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Dos discípulos de Moneo ganan el concurso para transformar El Águila en un gran centro cultural

Las obras costarán 4.700 millones de pesetas, un 50% más de lo previsto

Elsa Fernández-Santos

Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno, dos madrileños de 35 años que hasta ahora trabajaban en el estudio de Rafael Moneo, tienen en sus manos el futuro arquitectónico de la fábrica El Águila, el viejo edificio industrial del distrito de Arganzuela que se ha convertido en el proyecto cultural más ambicioso de los últimos años de la Comunidad. Este joven equipo ha ganado el concurso de ideas para convertir en hipermercado de la cultura los casi 40.000 metros cuadrados de fábrica. En la cuneta se han quedado las ideas de creadores tan importantes como Julio Cano Lasso (cuyo proyecto se clasificó tercero), Francisco Javier Sáenz de Oiza o Francisco Rodríguez de Partearroyo.

"Éste será el primer edificio ecológico de Madrid", señaló ayer uno de los arquitectos ganadores. Según el acta de la reunión del jurado, hecha pública ayer, el primer premio recayó sobre el proyecto de Tuñón y Moreno por "su viabilidad, su adecuación al programa, su delicada recuperación del conjunto histórico y su coherencia con el entornoEl presupuesto de la obra será de 4.700 millones, 1.700 más de los previstos. Según la Comunidad, es de los más baratos, ya que la media del coste de los proyectos presentados era de 5.700 millones de pesetas. Incluso alguno alcanzaba los 10.000 millones.

Para Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno éste es su primer trabajo importante sin la dirección de Rafael Moneo. Durante 10 años, estos dos arquitectos madrileños han formado parte del estudio de Moneo, con el que trabajaron en la rehabilítación del Museo Thyssen y en la estación de Atocha. "Lo más importante de nuestra propuesta es que éste será el primer edificio verde de Madrid", afirma Emilio Tuñón. "Igual que hace 20 años el Pompidou (París) fue el edificio. que más desarrolló la arquitectura de alta tecnología, pretendemos que este edificio sea el que más desarrolle la llamada arquitectura verde".

Edificio reconvertido

La arquitectura verde está, según Emilio Tuñón, muy de moda en Inglaterra. "No se trata de edificios que no contaminen, ya que la construcción siempre supone una degradación ambiental. Se trata de que contaminen lo menos posible y sobre todo que generen la menor cantidad de escombros". Reciclar los materiales del edificio que ya existe y crear hormigón reciclado o reutilizar las estructuras metálicas son algunas de las premisas de esta arquitectura ecológica.

Jaime Lissavetzky, consejero de Eduación y Cultura, también destacó ayer la juventud

experiencia de los ganadores y la ventaja de que el proyecto elegido puede ejecutarse por fases. Respecto a la posibilidad de que el nuevo centro pueda ser inaugurado por un Gobierno no socialista, el consejero declaró: "Hemos puesto en marcha la Universidad Carlos III y la Peineta, y nos gustaría hacer lo mismo con este centro cultural".

Las obras previas de demolición de algunas partes de la fábrica comenzarán en el primer trimestre de 1995. Y la obra total terminará dentro de 24 meses. Inicialmente está previsto un primer desembolso de la Comunidad de 350 millones.

012A=Oiza

Ayer, junto al proyecto de los arquitectos ganadores, se mezlaban, sobre una mesa de la sede de los servicios culturales e la Comunidad, las carpetas e los 19 finalistas al concurso e la reconversión de la fábrica de El Águila. El segundo premio, diseño de otro joven arquitecto, Federico Soriano, cuenta con un espectacular teatro, aunque inviable, según el jurado, y el tercero, de Jullo Cano Lasso, de 73 años, (Pabellón de España de la Expo) fue calificado como "fuerte y coritundente".El resto de los proyectos, al no haber sido premiados, sólo aparecían identificados sobre la mesa con una clave numérica. Apilados, uno encima del otro, era difícil distinguirlos hasta que un miembro del jurado señaló con media sonrisa uno de ellos: "Ven éste", dijo, "es un proyecto increíble. Realmente original. Su clave es 012A. Creo que está claro de quién es, no?". Carlos Jiménez Martínez, gerente del Centro de Estudios y Actividades Culturales, pasó el dedo por cada letra y dijo: "01ZA" (Francisco Javier Saenz de Oiza, Torres Blancas, el Ruedo.)

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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