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Nueve rutas imprescindibles para viajar por el mundo en caravana

Moverse en ‘camper’ no es algo nuevo, pero está más de moda que nunca. De California a Nueva Zelanda, estos itinerarios son perfectos para combinar el placer de la carretera con los mejores paisajes y la acampada libre

Vista aérea de la australiana Great Ocean Road, una de las carreteras de costa más bellas del mundo.
Vista aérea de la australiana Great Ocean Road, una de las carreteras de costa más bellas del mundo.Eric Yang (Getty)

Más información en la guía 'Vanlife' de Geoplaneta y en lonelyplanet.es

La libertad y ese punto de aventura que proporciona el turismo nómada seduce cada vez a más gente, y más desde que empezó la pandemia hace dos años. Viajar en autocaravana permite planificar sobre la marcha, llegar a espacios naturales alejados de los circuitos más convencionales y moverse con la tranquilidad de sentirse siempre en casa aunque estemos al otro extremo del mundo. De California a Nueva Zelanda, proponemos nueve rutas míticas para disfrutar del placer de la carretera acompañados de los mejores paisajes y la aventura de la acampada libre. 

Puente de Bixby Creek Canyon, en el condado de Monterey, en California (EE UU).
Puente de Bixby Creek Canyon, en el condado de Monterey, en California (EE UU).Wiskerke (Alamy)

California por la costa del Pacífico

Una lista de grandes viajes por carretera no está completa sin un viaje por Estados Unidos. Muchos optan por la Ruta 66, pero hay muchas otras opciones, como la Highway One (Autopista 1) de California, con sus 1.055 kilómetros, que ofrece la oportunidad desde ver ballenas en el Pacífico hasta ratones en Disneyland. No solo se trata de paisajes que dejan boquiabiertos o de ciudades como San Francisco o Los Ángeles; aquí se trata de libertad. Ningún otro país ofrece mejores rutas por carretera, así que, con la música a tope, hay que emprender una escapada On the Road al más puro estilo de Jack Kerouac.

Al norte de San Francisco el itinerario puede proseguir hacia Oregón, por preciosos tramos de la Autopista 1 y de la 101. Playas, puestos de marisco y muelles para ver la puesta del sol sobre un horizonte infinito. Además, hay un montón de lugares para dormir con vistas al océano. Entre los puntos para parar, merece la pena la pintoresca Mendocino, con casitas que recuerdan el estilo las de Nueva Inglaterra, en la Costa Este. Con sus espectaculares cabos penetrando en el Pacífico, esta antigua ciudad maderera fue descubierta por artistas y bohemios en los años cincuenta del siglo pasado y ha sido escenario de muchas películas.

Los Doce Apóstoles, entre Princetown y Port Campbell, es una de las paradas imprescindibles de la Great Ocean Road australiana.
Los Doce Apóstoles, entre Princetown y Port Campbell, es una de las paradas imprescindibles de la Great Ocean Road australiana.NitiChuysakul Photography (Getty)

La mítica Great Ocean Road (Australia)

Una de las rutas costeras más bonitas del mundo, declarada patrimonio nacional de Australia, es esta carretera que recorre la costa occidental del Estado australiano de Victoria, pasando por playas, importantes paisajes y enclaves costeros de lo más interesantes. No seremos los únicos en recorrer la ruta, pero valdrá la pena. Completada en 1932, son 273 kilómetros de asfalto llenos de atractivos como los pináculos de piedra caliza mundialmente famosos de los Doce Apóstoles o el parque nacional Great Otway, santuario de los koalas. Rumbo norte hacia el centro del subcontinente, podríamos conducir sin parar, y si tuviésemos un año entero libre para viajar, podría ser un plan perfecto.

Podemos empezar en Torquay, la capital australiana del surf con playas famosísimas, seguir por Anglesea, Lorne, el río Kennett (uno de los mejores lugares para ver koalas); Apollo Bay, una de las ciudades más grandes de la ruta; el cabo Otway con su faro, el más antiguo de todo el continente australiano; y por supuesto, por los Doce Apóstoles, unos promontorios que emergen del océano de forma espectacular. Para terminar: la minúscula Nelson, el último vestigio de civilización antes de la frontera sur de Australia: una tienda, un pub y un puñado de lugares donde dormir.

Un senderista en los campos geotérmicos de Rotorua, en la Isla Norte de Nueva Zelanda.
Un senderista en los campos geotérmicos de Rotorua, en la Isla Norte de Nueva Zelanda.RoxiRosita (Getty)

Paraíso ‘camper’ en Nueva Zelanda

Nueva Zelanda es un territorio lejano pero perfecto para un road trip, al contar con una amplísima red de campings, áreas de pernocta y unas carreteras bien señalizadas y pavimentadas. Cualquier vía del país en las antípodas anima a probar esta forma de viaje, y hay mucho donde elegir: frondosas selvas tropicales, paisajes volcánicos, altas montañas y playas desiertas. Desde Auckland, hay que poner rumbo al sureste hasta la sublime Bay of Plenty (bahía de la Abundancia; en maorí, Te Moana-a-Toi), antes de atravesar el país por el centro volcánico de Rotorua hacia el parque nacional de Tongariro. Una vez en la Isla Sur, se puede recorrer la costa oeste pasando por el glaciar Franz Josef hasta el fiordo de Milford, uno de los hitos para todos los viajeros que recorren Nueva Zelanda. Para acabar, la tranquila Queenstown puede ser buen punto final, ideal para reflexionar sobre la épica aventura.

