Venecia para venecianos
La vida académica llevó a H. Rosi Song, catedrática del Departamento de Literatura y Cultura Hispánicas en Bryn Mawr, prestigioso colegio universitario de Filadelfia, a vivir en Venecia durante cuatro meses en 2015
Es catedrática del Departamento de Literatura y Cultura Hispánicas en Bryn Mawr, un prestigioso colegio universitario cercano a Filadelfia. Ha escrito ensayos sobre la movida, la transición española, la inmigración en España y también sobre ciudades y gastronomía. La vida académica la llevó a Venecia durante cuatro meses en 2015.
¿Cómo se busca casa en Venecia?
Tuve mucha suerte: por medio de una web de alquileres temporales encontré una junto al mercado de Rialto.
¿Y cómo se movía por allí?
Mi pareja y yo logramos una gran oferta para el vaporetto porque demostramos que éramos residentes temporales. Los turistas pagan 7 euros cada vez que lo usan, pero los pasajes para residentes cuestan solo 1,50 euros.
¿Los venecianos viajan en góndolas?
Viajan en traggeto, que son de algún modo las “góndolas de los pobres”. Salen de sitios donde no hay puentes y solamente sirven para cruzarte el canal. Al lado de mi casa había uno que iba del mercado de Rialto a la iglesia de Santa Sofía. Costaba 2 euros para turistas y 75 céntimos para residentes.
Volvamos al mercado de su barrio. ¿Qué descubrió en él?
Una de mis delicias venecianas favoritas: los cangrejos moeche. Se pescan cuando están mudando de caparazón. La concha es muy fina, más bien como una piel. Te lo comes todo.
¿Encontró algo más… vegano?
El radicchio. Es como una endivia morada. Se come al horno y está un poco amargo.
¿Algún rincón que no le gustase?
Los lugares donde había muchos turistas. Cuando comienzas a descubrir Venecia, te empiezan a atraer los sitios sin gente. La gente cree que Venecia se recorre en un par de días, pero yo en cuatro meses no la conozco entera.
¿Hizo algún descubrimiento?
La iglesia de San Polo. Pasaba a diario junto a ella y no se me ocurría entrar. Más adelante volví a Venecia y por fin la visité. Hay un Via Crucis impresionante de Giovanni Domenico Tiepolo, hijo del célebre Giambattista, y también lienzos de Tintoretto.
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