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Las tres razones por las que ‘The New York Times’ está enamorado de Cádiz, y otras 12 que añadimos nosotros

La capital gaditana y su provincia, único destino español incluido en la lista de los mejores viajes para 2019 del diario estadounidense

Vista desde una de las torres de la Catedral de Cádiz / Vídeo:Foto: atlas

Cádiz y su entorno están de moda. Acaban de ser incluidos en la lista anual de los 52 destinos estrella para 2019 del periódico The New York Times (como el único destino español, ocupando el número 50 del ránking). Ya a principios de 2018 ocupó el puesto número ocho de los destinos emergentes en Europa elegidos por la red social y central de reservas Tripadvisor.

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El periodista Andrew Ferren, autor de la pieza de The New York Times y colaborador de El Viajero, vive en España y lleva varios años visitando Cádiz y su entorno en verano. “Me fascina la mezcla de ambientes que ofrece. Saltas de lugares tan refinados y cultos como Jerez de la Frontera a paisajes salvajes que te quitan el aliento, como la playa de Bolonia o el parque de los Alcornocales. Es como el Wild West del sur de España. El pasado verano comí en Aponiente, un lugar muy especial, desde el espacio que ocupa, un antiguo molino de mareas, hasta la comida. Me sorprendió y gustó mucho, y eso que yo no soy mucho de pescado. Para la lista de los 52 destinos de The New York Times hay que resumir mucho. Es como un haiku, una inspiración, una incitación al viaje en la que hay que sintetizar y dejar fuera muchas ideas. Curiosamente, a pesar de que Cádiz fue históricamente el gran punto de enlace marítimo entre Europa y América, es una zona poco conocida para el público estadounidense, y merece mucho la pena”, dice el periodista.

Tres son los razones por las que el diario neoyorquino apuesta por Cádiz:

Interior del restaurante Aponiente, en El Puerto de Santa María.
Interior del restaurante Aponiente, en El Puerto de Santa María.

La nueva gastrononomía

En la lista de recomendaciones culinarias de The New York Times aparecen nuevas incorporaciones, como Saja River, un gastrobar con estética de western que abrió hace menos de un año en la calle Santa Elena, o Código de Barra, en la concurrida plaza de La Candelaria, a los que se suman restaurantes clásicos como El Faro (incluido en la lista de los 10 mejores bares de la ciudad elaborada por nuestro bloguero Paco Nadal). Andrew Ferren invita a cruzar la bahía hasta la vecina localidad de El Puerto de Santa María, donde Aponiente, de Angel León, con tres estrellas en la guía Michelín y que recibió en la crítica de José Carlos Capel un excelente 9/10, ofrece “un poema lírico a los mariscos (risotto de plancton)”, según destaca el diario neoyorquino. A 40 kilómetros, nos llevan a descubrir otro restaurante de León, Alevante, alojado en el hotel Meliá Sancti Petri (calificado con un 8,5/10 por nuestro crítico hotelero Fernando Gallardo) y que acaba de conseguir su primera estrella Michelin, mientras que La Taberna del Chef del Mar, segunda marca del cocinero en El Puerto, brinda la oportunidad de probar algunas de sus propuestas a pie de barra.

Añadimos a las sugerencias de The New York Times otros locales muy recomendables, como el modernista Restaurante Café Royalty, inaugurado en 1912, cuando la ciudad andaluza se preparaba para celebrar el centenario de La Pepa, la primera Constitución que se promulgó en España; Casa Manteca (Corralón de los Carros, 66), uno de los mejores lugares para tomar mojama, o los desayunos de la librería-café La Clandestina (José del Toro, 23). La Candela (Feduchy, 13) es un bar de tapas pequeño pero con mucho tirón donde lo habitual, si no se reserva, es comer en la barra. También está el rincón gastronómico del mercado de Abastos (plaza del Topete). Y en la colina de la Muela de Vejer de la Frontera, está Patría, una combinación exquisita de cocina andaluza y nórdica.

