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EL PULSO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Hola, desconocido, cuéntanos tu vida

Más de 65.000 personas han participado desde 2009 en el proyecto ‘The Strangers Project’, donde resumen su existencia en un trozo de papel.

Visitantes de una exposición de The Strangers Project en Washington Square Park (Nueva York) en mayo leen mensajes dejados por algunos de los participantes.
Visitantes de una exposición de The Strangers Project en Washington Square Park (Nueva York) en mayo leen mensajes dejados por algunos de los participantes.Elizabeth Wake (Alamy) (Alamy Stock Photo)
Ana Vidal Egea

Brandon Doman miraba a los desconocidos pasar y se preguntaba cómo sería su vida, como hemos hecho todos alguna vez. Pero en 2009 dio un paso adelante y decidió ir más allá: ofrecer lápiz y hojas en blanco a aquellos que quisieran compartir anónimamente su historia. No sabía si el concepto funcionaría, pero se sorprendió cuando consiguió 10 historias tan solo el primer día. Así fue como dio comienzo The Strangers Project. Desde entonces, más de 65.000 personas han resumido los acontecimientos más importantes de su vida en una cara de papel. Las historias quedan atesoradas en la página de Instagram y en un libro que fue publicado por Harper Collins. Desde el 18 de mayo hasta el 8 de junio, cientos de esas historias se exhibieron en el Oculus del World Trade Center de Nueva York, el edificio diseñado por Santiago Calatrava. Es la mayor exposición del proyecto que se ha hecho en sus 13 años de existencia.

La historia de cada persona adopta en ocasiones la forma de un poema o dibujo; a veces se condensa en una experiencia significativa, otras en un pensamiento. La condición es que tienen que ser escritas in situ y a mano. “Creo que ayuda a las personas a reducir la velocidad y a conectar con lo que les está ocurriendo”, explica Brandon, que ahora tiene 36 años. “No busco historias perfectas. Además, la espontaneidad hace aflorar la creatividad y la necesidad de estar presente anima a participar a muchas personas que de otro modo no lo harían”. Doman viaja por todo Estados Unidos y exhibe la vida de algunos de esos desconocidos en plazas públicas, donde a su vez invita a otras personas a escribir la suya.

Yo lo encontré el primer día de mayo en Washington Square Park, donde se le puede ver más frecuentemente. La plaza estaba cargada de vida porque era un domingo de muchísimo sol y Nueva York volvía a brillar en todo su esplendor, como antes de la pandemia. “Mi primer trabajo en la ciudad estaba justamente enfrente de donde estoy sentado ahora. Fue al principio de los años ochenta y yo vivía con mi novia en East Village mientras empezaba a conocer la ciudad que amo. Por entonces alguien me preguntó si había probado la heroína. Veinticinco años después seguía enganchado a diario. Hoy hace cinco que estoy física y mentalmente libre de drogas. La vida vuelve a ser buena otra vez”, puede leerse en una de las páginas colgadas con una pinza de madera a una estructura.

Hay historias de adopciones, de alcoholismo, de rupturas. En tres ocasiones alguien ha pedido la mano de su pareja escribiendo espontáneamente en el papel. “Tengo 55 años y nunca me he enamorado. Quiero saber qué se siente. Hay quien dice que el amor ni siquiera existe. Hay quien dice que solo sucede en las películas o que es como una estrella fugaz. Pero yo tengo esperanza y sigo creyendo porque quiero experimentarlo y ser amado al menos una vez antes de morir”, cuenta otro anónimo. “¡Sobreviví al cáncer! No hay mucho más que añadir”. En otra página, en letras enormes puede leerse: “Perdonar me salvó la vida”.

El esfuerzo por celebrar la humanidad en una era donde la tecnología avanza cada vez a pasos más agigantados hace que este tipo de proyectos sean cada vez más reconocidos, como ocurrió con el proyecto fotográfico Humans of New York, cuyo libro se convirtió en un best seller.

Sobre la firma

Ana Vidal Egea
Periodista, escritora y doctora en literatura comparada. Colabora con EL PAÍS desde 2017. Ganadora del Premio Nacional Carmen de Burgos de divulgación feminista y finalista del premio Adonais de poesía. Tiene publicados tres poemarios. Dirige el podcast 'Hablemos de la muerte'. Su último libro es 'Cómo acompañar a morir' (La esfera de los libros).

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