Festín gastronómico en Kuala Lumpur
Las cuevas de Batu, las Torres Petronas, un bar en un helipuerto en lo alto de un rascacielos, el barrio hipster y restaurantes para saborear la capital de Malasia
Kuala Lumpur, situada en la península malaya, frente a la isla de Sumatra, es una urbe enérgica, paradigma del rápido desarrollo del sureste asiático y de la convivencia de culturas y religiones. Con dos millones de habitantes, malayos, chinos e indios, por este orden, se reparten el protagonismo. Rascacielos, autopistas y food courts —espacios con múltiples restaurantes— son las señas de identidad de esta metrópoli en la que se concentra Asia y todos sus atributos. Dah Makan? (¿Has comido?) es una pregunta en lengua bahasa aparentemente trivial y, sin embargo, es una encrucijada en sí misma cuando de lo que se trata es de saber cómo empezar el día en la capital de Malasia.
9.00 Arroz para desayunar
La cultura local no trata de imponerse, pero los cánones exigen comer nasi lemak para desayunar: porciones de arroz enriquecidas con coco, carne especiada, anchoas fritas, pepino, nueces y sambal. El restaurante Chawan (1) (Jalan Telawi, 3), en el barrio de Bangsar, no decepciona. Ambiente local, o global, si se quiere. Indios, chinos y malayos con la tarjeta de control de acceso a sus puestos de trabajo. También sirven el célebre roti indio, que hace las delicias del cliente con sus salsas picantes. Dicen de Bangsar que es el barrio hipster de Kuala Lumpur. Muy cerca se encuentra Yeast (2), una pastelería de estilo francés, otra opción donde desayunar.
10.00 Un dios de 42 metros de alto
No hay turismo en estos pagos sin coche. Con Internet en el móvil —por 10 euros se compra una tarjeta— se puede descargar una aplicación para recurrir a vehículos con conductor como Grab o Mycar. Si se quiere evitar el atasco, lo mejor es empezar la jornada en las cuevas de Batu (3), a unos 20 kilómetros del barrio de Bangsar. En las cercanías hay una estación, aunque acercarse en tren lleva más de una hora de viaje (30 minutos de trayecto desde la estación KL Sentral). Situadas en el distrito de Gombak, allí espera una cohorte de macacos algo nerviosos pero inofensivos y un espectacular complejo religioso hindú, enclaustrado en las paredes calizas de una montaña. Son 272 escalones de colores para adorar al dios Murugan. Y 42 metros de altura de dorada estatua monumental. Junto al templo se accede a las cuevas naturales de Dark Cave (darkcavemalaysia.com), con visita guiada.
13.00 Una comida dulce
Aquí se come pronto. De regreso al bullicio, por Kuala Lumpur se reparten más de 50 centros comerciales con restaurantes y lugares de entretenimiento. Mid Valley Megamall (4) puede ser una buena oportunidad para degustar por la vía rápida uno de los platos locales por antonomasia: el arroz con pollo. Este se puede acompañar de jugo de cebada, azúcar de caña o té de crisantemo. Pero tengan cuidado con el azúcar, son muy dados a los excesos.
La siguiente parada es el Museo Nacional (5) (muziumnegara.gov.my), donde conocer la amplia etnografía de tribus locales, la época colonial y la fundación de Malasia y su separación, en 1965, de Singapur. En la salida no debe uno sorprenderse si se encuentra con algún festival infantil con bailes, juegos y, por supuesto, comida.
15.30 Selva en la metrópoli
A 15 minutos a pie desde el museo, en el jardín botánico Perdana (6) (klbotanicalgarden.gov.my) se admira la vegetación asiática. Vale la pena distraerse con las parejas de recién casados engalanados mientras se hacen las fotos de boda en la zona del Sunken Garden. No muy lejos, desde el pasado septiembre se puede pasear también por Taman Tugu (7) (tamantuguproject.com.my): un pulmón selvático en medio de la ciudad que da una idea al visitante de por qué la península malaya tiene el que dicen que es el bosque primario más antiguo del mundo (130 millones de años).
17.00 El símbolo de la ciudad
Las Torres Petronas (8) (petronastwintowers.com.my) son el siguiente destino. El admirado símbolo de la ciudad es el resultado de una competición entre una empresa japonesa y otra surcoreana por ver quién terminaba antes su torre de 452 metros de alto. Los surcoreanos resultaron victoriosos. En los pasadizos hay multitud de locales de comida, se puede dar un paseo desde el área de congresos y convenciones y visitar los alrededores (como la entrada a la Filarmónica Nacional) o subir al puente de cristal que conecta los dos edificios gemelos a 170 metros de altitud. En su base hay un lago y un parque donde uno se tropieza con runners, empresarios frenéticos, estudiantes y visitantes asiáticos cámara en mano.
Si se busca una increíble panorámica de Kuala Lumpur, desde las seis de la tarde se puede ir al cercano Heli Lounge Bar (9), donde espera una vista de 360 grados. En la planta baja hay un bar con decorados de aviación, y en la azotea, en el piso 34º, un helipuerto que de noche se reconvierte en terraza. Lo suyo es quedarse hasta la puesta de sol para ver la ciudad iluminada.
19.30 El mirador de Ampang
Un lugar inolvidable donde cenar es el Veg Fish Farm Thai Restaurant (10) (vegfishfarm.com). Está alejado del centro, unos 30 minutos en coche, pero merece la pena. Espera un suculento manjar de pescados —el pez al vapor es magnífico—, mariscos y ensaladas a precios bajos y rodeado de una granja agrícola orgánica. De vuelta al centro, es recomendable parar un instante en el mirador de Ampang para, después, atravesar el laberíntico entramado de circunvalaciones junto a los rascacielos, un escenario que parece sacado de un videojuego.
21.30 Noche de humor y jazz
Acabar la noche escuchando un monólogo en el Crackhouse Comedy Club (11) (crackhousecomedy.asia) puede ser un buen plan si se habla un inglés aceptable o se tiene un nivel manglish, como lo llaman aquí. Humoristas malayos, chinos e indios regalan noches de carcajadas y de cultura local. Si la idea no seduce, quizá se puede pasar la noche en el club de jazz No Black Tie (12) (noblacktie.com.my) tomando una cerveza local.
Empezamos el día comiendo y lo terminamos igual. Una buena elección puede ser una sopa de lengua de buey en el Nasi Kandar Pelita (13) (pelita.com.my), un local al aire libre de exquisita comida indio-malaya. Si no fuera del gusto del visitante, el barrio de Hartamas (14) despliega una gran variedad de cocinas internacionales. El mundo malayo nunca decepciona al explorador gastronómico.
Empezamos el día comiendo y lo terminamos igual. Una buena elección puede ser una sopa de lengua de buey en el Nasi Kandar Pelita (13) (pelita.com.my), un local al aire libre de exquisita comida indio-malaya. Si no fuera del gusto del visitante, el barrio de Hartamas (14) despliega una gran variedad de cocinas internacionales. El mundo malayo nunca decepciona al explorador gastronómico.
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