Para los amantes de la conducción y de los paisajes increíbles, una buena opción es la carretera 43 (la “carretera del mundo perdido”) con 150 kilómetros de curvas entre Taumarunui, cerca del lago Taupo, hasta Stratford, al oeste.

Una furgoneta ‘camper’ circula por una sinuosa carretera de Islandia.
Una furgoneta ‘camper’ circula por una sinuosa carretera de Islandia.Aygul Sarvarova (Alamy)

Conducir alrededor de Islandia

La carretera que circunvala Islandia tiene 1.339 kilómetros y los conductores pueden completar de forma muy sencilla el circuito alrededor de esta espectacular isla. El tramo del aeropuerto de Keflavik a la capital, Reikiavik, es un aperitivo para la vista, un paisaje estéril de campos de lava negra e irregular. A pie de carretera hay mucho que ver, como el Jökulsárlón, un lago glaciar de la costa sur lleno de enormes icebergs que se han desprendido del Vatnajökull, el glaciar que forma el mayor casquete polar de Europa. En todo el país hay poco tráfico, incluso en temporada alta, y abundan las zonas de acampada libre.

Un 'pub' tradicional en la calle principal de Arinagour, en la isla escocesa de Coll.
Un 'pub' tradicional en la calle principal de Arinagour, en la isla escocesa de Coll.Tom Richardson Scotland (Alamy)

Aires de libertad en las islas de Escocia 

Gran Bretaña tiene duras normas de acampada, así que para disfrutar de libertad hay que elegir rutas alternativas por las islas remotas de Escocia. En concreto, las islas de Mull y Coll en las Hébridas Interiores. Con 480 kilómetros de costa y montañas que rozan los 1.000 metros de altura, Mull es la mayor y más desarrollada. En comparación, Coll es un puntito de solo 21 kilómetros de largo y 5 de ancho. Las carreteras son poco más que senderos de un solo carril, pero sin tráfico. Es la conducción rural británica en estado puro.

Una ‘camper’ en la carretera Icefields Parkways que atraviesa el parque nacional Jasper, en Alberta (Canadá).
Una ‘camper’ en la carretera Icefields Parkways que atraviesa el parque nacional Jasper, en Alberta (Canadá).Westend61 (Getty)

Acampando en las Rocosas canadienses

Una de las mejores rutas por carretera del mundo son los 230 kilómetros de la Icefields Parkway, que cruza los parques nacionales de Jasper y Bannff, en Canadá. Vale la pena despertarse al alba en el lago Louise, donde se reflejan las afiladas montañas. Por el camino nos encontraremos con manantiales de aguas termales donde relajarse y escarpados glaciares por donde caminar. Suelen verse alces junto a la carretera y, con suerte, la mirada furtiva de un oso pardo. Lo importante es ir con calma y empaparse del entorno: no hay nada mejor que acampar en una zona tranquila y disfrutar de las vistas. La Icefields Parkway se puede emprender desde Edmonton o desde Calgari. 

Panorámica de los tejados de Rotemburgo, en Baviera (Alemania).
Panorámica de los tejados de Rotemburgo, en Baviera (Alemania).Christian Pöllot / EyeEm (Getty)

De Mannheim a Praga entre castillos

La carretera de los Castillos es una ruta de 1.000 kilómetros que recorre el sur de Alemania y la República Checa entre la ciudad alemana de Mannheim y Praga. Durante el trayecto pueden visitarse más de 70 fortalezas, palacios y residencias reales de diversas épocas, además de antiguos bosques y pueblos medievales como Bamberg y Kronach. Y todo ello, con el valle del Neckar y la llanura de Hohenlohe, en el norte de Baden-Wurtemberg, que brindan uno de los mejores trayectos en coche de Europa. Una buena parada puede ser Rotenburgo, una de las ciudades más bonitas de Alemania.

Viñedos del castillo de Staufenberg, en la región alemana Baden-Wurtemberg.
Viñedos del castillo de Staufenberg, en la región alemana Baden-Wurtemberg.Marco Bottigelli (Getty)

La carretera más romántica de Alemania

Desde los viñedos de Wurzburgo hasta los pies de los Alpes, la Ruta Romántica (Romantische Strasse) es una de las más populares de Alemania: atrae a unos dos millones de visitantes cada año. Sus casi 400 kilómetros permiten apreciar la gran diversidad cultural e histórica del sur del país, ya que atraviesa Franconia y Baden-Wurtemberg, en el norte, antes de entrar propiamente en Baviera. La Ruta Romántica une algunos de los pueblos alemanes más bellos y alcanza su punto álgido a las puertas de Neuschwanstein, el extravagante castillo del rey Luis II de Baviera. Otra parada de la ruta es Wurzburgo, una pintoresca ciudad en el noreste de Baviera, sobre el río Meno, famosa por su arte, su arquitectura y sus delicados vinos. Es una ciudad de estudiantes, animada y con mucha vida nocturna, aunque su principal atracción es la Würzburg Residenz: la suntuosa residencia barroca de los obispos de Wurzburgo. 

Storms River Mouth, en el parque nacional de Tsitsikamma, en la Garden Route de Sudáfrica.
Storms River Mouth, en el parque nacional de Tsitsikamma, en la Garden Route de Sudáfrica.Jim Muller (Alamy)

Garden Route, Sudáfrica

¿Mar o montaña? En la Garden Route no hay que elegir. El recorrido, de Ciudad del Cabo a Port Elisabeth, discurre entre las montañas Outeniqua y el océano Índico, en Sudáfrica. Se pueden atravesar viñedos, caminar por fabulosos senderos y contemplar las ballenas en Hermanus, además de disfrutar de la playa de la bahía de Plettenberg.

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