Al Jubeir, el influyente diplomático saudí que avaló la donación de 100 millones a Juan Carlos I
El hoy ministro de Estado se reunió dos veces en Washington y Basilea con el gestor de la cuenta del Rey emérito
Adel al Jubeir, 58 años, uno de los rostros más mediáticos de la política saudí, consejero del fallecido rey Abdalá Bin Abdelaziz, exministro de Asuntos Exteriores, actual ministro de Estado y número dos de la política exterior del país árabe, es la autoridad que supuestamente avaló el origen de los 100 millones de dólares que recibió en 2008 la cuenta de Juan Carlos I en la banca privada suiza Mirabaud, según documentos de la investigación judicial helvética a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
Arturo Fasana, gestor de la cuenta, se reunió en dos ocasiones con Adel Al Jubeir, la primera en julio de 2008 en la embajada saudí en Washington donde comieron juntos y la segunda en la terminal de la compañía área Jet Aviation en Basilea (Suiza). En ambas ocasiones, según el testimonio de Fasana al fiscal suizo Yves Bertossa, el diplomático saudí afirmó que el dinero era un regalo. El gestor asegura en su declaración judicial que preguntó si “era a cambio de algún servicio” y añade que el embajador respondió: “No, es un regalo para su hermano”.
La versión sobre la donación saudí aparece en el Know your client (conoce a tu cliente) documento bancario de la banca privada Mirabaud que cumplimentó Fasana cuando se abrió la cuenta en esta entidad bancaria de Ginebra a nombre de la sociedad panameña Lucum, cuyo primer beneficiario era el entonces Jefe del Estado. En el apartado correspondiente al origen del dinero se señala que se trata de una “donación gratuita” del rey de Arabia Saudí, entonces Abdalá Bin Abdelaziz. Fasana ha declarado que rellenó ese documento apoyándose en las citadas entrevistas.
El dinero entró en el banco suizo mediante un ingreso del Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país. La entidad estaba presidida por su entonces propietario Yves Mirabaud. El departamento de compliance (cumplimiento) de esta banca privada, entonces familiar, no puso impedimentos pese a que el primer beneficiario de la fundación Lucum era el entonces rey de España, en términos bancarios un Pep (persona políticamente expuesta), según la versión facilitada por el banco a la justicia suiza.
En base a esta documentación intervenida en varios registros , Yves Bertossa, fiscal jefe del Cantón de Ginebra que investiga esta cuenta por un presunto delito de blanqueo agravado de capitales, señala a Al Jubeir en la comisión rogatoria que envió el pasado mes de agosto al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón como la persona que supuestamente acreditó el origen del dinero. Abdel Al Jubeir no ha respondido a las preguntas enviadas por este periódico al Ministerio de Asuntos Exteriores saudí.
Fuentes próximas a la investigación judicial suiza aseguran que no consta que Bertossa haya recabado el testimonio del diplomático saudí para acreditar si realmente el gestor de la cuenta Arturo Fasana se reunió con él para que acreditara el origen de los 100 millones de dólares. El gestor de la cuenta ha declarado al fiscal que la acreditación del origen del dinero fue solo verbal, es decir el testimonio del embajador, no documental. Fuentes judiciales esgrimen que Arabia Saudí no suele responder a las comisiones rogatorias de los juzgados europeos.
Bertossa se refiere a Al Jubeir al describir la apertura de la cuenta Lucum asegurando que a principios de 2008 Juan Carlos I contactó con el abogado Dante Canónica y el gestor de fondos Arturo Fasana “para crear una estructura en la que recibir una donación del rey de Arabia Saudí”. Y a continuación señala que Fasana se reunió con el embajador de Arabia Saudí en Washington Adel al Jubeir quien les confirmó que la suma recibida procede “del antiguo rey de Arabia Saudí y se trata de una simple donación gratuita”.
En 2012 un total de 64.8 millones de euros procedentes de esa cuenta se trasfirieron a una cuenta de Corinna Larsen en el banco Gonet y Cie en Nassau (Bahamas). El fiscal suizo investiga si el citado ingreso responde al pago de una supuesta comisión por la construcción del AVE de la Medina a la Meca por un consorcio de empresas españolas liderado por OHL. La defensa de Larsen lo niega y asegura que se trata de una donación.
Abdel al Jubeir es un experimentado diplomático y el primer ministro de Asuntos exteriores que no pertenece a la familia real. Forma parte del servicio diplomático saudí desde 1987, se graduó en Políticas y Económicas en la Universidad de North Texas, y en 2005 el rey Abdalá Bin Abdelaziz le nombró consejero de la Casa Real.
Fue embajador en Washington (2007-2015), etapa en la que el FBI desarticuló un plan supuestamente urdido por Irán para asesinarle, según desveló Hillary Clinton, entonces secretaria de Estado.
Además de la guerra en Yemen, uno de sus grandes retos diplomáticos ha sido responder al asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí de Estambul. Fue el primero en calificar la desaparición del reportero como un asesinato y lo definió como “un tremendo error” en declaraciones a la cadena estadounidense Fox.
Durante una visita a Madrid, en noviembre de 2017 Abdel Al Jubeir concedió una entrevista a este periódico en la que refiriéndose a la purga y detención de 200 príncipes y empresarios saudíes respondió así: “cuando hay corrupción no hay justicia. Cuando hay corrupción hay derroche y mala gestión. Hay que tener un gobierno limpio y que rinda cuentas”.
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