Room Mate Pau, sonrisas en el centro de Barcelona

Un hombre vestido con pata de gallo espera el ascensor. Podría ser Kike Sarasola, el icónico empresario hotelero en cuya cartuchera el Pau barcelonés es hoy una muesca más. No lo sabe probablemente ni su diseñadora, Teresa Sapey, que solo pretendía alumbrar a los ojos del recién llegado ese instante aburrido en que aguarda el aterrizaje del ascensor en cualquier hotel. Porque no deja de ser intrigante pensar en quién va a aparecer al abrirse las puertas, si una actriz, un futbolista, un huésped anónimo o la gobernanta de pisos. Aquí, por lo visto, la mayoría de las veces el elevador llega vacío, presto a viajar hacia los pisos superiores, donde Barcelona parece escaparse del mar hacia su cielo gaudiano.

Si el icono del hotel lo representa este rótulo en azul y gris como telón de fondo del vestíbulo, su identidad sensorial es la insólita tranquilidad reinante. ¡En medio del bullicio urbano que significa la esquina noreste de la plaza de Catalunya! Tras la fachada burguesa del casi centenario edificio se acomoda un gruyer de 66 habitaciones, así definido por el agujereado decorativo del mobiliario y por la permeabilidad del servicio en ajustarse a los horarios más caprichosos. Desayuno con cereales integrales hasta el mediodía. Sesteos en la terraza interior hasta las mil. After hours para quien tenga la suerte de acceder a una de las suites, entre las cúpulas urbanas. Y es que el joven equipo de la cadena que lidera Sarasola parece aún más joven en el interior del Pau. Su director, Hugo Reguera, es un jerezano curtido en las bambalinas informáticas de la cadena que aparenta 10 años menos de los que tiene. Las recepcionistas, instruidas en sonreírle al huésped, conocen al dedillo los gajes de su mayordomía, desde el restaurante más in de la ciudad hasta el modo de transporte más conveniente.

Pisos arriba se modera el universo colorista. Aunque nunca tanto como para ocultar moquetas en franjas multicolores listadas o el naranja chillón corporativo de los envases. El huésped exclamará lo que sea al entrar en su habitación después de ver un apunte de bienvenida personalizado y a todo color en el espejo redondo que lo recibe. Una verdadera sorpresa que ejemplifica el lema canalla de la cadena: Do you want to sleep with me? Traducción anglosajona del popular Voulez-vous coucher avec moi, ce soir?