Bodegas Lustau, en Jerez de la Frontera (Cádiz).
Bodegas Lustau, en Jerez de la Frontera (Cádiz).Neil Farrin (Getty Images)

Jerez de la Frontera y sus bodegas

A media hora (unos 36 kilómetros) en coche al norte de Cádiz, espera Jerez de la Frontera. El despegue de sus vinos es ya imparable. Tras años de crisis, se están colando de nuevo en las cocinas de los mejores chefs y en las barras de bares y clubes de medio mundo como opciones de vinos de aperitivo y cócteles. Lo bueno es que las bodegas del Marco de Jerez (Jerez, El Puerto y Sanlúcar) conservan intacto su excepcional ambiente bodeguero de los siglos XVIII y XIX. Diversas bodegas históricas son dignas de visitar, como Osborne, con su reciente museo dedicado a su toro de las carreteras y Toro Tapas, un sitio de tapeo de nivel justo en el casco histórico de El Puerto. Andrew Ferren propone en el diario neoyorquino visitar tres bodegas: Díez-Mérito, Lustau y Bodegas Tradición. Y en Jerez, se podría añadir otro apunte gastronómico: el Lú, del chef JuanLu Fernández, hasta hace poco, segundo de Ángel Léon.

Vejer de la Frontera.
Vejer de la Frontera.Getty Images

Fundación NMAC Montenmedio (Vejer de la Frontera, Cádiz)

Entre Barbate y Vejer de la Frontera (Cádiz), la niña mimada del sur, a 15 minutos en coche de las playas gaditanas de Zahara de los Atunes, Conil y Sancti Petri, se extiende la dehesa de Montenmedio, sede de la Fundación NMAC Montenmedio Arte Contemporáneo, una galería privada que invita a diferentes artistas cada año a la creación de proyectos artísticos inspirados en la historia, el paisaje y los materiales de la zona. Esculturas e instalaciones de artistas como Olafur Eliasson, James Turrell, Marina Abramovic, Pascale Marthine Tayou, Maurizio Cattelan o Santiago Sierra se incluyen en la colección permanente de la finca, donde también existe un hotel.

Hasta aquí las muy buenas razones que animan desde hoy a los lectores de The New York Times a conocer la provincia de Cádiz en 2019. Y a continuación, otra docena de lugares y propuestas que añadimos nosotros, aunque obviamente podrían ser muchas más:

Una chirigota en el carnaval de Cádiz.
Una chirigota en el carnaval de Cádiz.

1. El Carnaval de Cádiz

Cada vez más reconocido y valorado como fiesta genuina, única y gamberra. De hecho, está inmersa en el proceso de conseguir ser declarada patrimonio mundial. Este año sus días centrales se extienden del 28 de febrero al 10 de marzo. Y aquí los 10 mandamientos para disfrutar del carnaval gaditano al máximo.

Calle del barrio del Pópulo, en Cádiz.
Calle del barrio del Pópulo, en Cádiz.Raquel M. Carbonell (Getty)

2. El barrio del Pópulo

Es el más antiguo, donde el teatro romano, la catedral vieja y los arcos de piedra se codean con bares de estilo bohemio como Pay Pay (Silencio, 1), un antiguo lupanar reconvertido en garito con actuaciones en vivo, o el Archivo de Indias y el Pasaje Genovés, ambos en la calle San Antonio Abad. 

Terraza en la plaza de la Catedral, en Cádiz.
Terraza en la plaza de la Catedral, en Cádiz.Raquel M. Carbonell (Getty)

3 El Cádiz más habanero 

Un paseo que puede comenzar en la colonial plaza de Mina, con sus ficus, palmeras y el Museo Provincial con sus sarcófagos fenicios, y continuar por la avenida Campo del Sur, convertida en malecón habanero en la película de James Bond Muere otro día (2002), dirigida por Lee Tamahori, en la que también aparecen la catedral y la plaza de La Caleta.

Yacimiento arqueológico de Baelo Claudia, junto a la playa de Bolonia, en Tarifa (Cádiz).
Yacimiento arqueológico de Baelo Claudia, junto a la playa de Bolonia, en Tarifa (Cádiz).Ken Welsh (Getty)

4. Una historia apabullante

La provincia gaditana hace gala de una historia larga (Cádiz es de las ciudades más antiguas de Occidente) y agitada gracias a su posición fronteriza entre dos continentes. Su historia se plasma en diversos yacimientos arqueológicos espectaculares (como Baelo Claudia o Carteia). En estos últimos meses Baelo o el yacimiento fenicio de Doña Blanca (en El Puerto) han hecho importantes descubrimientos que reafirman su valor como espacios históricos de primer nivel.

