Meliá Sol y Nieve, descanso termal a los pies de Sierra Nevada

A Sierra Nevada se la conocía en sus primeros años como la estación de esquí Sol y Nieve, pues desde el inicio su clima mediterráneo ha permitido calzarse los esquís para la nieve por la mañana y ponerse los acuáticos por la tarde, en la costa de Motril. El agua es cosa de disfrutarla a todas horas, ya sea en su estado líquido, sólido o espumoso. De ahí que el denominado YHI Spa del hotel Meliá Sol y Nieve —sí, el que conserva la primera denominación de origen— concite el interés de los esquiadores al cabo de una jornada en pistas. Sus instalaciones no están a pie de las mismas, ni siquiera junto al telecabina. Pero merecen un último esfuerzo con los esquís al hombro por parte de quienes han sentido el espíritu libre de la montaña y necesitan un masaje para volver renovados al día siguiente.

Es cierto que el hotel fue renovado en 2008, pero no soportaría mal un nuevo maquillaje que le asegurara otra década de altas ocupaciones en la estación de esquí más meridional de Europa. El diseño de los espacios comunes tiene algo de rutilante sin perder su condición utilitaria. Especialmente el atrio, por lo vistoso e inu­sual en un alojamiento serrano. Los dos comedores resuelven las necesidades, incluso el embrollo del bufé de desayuno, cortocircuitado a la hora en que todos se citan para ir a pistas.

De otro nivel, como en todos los hoteles Meliá, es The Level. Más que un espacio, se trata de un servicio exclusivo con derecho a utilizar el Living Room y The Level Lounge, con aperitivos a todas horas, área de trabajo con buena señal wifi y sala de reuniones. A este club pertenecen también las habitaciones mejor equipadas, con superiores detalles de bienvenida y las mejores vistas de la montaña y sus remontes.

El resto de los mortales puede sufrir la insuficiente insonorización de sus cuartos y algunas limitaciones de espacio si acuden en familia. Tampoco gozarán de la panorámica invernal soñada, a menos que la pidan por un precio ligeramente superior al de las habitaciones sencillas. En todas, sin embargo, agradecerán la luminosidad añadida por los reflejos del pico del Veleta sobre una estación apreciada desde sus inicios por ser la más alta de la Península (3.300 metros), la del mayor desnivel esquiable (1.200 metros) y la que ofrece una insolación insuperable de más de 2.000 horas de sol al año.

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Todas las habitaciones incluyen: Wi-Fi gratuita, TV de pantalla plana vía satélite, además de información actualizada sobre las condiciones de esquí.

Valoración media en Booking: 8,1 (441 comentarios).

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