A setas o a sérum
A pesar de que su temporada no comienza hasta otoño, los hongos están invadiendo las formulaciones cosméticas. Sus múltiples propiedades han cautivado a la industria del bienestar.
Utilizadas desde hace miles de años por la medicina tradicional oriental, sus propiedades y usos están definidos en el Compendio de materia médica, un tratado del siglo XVI en el que se describen alrededor de 2.000 sustancias medicinales. En Occidente, en cambio, el término micoterapia —terapia que emplea uno o más hongos con fines saludables— no fue acuñado hasta 2006.
“Históricamente han quedado relegadas a la herboristería y a los suplementos alimenticios. Pero el binomio salud y belleza está más unido que nunca, acelerado tal vez por la situación actual, lo que implica una mayor atención a la búsqueda de nuevos activos funcionales”, explica Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty. De hecho, las búsquedas en Google sobre setas han aumentado un 22,4% desde el año pasado, según datos de la empresa especializada en análisis de tendencias de belleza Spate. Reishi, melena de león, shiitake, cordyceps, cola de pavo o chaga son algunos de los hongos que han empezado a incluir las empresas de belleza en sus fórmulas. ¿El principal motivo? Todas estas especies tienen propiedades calmantes, primordiales ahora que muchas pieles sufren maskné, el acné que aparece propiciado por el uso de las mascarillas sanitarias.
“La melena de león, por ejemplo, es fuente de betaglucanos, que son moléculas que han sido empleadas tradicionalmente para reforzar el sistema inmunitario; en cosmética, se utilizan para calmar pieles estresadas y reactivas”, cuenta Catalá, quien también explica que la cola de pavo “suele aparecer en productos para después de la exposición solar”. El shiitake, por su parte, “es fuente de ácido kójico, que aclara y unifica el tono de la dermis”. Y “tanto los extractos de reishi como los de cordyceps representan una notable fuente de polisacáridos, que aportan hidratación y elasticidad a la piel”, añade el cosmetólogo.
Por último, está el creciente interés por el impacto ambiental de los productos cosméticos, que es otra área en la que los hongos resultan especialmente eficientes. El hecho de que para su producción a gran escala se cultiven en estructuras verticales hace que se necesite menos tierra, lo que se traduce en un menor impacto sobre el suelo. —eps
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