Carreras de caballos en la playa de Bajo de Guía, en Sanlúcar de Barrameda.
Carreras de caballos en la playa de Bajo de Guía, en Sanlúcar de Barrameda.Juan Carlos Toro

5. Sanlúcar de Barrameda y la desembocadura del Guadalquivir

Un “un paisaje cultural”. Así lo ha descrito el escritor Caballero Bonald, asiduo de Sanlúcar de Barrameda. Famosa por sus carreras de caballos en verano, por sus tortitas de camarones, por sus bodegas… “La luminosa ciudad gaditana puede presumir de su pasado, de una exquisita gastronomía marinera, un casco urbano que mezcla palacios y bodegas, y, además, del inigualable entorno natural con el parque nacional de Doñana”, resume la periodista Mariló García en un reportaje para descubrir los atractivos del lugar.

Plato del restaurante El Campero, en Barbate.
Plato del restaurante El Campero, en Barbate.restauranteelcampero.es

6. El atún de almadraba

Está de moda y fascina a todo el que lo conoce. Esta forma de pesca milenaria se mantiene inalterable. Cada temporada de pesca (de febrero a junio) concentra multitud de afamadas rutas de la tapa en Conil o Tarifa. Además, la proyección de esta forma de pesca ha despertado el interés de grandes chefs. En Barbate El Campero es el templo en el que degustar el mejor atún rojo.

7. De la montaña a la costa

Cádiz es una de las provincias que más horas de sol tiene al año. Tiene kilométricas playas en las que tumbarse al sol o practicar deportes de agua y viento. Pero a escasos tres cuartos de hora en coche está la sierra de Cádiz, cuajada de pueblos blancos sobre montañas con la mayor pluviosidad de España. Localidades como Medina Sidonia, Grazalema o Ubrique despuntan turísticamente.

Pueblo de Olvera, en la provincia de Cádiz.
Pueblo de Olvera, en la provincia de Cádiz.Rudi Sebastian (Getty)

8. La ruta de los pueblos blancos de Cádiz

Diecinueve municipios de la sierra de Cádiz —Alcalá del Valle, Algar, Algodonales, Arcos de la Frontera, Benaocaz, Bornos, El Bosque, Espera, El Gastor, Grazalema, Olvera, Prado del Rey, Puerto Serrano, Setenil de las Bodegas, Torre Alhaquine, Ubrique, Villaluenga del Rosario, Villamartín y Zahara de la Sierra— trazan una ruta de cal y atalayas entre las sierras andaluzas y el mar. Una opción para alojarse en la zona son las villas turísticas, complejos integrados en el paisaje y la arquitectura de la región, que alquilan habitaciones, casas y bungalós. Los vecinos siguen blanqueando sus hogares, normalmente una vez al año, antes de las fiestas patronales, cuando en las calles venden capanclá, la versión gaditana de “cal para encalar”.

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9. La ruta de Camarón en San Fernando

La peña flamenca de Camarón de la Isla en San Fernando (Manuel de Arriaga, s/n), con actuaciones todas las semanas, es un buen punto de partida. Una copa de manzanilla de Sanlúcar en el bar Gran Vía (plaza del Rey, 2) y una segunda en la Venta de Vargas (plaza de Juan Vargas; ventadevargas.es).

Playa de Conil de la Frontera, en Cádiz.
Playa de Conil de la Frontera, en Cádiz.Getty Images

10. Conil de la Frontera

Por el tramo atlántico de la costa gaditana se extienden tres parques naturales (La Breña, Los Alcornocales y el del Estrecho) y playas como las de Conil de la Frontera, con los mejores chiringuitos para tomar una ración de ortiguillas fritas o contemplar las puestas del sol.

11. Vía Verde de la Sierra (Cádiz y Sevilla)

Una de las primeras rutas incluidas en el programa Vías Verdes. Discurre a lo largo de casi 40 kilómetros entre Puerto Serrano y Olvera (Cádiz), pasando por Coripe (Sevilla), siguiendo un antiguo trazado ferroviario que atraviesa cuatro viaductos, 30 túneles y cinco estaciones (la de Olvera ha sido transformada en hotel) entre dehesas floridas y paisajes serranos como el peñón de Zaframagón.

Un kitesurfista en Tarifa.
Un kitesurfista en Tarifa.Ben Welsh (Getty)

12. Surf en Tarifa

En las ensenadas de Los Lances y Valdevaqueros, en Tarifa (Cádiz), el Atlántico dibuja playas de blancura incandescente. Este escenario, en el parque natural del Estrecho, es el destino soñado de windsurfistas y kitesurfistas de toda Europa, atraídos por vientos constantes y seguros, sin turbulencias que estorben la navegación.

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