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Diez propuestas para huir del calor este verano

De una excursión por la orilla del mar de Frisia, al norte de Europa, a un chapuzón en el parque natural de Los Alcornocales, en Cádiz, pistas muy frescas

Atardecer en el mar de Wadden, en la costa norte de Alemania.
Atardecer en el mar de Wadden, en la costa norte de Alemania. Marco Bottigelli (Getty)

En pleno verano suspiramos por un clima que obligue a llevar una rebeca, aunque sea cuando se pone el sol, y a dormir con manta. Esos lugares existen. En zonas costeras, de bosque y montaña, dentro de España. Y, por supuesto, también en el norte de Europa. Estos son 10 lugares bien marcados en la brújula de quienes anhelan huir del calor.

Jardines del parque Tívoli, en Copenhague.
Jardines del parque Tívoli, en Copenhague.

Jardines del Tívoli en Copenhague

Un refugio estival con conciertos al aire libre sobre un escenario montado en mitad de un jardín cuajado de rosas. Hasta el 23 de septiembre, los Jardines del Tívoli, una de las mayores atracciones del centro de Copenhague (Dinamarca), entonarán su particular oda al verano con propuestas gastronómicas y musicales, como los Friday Rock o los Summer Classic. Además, el icónico parque de atracciones de la capital danesa conmemora su 175º aniversario con un colorido desfile que tendrá lugar todos los días salvo los viernes.

Canal en la ciudad de Leeuwarden (Países Bajos).
Canal en la ciudad de Leeuwarden (Países Bajos).Arnold Bartels (Getty)

Leeuwarden (Países Bajos)

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Al norte de los Países Bajos se alza Leeuwarden, una tranquila ciudad de unos 100.000 habitantes, cruzada por canales, bastante alejada del foco turístico, cuna de Mata Hari y Capital Europea de la Cultura 2018. Todo ello convierte su verano en una interesante apuesta para el viajero: teatro, conciertos, ópera, performances callejeras, arte o deportes. Se encuentra, además, muy bien situada para hacer una escapada a Ámsterdam (a poco más de hora y media en coche) o visitar la maravilla natural del Mar de Frisia (o de Wadden).

Pueblo de Isaba, en el valle del Roncal (Navarra).
Pueblo de Isaba, en el valle del Roncal (Navarra).Mikel Bilbao (Age fotostock)

Isaba (Pirineos navarros)

Las pistas de esquí de fondo a las que se accede en invierno desde Isaba se convierten en carne de senderistas en busca del frescor de los Pirineos cuando aprieta el calor. Esta localidad navarra bañada por las aguas del río Esca se alza al norte del valle del Roncal, a los pies del valle de Belagua, rodeada de impresionantes montañas. Su iglesia-fortaleza de san Cipriano (del siglo XVI) domina un paisaje urbano de calles estrechas y empedradas, con casas señoriales de piedra y madera, y escudos nobiliarios como el de la fuente Uturrotx, con la historia del valle labrada en piedra.

Estación de esquí de La Molina (Girona)

Cuando el blanco torna a verde en el Pirineo catalán, la estación de esquí de La Molina, en el municipio de Alp, comarca de La Cerdanya (entre las provincias de Lleida y Girona), inicia su temporada estival con una enorme cantidad de propuestas al aire libre: bicicleta de montaña (hay remontes para acceder al bike park), parque de aventuras en los árboles, atracciones para los niños, actividades en el lago o circuitos de interpretación de fauna salvaje. Un parque temático de alta montaña con temperaturas agradables para pasar el verano.

Lago Ausente, en Puebla de Lillo (León).
Lago Ausente, en Puebla de Lillo (León).Javier Díez Compadre (Age fotostock)

Puebla de Lillo (León)

En los alrededores del Puerto de San Isidro, paso de montaña que une las provincias de León y Asturias, la temperatura media en verano no supera los 12,5 grados. Allí se encuentra Puebla de Lillo, localidad leonesa de origen medieval que forma parte del parque nacional de Picos de Europa. Su torreón es ahora sede de la Casa del Parque, y ayuda a interpretar el paisaje y a entender la relación del hombre con la naturaleza. El Pinar de Lillo es uno de los escasísimos pinares autóctonos de la Península, hogar del urogallo y zona de paso del oso pardo.

