Nova Gorica-Gorizia: las singularidades de la primera Capital Europea de la Cultura transfronteriza
Las colindantes ciudades eslovena e italiana son pioneras a la hora de compartir este reconocimiento que convierte 2025 en el año propicio para realizar una escapada por su naturaleza e historia

Amanece en la región de Gorizia. El sol de la mañana eslovena es el mismo que despierta a los italianos. Esta es la primera vez en la historia de Europa que dos ciudades pertenecientes a países diferentes se unen para convertirse en Capital Europea de la Cultura 2025. Las ciudades fronterizas de Nova Gorica, en Eslovenia, y Gorizia, en Italia, comparten además título con la localidad alemana de Chemnitz.
La poesía del popular poeta romántico France Prešeren (1800-1849) fue crucial para establecer el esloveno como lengua literaria. Considerado el poeta nacional por excelencia y una de las figuras culturales más importantes del país, hoy contemplaría con orgullo que, por primera vez, una de sus ciudades transfronterizas ha conseguido el prestigioso título. En uno de sus poemas más emblemáticos, Zdravljica, afirmaba: “Que vivan todos los pueblos que anhelan ver el día en que, por donde camine el sol, la discordia sea desterrada del mundo”.
No es casualidad que el pasado 8 de febrero, cuando se cumplían 176 años de su fallecimiento, fuera el día elegido para la ceremonia inaugural. Una festividad cultural y literaria muy especial para los eslovenos que conmemora la muerte del poeta y que este año cobraba una nueva dimensión. Con el lema Go! Borderless (¡Vamos! Sin fronteras), una gran fiesta en la plaza Transalpina dio el pistoletazo de salida a un hito que marcará un antes y un después en la biografía de esta tierra fronteriza. Robert Golob, primer ministro esloveno, lo resumía así: “Dos ciudades, dos países, una capital: la Capital Europea de la Cultura. Así como el río Soča, la nítida hija de las alturas, nos une a todos los que vivimos a lo largo de él, hoy también lo hace la idea de Europa. Una idea nacida de un sueño de paz, libertad, amistad e igualdad. (…) Un mensaje basado en un sueño europeo común”.

La capitalidad cultural convierte a 2025 en el momento propicio para realizar una escapada a esta tierra fronteriza donde compiten la escandalosa belleza de un entorno natural irrepetible con una agenda repleta de actos dispares durante todo el año: moda, exposiciones, espectáculos, conciertos, teatro, ecología, desarrollo sostenible, cine, arquitectura, gastronomía, tecnología y deportes.
Entre los eventos más relevantes destacaron las marchas simultáneas en varias ciudades europeas divididas por fronteras nacionales que tuvieron lugar entre el 1 y el 9 de mayo. Durante el mes de agosto, se celebró en diferentes localidades de la zona My border is your border / Il tuo confine è il mio confine, una sucesiva serie de performances cuyo foco era el conflicto del movimiento migratorio contemporáneo. Los días 26, 27 y 28 de septiembre se podrá disfrutar del Taste Without Borders, un popular festival gastronómico y enológico. Y si queréis aprovechar para planear una escapada navideña por Europa, entre los días 1 y 5 de diciembre una espectacular ceremonia clausurará la capitalidad cultural, coincidiendo con el tradicional encendido de luces navideñas en ambas ciudades.
Las ciudades hermanas de Nova Gorica y Gorizia descansan en el centro de un espectacular paisaje donde la majestuosidad de los Alpes Julianos abraza el resplandor turquesa del río Soča, la abundancia del valle de Vipava y las onduladas colinas de Brda, cuna de los más exquisitos vinos eslovenos. Hay varias visitas y rutas imprescindibles para explorar la zona.

Nova Gorica, laboratorio de tendencias con alma soviética
La plaza Transalpina (conocida también como plaza Europa) de Nova Gorica fue durante décadas símbolo de división, ya que aquí se hallaba la conflictiva frontera entre Eslovenia e Italia. Hoy los visitantes caminan libremente entre dos naciones. Una línea de mosaicos en el pavimento es el único testigo mudo de lo que fue una frontera infranqueable. Aquí se encuentra el edificio histórico más antiguo de Nova Gorica: una imponente estación de tren inaugurada en 1906, con la puesta en servicio del tramo Jesenice-Trieste de la línea ferroviaria Viena-Trieste. Antiguamente, esta fue la estación de la ciudad de Gorizia, pero cuando se instauraron las nuevas fronteras en septiembre de 1947, la línea ferroviaria quedó en manos de Eslovenia y la plaza ubicada frente a la estación quedó dividida entre los dos países.
Popularmente conocida como la ciudad de las rosas, esta urbe universitaria nació tras la II Guerra Mundial, cuando la nueva frontera dividió la región de Gorizia entre Italia y Yugoslavia. La localidad de Gorizia, la única que existía en ese preciso lugar, pasó a formar parte de Italia y se decidió crear una nueva ciudad. Por aquel entonces, una alambrada desempeñaba la misma función que el Muro de Berlín en Alemania. Los primeros habitantes llegaron a principios de los años cincuenta, la mayor parte proveniente de zonas rurales cercanas. La ciudad fue creciendo y ya en los años sesenta y setenta se convirtió en un laboratorio de tendencias pioneras: en 1966 se ideó el primer centro peatonal de Yugoslavia, muy cerca de la plaza Bevk, hoy la plaza central de la urbe, inspirado en la primera zona peatonal de Europa ubicada en Róterdam. En esta misma línea, y con motivo de la Capitalidad Cultural Europea, se ha diseñado el nuevo distrito cultural y tecnológico EPK, junto a la plaza Europa.

