Parador de Lleida, la serenidad que envuelve el claustro
Abierto en 2017, cuenta con un restaurante en la antigua iglesia de un convento del XVII
Puntuación: 7,5 | |
Arquitectura | 8 |
Decoración | 7 |
Estado de conservación | 9 |
Confortabilidad habitaciones | 6 |
Aseos | 6 |
Ambiente | 7 |
Desayuno | 7 |
Atención | 8 |
Tranquilidad | 9 |
Instalaciones | 7 |
Un plató cinematográfico no es más que una estructura arquitectónica embutida en otra mucho mayor que la contiene. Tal es la impresión que uno tiene al aproximarse al claustro original del convento que los dominicos del Roser (o del Rosario) se hicieron construir en 1669. El armazón en tres plantas arcadas parece inserto en otra caja hueca que produce reverberación, solo que en este caso el decorado no es de cartón piedra, sino de los ladrillos que sirvieron para la reconstrucción del edificio incendiado y saqueado durante la guerra de Sucesión. Claustro e iglesia acogieron de nuevo a los frailes en 1752, aunque la Desamortización de Mendizábal modificó su uso casi un siglo después para alojar un centro educativo con biblioteca, archivo, museo arqueológico, casa de cultura y escuela de bellas artes hasta 2008, año en que Paradores inició su reforma para incorporarlo a la red, finalmente en 2017.
Si bien el acceso principal se realiza por Cavallers, hoy calle peatonal del casco histórico de la ciudad, se puede llegar en coche a través de la calle de La Palma y aparcar en el mismo resguardo interior del parador. Un travelling sin pérdida permite situarse frente al claustro cubierto y acomodarse en los sofás que circundan el espectacular centro floral armado con ánforas y vástagos, a guisa de los que se ven hoy en los grandes hoteles de París, Londres o Singapur. Un óculo dorado en cada flanco proyecta, como un zoom decorativo, el atrezo de óleos y grabados que forman parte de la colección artística de Paradores y que será exhibido en rotación por las paredes de este distribuidor central junto a unos cartones cedidos por la Real Fábrica de Tapices. La exquisitez cautiva esencialmente a la clientela internacional que empieza a frecuentar la ciudad.
Arriba, las 53 habitaciones rotan en torno al claustro con un minimalismo sereno y una confortabilidad asegurada, aunque su cartesianismo ornamental parece algo anticuado. También cabría esperar un mayor hedonismo en los cuartos de baño.
Lo mejor se guarda en la antigua iglesia tardobarroca, coronada de bóvedas, arcos, lucanas y una cúpula rematada por cuatro escudos representativos de las cuatro provincias catalanas: Lleida, Tarragona, Girona y Barcelona. Entre sus sillares y yeserías de estilo clásico se ordenan las mesas del restaurante, en fase todavía de afinamiento por parte del chef valenciano Paco Vidal.
Parador de Lleida
- Categoría oficial: 4 estrellas
- Dirección: calle de Cavallers, 15. Lleida
- Teléfono: 973 00 48 66
- Web: parador.es
- Instalaciones: garaje, sala de reuniones con capacidad para 145 personas, salón de estar, cafetería, restaurante
- Habitaciones: 50 dobles, 2 familiares, 1 suite
- Servicios: una habitación adaptada para discapacitados; animales domésticos prohibidos
- Precios: desde 80 euros la habitación doble, IVA incluido; desayuno, 12 euros, IVA incluido.
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