros la posibilidad de almacenar en servidores europeos los datos más sensibles.

La iniciativa española es, de momento, un primer esbozo. Pero ya incluye ideas muy precisas, como la creación de reservas globales de suministros médicos para situaciones de emergencia o el lanzamiento de una convención internacional que garantice el acceso a vacunas a precios razonables.

En el sector turístico plantea “el diseño de un sistema de tránsito de pasajeros seguro y operativo”, dado, reconoce el texto, que resulta inviable aplicar las cuarentenas de manera permanente. “Convendría estudiar la conveniencia de imponer controles sanitarios, bien con la compra de billetes o en el propio aeropuerto”, plantea España.

El documento español aspira a ser el motor de arranque de los debates. Hasta el confinamiento, solo Francia y Alemania habían presentado un documento conjunto, pero centrado, principalmente, en la estructura y funcionamiento de una conferencia pensada inicialmente para refundar el club en 2022. La intención de las instituciones, en particular del Parlamento Europeo, es retomar el proyecto tan pronto como sea posible.

Fuentes diplomáticas españolas consideran imprescindible que Europa articule cuanto antes sus propuestas para una nueva gobernanza global dado que EE UU celebra elecciones en otoño de este año. Si gana el demócrata Joe Biden, Europa podría intentar fortalecer de nuevo la relación transatlántica. Si sale reelegido Trump, la UE se arriesga a encontrarse con la demolición definitiva del orden internacional en el que nació y prosperó el club comunitario. “Gane quien gane, Europa debería tener ya preparada una respuesta”, aconsejan fuentes españolas.


Contrarrestar la narrativa autoritaria

La Conferencia sobre el futuro de Europa se había planteado inicialmente como un ejercicio de deliberación y de consulta ciudadana para remozar la Unión Europea y acercarla a la opinión pública. La espoleta de la convocatoria fue el fracaso en las últimas elecciones al Parlamento Europeo del llamado sistema spitzenkandidat, que pretendía reservar la presidencia de la Comisión Europea al candidato designado por alguno de los grupos políticos de la Cámara. Los Gobiernos rechazaron a todos los candidatos y optaron por Ursula von der Leyen, hasta entonces ministra alemana de Defensa y totalmente ajena al devenir de la capital comunitaria.

El Gobierno de Pedro Sánchez considera que la pandemia obliga a ampliar el ámbito de la reflexión. España recomienda, entre otras cosas, que se contrarreste “de manera solvente” la narrativa que atribuye una mayor eficiencia a los sistemas autoritarios en la lucha contra el virus, un relato que “parece haber cuajado en parte de la opinión pública europea y mundial”.

 

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