10 edificios que deberías visitar durante el Open House Madrid
Conviene reservar ya para poder ver los interiores de algunos de los proyectos más destacados incluidos en el festival de la arquitectura, el 30 de septiembre y el 1 de octubre
Dos días para descubrir arquitectura en Madrid. Los días 30 de septiembre y 1 de octubre se celebra la edición de 2017 del Open House Madrid y estarán abiertos al público más de un centenar de edificios, algunos de ellos por primera vez. Aquí una selección de diez proyectos que vale la pena no perderse.
1. Parque Móvil del Estado
Con el automóvil apareció no solo uno de los dispositivos más cotidianos del mundo moderno, sino también un tipo de edificio nuevo: el parking. Siempre lateral, siempre construido de forma económica, está asociado a lo subterráneo, o bien a lo periférico. Sin embargo, si nos fijamos, el parking es un espacio excepcional: grandes superficies abiertas, rampas escultóricas, la capacidad de aguantar casi de todo.
Los vehículos oficiales, esos que transportan a los políticos, también tienen su parking. El Parque Móvil, que es como se denomina a la institución y al edificio que custodia y cuida los automóbiles oficiales, apareció en 1935, en plena II República. Después de la Guerra Civil, desde la actitud paternalista de la dictadura, el garaje se amplió con servicios para los trabajadores: una peluquería, un economato, un servicio médico, una escuela, un cine, viviendas... El cierre comercial de la autarquía hizo que en el taller del Parque Móvil no sólo se hicieran reparaciones, sino que se fabricaran piezas de repuesto completas, a partir de chatarra.
En el taller hay un mural el pintor Germán Calvo, de 1951, que recuerda a los murales industriales que Diego Rivera pintó a principios de los años treinta en las factorías de Ford y General Motors en Detroit, idealizando las labores de los trabajadores. El tejado de dientes de sierra por donde entra la luz, la rampa para coches que conduce a cada uno de las plantas de garaje, bajo una bóveda de cristal, y, en definitiva, la sencilla e imponente belleza del parking, sorprende tras la dura fachada del edificio, que da a Cea Bermúdez.
- Calle de Cea Bermúdez, 5. Metro: Islas Filipinas o Canal.
2. Ateneo de Madrid
La sociedad del Ateneo de Madrid se creó en el inicio del trienio liberal, tres años, de 1820 a 1823, durante los cuales estuvo activa la Constitución de Cádiz de 1812, para discutir y hablar de “literatura, ciencia y arte”. Como el rey de entonces, Fernando VII, en cuanto pudo restituyó el absolutismo y el periodo liberal se fue al traste, el Ateneo pasó por algunos pesares y tuvo que exiliarse en Londres hasta 1830. Luego, la sociedad ocupó varios edificios hasta llegar a la sede de Prado 21. De Emilia Pardo Bazán a Valle-Inclán, numerosos intelectuales pasaron, y discutieron (nada más asociado al intelectual madrileño que el café y la tertulia) por el edificio, y por su histórica biblioteca. Entrar hoy en la sede modernista que acoge al Ateneo desde 1884 es viajar en el tiempo. La madera oscura, las paredes con manchas, las pinturas que retratan a los ilustres socios, transmiten un ambiente de decadencia que no solo es visible en su condición material. Una verdadera cápsula del tiempo anclada varias décadas atrás.
- Calle del Prado, 21. Metro Sevilla.
3. Medialab-Prado
La antigua Serrería Belga, que procesaba la madera de los pinares de la sierra madrileña, se ubicó en 1925 en este edificio de hormigón, que de hecho fue el primero construido con esta técnica en la ciudad, algo que se puede observar en los detalles arquitectónicos, que tienen reminiscencias de la construcción de madera.
Ha sido rehabilitado por María Langarita y Víctor Navarro con una intervención que se incorpora a la estructura existente como una capa nueva, completamente diferenciable, más blanda, orgánica, suave y retorcida, permitiendo que surja, de la amistad entre ambas, un espacio en el que pueda pasar de todo. Medialab–Prado es un laboratorio ciudadano de producción y de investigación que, tras pasar por otras sedes, se entiende bien con un espacio que es una plataforma dispuesta a ser programa de muchas maneras posibles y por muchas personas distintas.