Pueblo de Cangas del Narcea, en Asturias.
Pueblo de Cangas del Narcea, en Asturias.Age fotostock

Cangas del Narcea (Asturias)

Cangas del Narcea ofrece importantes espacios naturales que se pueden visitar con una agradable temperatura media de 19,3ºC en verano. Entre ellos están el Puerto de Leitariegos, que comunica el concejo asturiano (el más extenso del Principado) con el municipio leonés de Villablino. También el parque natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, declarado reserva de la biosfera por la Unesco y que atesora el bosque de Muniellos, el mayor robledal de España y uno de los mejor conservados de Europa. Estas tierras son refugio del oso pardo cantábrico.

Poza del río Guadalmesí, en el parque natural de Los Alcornocales (cádiz).
Poza del río Guadalmesí, en el parque natural de Los Alcornocales (cádiz).Marcos Welsh (Getty)

Parque natural de Los Alcornocales (sierras norte de Cádiz y Málaga)

El agua, en forma de ríos, arroyos y embalses, proporciona la humedad y los bosques de niebla gracias a los cuales se conserva la laurisilva, una selva entre brumas perteneciente a la Era Terciaria.

Pero de entre toda su diversidad de relieves y paisajes, el parque natural de Los Alcornocales, una alfombra verde desde la sierra hasta el parque natural del Estrecho, en la provincia de Cádiz y parte de la de Málaga, debe su nombre a que en sus dominios se extiende la mayor masa conservada y productiva de alcornocal de la Península.

Plaza en el pueblo de Ezcaray, en La Rioja.
Plaza en el pueblo de Ezcaray, en La Rioja.herráez (Getty)

Ezcaray (La Rioja)

La localidad más cercana a la estación de esquí de Valdezcaray es Ezcaray. Se sitúa en la parte alta del valle del Oja, al suroeste de La Rioja, en el extremo occidental de la sierra de la Demanda. En los meses de verano disfruta de máximas de 25,7 grado y mínimas de 12,3 de media, y organiza un festival de jazz con renombre a mediados de julio. Su casco urbano muestra una arquitectura popular bien conservada, con unos soportales que permitían que la vida siguiera pese a los rigores del invierno. Una red de rutas de senderismo descubre su entorno natural.

Vistas desde el Tren del llacs (tren de los lagos), en la provincia de Lleida.
Vistas desde el Tren del llacs (tren de los lagos), en la provincia de Lleida.Antoni Torres (Getty)

El Tren del llacs (entre Lleida y la Pobla de Segur)

Del proyecto transpirenaico, en vía muerta desde hace mucho tiempo, de unir por tren las localidades de Lleida y Saint-Girons (Francia) a través del puerto de Salau sí se hizo realidad, a partir de 1951, una línea férrea entre la capital catalana y la Pobla de Segur. Esta recorre algo más de 89 kilómetros en una hora y 50 minutos. El tramo hasta Balaguer funciona como cercanías, pero el resto del trayecto es eminentemente turístico. Los pasajeros del Tren dels llacs (El tren de los lagos) disfrutan de un paisaje que va del llano (La Plana del Segre) al pre-Pirineo, con vistas del Montsec y los lagos de Sant Llorenç de Montgai, Camarasa, el embalse de Cellers y el pantano de Sant Antoni.

Villa de Pampaneira, en la Alpujarra (Granada).
Villa de Pampaneira, en la Alpujarra (Granada).Getty Images

Centro Budista O Sel Ling, en Soportújar (Granada)

En el término municipal de Soportújar, a medio camino del vecino pueblo de Pampaneira, en lo más alto de la Alpujarra granadina (el viajero ha de subir por la cara sur de Sierra Nevada hasta los 1.600 metros de altitud), se puede encontrar, además de fresquito, el Centro de Retiro Budista O Sel Ling, dedicado a la práctica de la meditación y a la difusión de las enseñanzas de Buda de la tradición mahayana del budismo tibetano. Dispone de casitas individuales para meditar, aisladas en la montaña, y organiza cursos de meditación y filosofía budista.

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