Otra de las peculiaridades de esta ciudad joven es que alberga el casino más grande de Europa, el Casino Perla, construido en 1993. Ya en 1984 nació Portorose, que se convirtió en el principal centro de juegos de azar de la antigua Yugoslavia. A este, le siguieron otros muchos, consolidándose como un destino popular para los aficionados a los juegos de azar. Es importante mencionar que al otro lado de la frontera están prohibidos los casinos.
El monasterio de Kostanjevica es otra de las grandes sorpresas del viaje. En el interior de este convento franciscano reposan los restos del último Borbón francés junto a los de su familia y su ministro de corte. En lo alto de una colina, desde la cual se vislumbran las siluetas de ambas ciudades, se le pueden rendir honores al rey Carlos X de Borbón, único rey francés sepultado fuera de Francia. El monasterio es uno de los edificios barrocos mejor preservados de Eslovenia. Este increíble lugar esconde un jardín botánico donde habita una colección de más de 50 especies de rosas, entre ellas la exótica rosa Borbón. Desde esta hermosa ubicación es posible caminar hasta Goriza, en Italia, a través de un sendero que en cinco minutos lleva al casco antiguo de la ciudad.

Igual que el monasterio, el castillo medieval de Gorizia es una de las joyas que pertenecen al patrimonio compartido entre ambas localidades fronterizas. Construido en el siglo XI sobre una colina, conserva varios elementos originales, como sus torres medievales, que rompen el horizonte con la dignidad de un anciano que ha visto pasar imperios. Esta majestuosa fortaleza es el lugar ideal para obtener una perspectiva del territorio ocupado por las ciudades gemelas de Gorizia y Nova Gorica.
Más allá de Nova Gorica, el puente de Solkan
A escasos 20 kilómetros del mar Adriático, la región eslovena de Gorizia, en el oeste del país, es uno de esos lugares bendecidos por una belleza paisajística excepcional. Uno de sus tesoros más codiciados es el río Soča, cuyas aguas cristalinas color esmeralda lo convierten en uno de los más hermosos de Europa. Con estas preciosas palabras lo describe el poeta esloveno Simon Gregorčič en su poema Al río Soča: “Eres espléndida, límpida hija de las alturas, eres elegante en tu belleza natural”.

A su paso por los alrededores de Nova Gorica, regala una de las postales más icónicas de Eslovenia: el puente de Solkan. Inaugurado en 1906, presume de ser el mayor puente ferroviario construido en piedra con forma de arco del mundo. Con una longitud de 85 metros y una altura de 220 metros, en su origen perteneció al ministerio austrohúngaro de infraestructuras ferroviarias. Hoy sigue siendo parte de una de las rutas en tren más pintorescas de Eslovenia, que une los maravillosos valles alpinos de Bohinj y el valle del Soča.
Los amantes de la naturaleza encontrarán un lugar privilegiado para practicar actividades relajantes como la pesca o tranquilos paseos siguiendo la orilla del río, así como senderismo o deportes de aventura como rafting, kayak o puenting.
Brda, viñedos en la Toscana eslovena
Ubicada entre las regiones de Karst y Brda, este destino tampoco se olvida de los amantes de la enología y la gastronomía. Irremediablemente influenciada por la cercanía del mar, la climatología de esta tierra es muy propicia para el cultivo de la vid y de árboles frutales. Los vinos eslovenos han experimentado un creciente prestigio en los últimos años. Junto a Prodavje, cerca de Maribor y Posavje, junto al río Sava, esta zona conocida como Primorska es una de las tres regiones vitivinícolas del país eslavo. Las uvas más características de la tierra son las variedades rebula, merlot y sauvignon. Y como todo buen vino debe de ser acompañado por un buen ágape, esta región es popular por sus deliciosas y tradicionales recetas. Destacan sus exquisitos quesos, el aceite de oliva o postres autóctonos, como briška gibanica (un pastel similar al strudel).
Aunque esta es la segunda ocasión en la que una ciudad eslovena se convierte en Capital Europea de la Cultura (Maribor lo fue en 2012), Nova Gorica y Gorizia han hecho historia como primera Capital Europea de la Cultura transfronteriza, un experimento sin precedentes que difumina las cicatrices de un continente largamente dividido. Como afirmó el intelectual y filósofo francés Bernard-Henri Lévy: ”Europa no es un lugar, sino una idea”.
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