- Calle de la Alameda, 15. Metro Atocha.
4. Jardín de la Casa Museo Lope de Vega
Una isla rústica y poco pretenciosa en la calle Cervantes, el jardín de la Casa Museo Lope de Vega, donde solía vivir el poeta, pide llevarse un libro y pararse a leer, o, simplemente, a sentarse y hacer nada, descansando del acoso de las imágenes. Mínimo y sencillísimo, el jardín se configura a base de parterres rectangulares entre caminillos por los que dar un diminuto paseo. El jardín es en realidad un huerto trasero del que se lee que el poeta lo llamaba “mi güertecillo”. Varios edificios miran a este patio, y según la artista Marta Fernández Calvo a distintas horas del día se oyen ensayar los instrumentos de los vecinos. Ella un día puso a todos los músicos a sonar a la vez, y quizá al visitarlo podemos imaginar que estamos viviendo en el instante en que eso sucedió.
- Calle de Cervantes, 11. Metro Sevilla.
5. Archivo y Biblioteca Regional
En 1994, El País titulaba un artículo “Dos discípulos de Moneo ganan el concurso para transformar El Águila en un gran centro cultural”. La forma en que se nombra en la noticia a los jóvenes arquitectos traza una línea en el tiempo hasta hoy, cuando el estudio que montaron Emilio Tuñón y Luis Mansilla ha construido algunos de los mejores ejemplos de arquitectura contemporánea en España. El complejo de El Águila, la antigua fábrica de cervezas, era el gran proyecto de Joaquín Leguina para el sur de Madrid. Finalmente no se convertiría en ese centro cultural, sino en el Archivo y la Biblioteca Regional de la Comunidad de Madrid. La intervención en el edificio original, una arquitectura industrial de Eugenio Giménez Corera y Luis Sáinz de los Terreros de 1914, respeta con delicadeza lo existente, manteniendo la idiosincrasia de los volúmenes que caracterizan el edificio original, como el silo, y añadiendo nuevos volúmenes, sencillos pero característicos del momento en que se proyectaron, los años noventa. El Águila es una de la mejores piezas de la ciudad.
Calle de Ramírez de Prado, 3. Metro Delicias.
6. Ciudad BBVA
Esa torre de la Castellana, marrón oscura, brillante y tramada por brise–soleils (parasoles) horizontales, donde leemos un rótulo que dice BBVA, que fue diseñada por Francisco Javier Sáenz de Oiza en 1981, es probablemente el mejor ejemplo de arquitectura en altura de la ciudad. Si en el siglo XX ser moderno y corporativo era hacer un rascacielos, en los dosmiles es hacer una ciudad. El banco ha construido una sede mucho mayor en la periferia madrileña, proyectada por los arquitectos suizos Herzog & de Meuron. La ciudad del BBVA es también un signo en el perfil arquitectónico madrileño, en este caso una señal ovalada, y su arquitectura está también marcada por la pauta de parasoles que tamizan el sol (la esencia del rascacielos, la fachada de vidrio, bordea el disparate en este sur). El edificio colma la parcela, construyendo una manzana unitaria que comparte el ritmo formal y la materialidad del elemento vertical (el óvalo–torre). Visitar este edificio es ver una obra de gran complejidad, elaborada por uno de los estudios de arquitectura más influyentes en la actualidad, y a la vez observar cómo toma forma un sistema económico que generalmente apreciamos sólo en lo abstracto.
- Calle Sauceda, 28. Metro Las Tablas.
7. Centro de Estudios Hidrográficos
¿Puede ser una viga como un hueso? La forma de la estructura que forma el techo del Centro de Estudios Hidrográficos hace responder que sí. Miguel Fisac fue un escultor del hormigón, un escultor que convivía con lo racional: ¿cómo volver algo más ligero y resistente? Las vigas que proyectó permiten construir una nave diáfana de 22 metros de anchura, y a la vez resuelven con un solo elemento, expresionista a la vez que funcional, tanto lo formal como lo funcional del edificio. Entre las vigas pasa la luz, llenando la sala, sin luz directa, ocupada por las instalaciones del laboratorio de hidráulica, que parecen volúmenes escultóricos en la sala, para iluminar los movimientos del agua. De alguna manera el espacio que contruye Fisac es casi un espacio museístico para un laboratorio de ingeniería.
