De Yellowstone a Berlín, alucinantes viajes sonoros
Música acuática en la selva de Camerún, las calles de París y otros mapas del mundo para ser escuchados. Webs y aplicaciones que nos acercan a lugares a los que aún no podemos viajar
“Póngase los auriculares”, recomienda la voz que guía por Sonic Scapes, una experiencia auditiva creada por Huawei que acerca a los usuarios hasta Marruecos, México y Jamaica a través de sus sonidos. Destinos a los que no podemos viajar ahora mismo se escuchan en aplicaciones y páginas web como Soundcities, proyecto del artista afincado en Londres Stanza, que exploró el runrún urbano entre 2010 y 2015: de la música en una calle de Tokio a un tren saliendo de la estación de Marsella pasando por el público pamplonica jaleando a los ciclistas durante una etapa de la Vuelta a España. Por las galerías sonoras de los parques nacionales de Estados Unidos (nps.gov/subjects/sound/gallery.htm) asoman un oso grizzly rugiendo en Yellowstone (en el estado de Wyoming, aunque se extienede por Montana e Idaho) o una rana verde de Norteamérica croando en los Everglades, en Florida.
¿A qué suena París?
Coincidiendo con el 250º aniversario del nacimiento de Beethoven, Turismo de Alemania ha ido subiendo a su canal de YouTube capítulos de su serie Sounds of Germany (Sonidos de Alemania). Vídeos sonoros de ciudades como Stuttgart, Dusseldorf o Berlín.
Para quienes quieran empaparse de los sonidos de otra capital europea, el sonidista Des Coulam grabó la cotidianidad de París en su blog Soundlandscapes. Según él, conocer la ciudad francesa no es solo visitar el museo del Louvre o subir a la Torre Eiffel, sino también saber cómo claquetean los coches rodando sobre los adoquines, cómo cruje su típica grava blanca bajo los pies, cómo reina el murmullo de los cafés, el ajetreo en los mercados, las prisas en Gare du Nord, cómo tocan las campanas de Notre Dame (la campana mayor, por cierto, volvió a repicar el pasado mes de abril, un año después del incendio).
Ecología del paisaje sonoro
La web Record the Earth (Grabe la Tierra), auspiciada por el Center For Global Soundscapes de la Universidad de Purdue (Indiana, Estados Unidos), recoge desde pájaros cantando en el norte de África a gotas de lluvia golpeando el cristal de una oficina del distrito tecnológico de Bogotá (Colombia). Es ecología del paisaje sonoro, una nueva disciplina científica que "mapea los sonidos de nuestro planeta y lo que nos dicen sobre la salud del mundo en el que vivimos", según describen los investigadores.
Un helicóptero sobrevuela el pequeño pueblo de Stepantsminda, en el noreste de Georgia, durante el invierno: traslada a esquiadores y snowboarders al vecino monte Kazbek, la cuarta cima de la cordillera del Cáucaso, y una de las más famosas y accesibles. El reclamo de un vendedor y el rasgueo de una guitarra se mezclan con las súplicas de un hombre que pide limosna en una calle de la ecuatoriana ciudad de Guayaquil. La vida se hace oír en el mapa interactivo de Radio Aporee, un proyecto del artista alemán Udo Noll que ha ido creciendo gracias a las aportaciones de otros artistas y voluntarios, hasta bosquejar una "cartografía del sonido", como él la llama.
Hay más ejemplos de mapas del mundo creados para ser oídos, como The World Sounds, fruto de las escuchas del sonidista Colin Hunter por todo el planeta. Y de iniciativas colaborativas, que invitan a la gente a subir y geolocalizar sus registros: como Sound Around You o Nature Sound Map, lanzado por un grupo internacional de profesionales. Cities and Memory (Ciudades y Memoria) es un bonito movimiento global y colaborativo en el que cada ubicación en el mapa presenta dos sonidos: la grabación de campo original y un sonido reinventado. Solo como ejemplo, es curioso comparar las dos versiones, la original y la nueva, de la secuencia que capta un micrófono sujeto al asta de madera de una bandera en la playa de Koggala, en Sri Lanka.
Cazadores de trinos
"Conocer el estado de las poblaciones de aves es un indicador de la calidad de vida de un entorno", explica Virginia Escandell, coordinadora de Avefy, una aplicación de SEO/BirdLife para identificar trinos de las 140 especies de pájaros más comunes. "La lanzamos para entrenar a los voluntarios que hacen el seguimiento de las aves sobre el terreno, para que puedan identificarlas por el sonido; es frecuente escucharlas pero no verlas", prosigue Escandell. Está disponible para dispositivos móviles Android e IOS, y en su desarrollo ha contado con el asesoramiento y las grabaciones del técnico de sonido de la naturaleza Carlos de Hita. Explorar la web de este experto, (carlosdehita.es) es recorrer España de oído, y también parte del mundo: bosques, una tormenta retumbando en la sierra, murciélagos, lobos. "En un claro abierto en la selva de Camerún, muy cerca del corazón de las tinieblas, un grupo de cuatro o cinco mujeres m´baká hacen música acuática. Para ello palmotean la superficie de una charca con las manos ahuecadas. Ellas ponen el ritmo, la lámina de agua el sonido y la selva tropical añade la acústica", escribe en una de sus entradas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.