- Paseo Bajo de la Virgen del Puerto, 3. Metro Puerta del Ángel.
8. Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja
En 1934 un grupo de arquitectos e ingenieros fundó en España el Instituto de la Construcción y la Edificación, hoy el Instituto de Ciencias de la Construcción. Entre ellos estaba Eduardo Torroja, el ingeniero que dio los grandes pasos en la técnica del hormigón que tomarían la forma de, por ejemplo, las bóvedas en voladizo del Hipódromo de Madrid. Torroja calculó las estructuras del Instituto de Ciencias proyectado por Manuel Barbero y Gonzalo Echegaray en los años cincuenta.
La modernidad es patente en el proyecto, en el que la variación está introducida a través de necesidades funcionales, así como por el respeto a los abundantes pinos en el solar, dos requerimientos que generan diversidad tipológica y espacial, mientras que la seriación propia de lo industrial aparece en los elementos constructivos. Un comedor circular, un depósito de agua, silo de carbón con forma de dodecaedro, las cubiertas de naves y talleres, las pérgolas, configuran un imaginativo paisaje moderno lleno del positivismo propio de su tiempo.
- Calle de Serrano Gálvache, 4, 28014, Madrid. Metro Chamartín.
9. Fundación Fernando Higueras
Varios edificios proyectados por el estudio del explosivo arquitecto Fernando Higueras están abiertos a la visita durante el Open House Madrid, todos espectaculares ejemplos arquitectónicos. El arquitecto sabía lo que era el buen vivir, y esto queda patente en todos sus edificios de vivienda, en los que el lujo no estaba en los materiales o los presupuestos, sino en una disposición espacial brillante y a la vez heredera de una tradición popular muy castiza. Su casa, que se comenzó a construir en 1972, se realizó con la licencia de una piscina: y es que la casa es un cubo de 9x9 enterrado en el jardín de una vivienda en la que Higueras vivió antes. Un lucernario inunda de luz el espacio a doble altura alrededor del que se distribuye la casa, lleno de plantas, fotografías y una hamaca, y a una estupenda temperatura todo el año. Hoy en el “rascainfiernos” está la Fundación Fernando Higueras, que cuida con el mayor de los cariños el trabajo que dejó uno de los mejores arquitectos madrileños.
- Calle del Maestro Lassalle, 36, 28016, Madrid. Metro Pío XII.
10. Ciudad Universitaria
Muchos de los estudiantes de Madrid pasan sus años de estudios en la Ciudad Universitaria. Su campus de edificios racionalistas, quizá algo ajados y dispersos, son fruto de una iniciativa de considerable escala y complejidad que duró varios años. El campus se levanta en unos terrenos que Alfonso XIII cedió al Ministerio de Instrucción Pública para los que el arquitecto Modesto López Otero proyectó la ordenación, y que comenzaron a edificarse poco a poco. Filosofía se terminó de construir en 1934, y en otoño del 36 estaba previsto que se abriera, junto a Farmacia, así como la Escuela de Arquitectura. Otras facultades, como Medicina, estaban casi completas. En noviembre de 1936 el ejército franquista llegó a Madrid, tomó la Casa de Campo, cruzó el Manzanares, ocupó los edificios recién construidos en la Ciudad Universitaria y avanzó hasta quedar retenido en el Hospital Clínico.
Fue en la Ciudad Universitaria donde el ejército franquista fue detenido por primera vez. La batalla fue muy cruenta y resultó en uno de los frentes más duraderos de la contienda. El campus quedó repartido entre los dos ejércitos, una situación que se mantuvo hasta 1939. Los edificios, que no se estrenaron como universidad, sino como frente de guerra, quedaron muy afectados y se perdió valiosísima documentación, archivos y libros. Las cicatrices de la lucha pasan inadvertidas todos los días ante sus usuarios contemporáneos, pero pueden leerse con la ayuda de una de las rutas guiadas que forman parte de Open House Madrid.
- Metro Ciudad Universitaria.
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