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Cinco planes para ver delfines y ballenas en España

Del Cantábrico al Atlántico pasando por el Mediterráneo, rutas que zarpan de la costa española al encuentro de rorcuales y calderones

Un grupo de calderones tropicales u el catamarán 'Bonadea II' en las cercanías de Tenerife.
Un grupo de calderones tropicales u el catamarán 'Bonadea II' en las cercanías de Tenerife.

Son mamíferos. Y precisamente por eso podemos observarlos con cierta facilidad, porque suben a la superficie del agua para respirar tras alimentarse en las profundidades. Avistar delfines, rorcuales, calderones u orcas brinda una sensación poderosa y liberadora. Mejor desde un catamarán, muy estable en el momento de parar máquinas. No se interfiere en el comportamiento animal, y si los cetáceos no se dejan ver se suele compensar al viajero. Es fundamental observar los consejos contra el mareo.

Salida con el cetólogo

Verballenas, Santurce (Bizkaia)

Embarcarse con el naturalista y cetólogo Gorka Ocio evoca el imaginario de Moby Dick. Con el celo de un capitán Ahab cazador de imágenes, Ocio reverdece la tradición ballenera vasca y para hacer valer el nombre de su empresa no duda en realizar travesías exigentes: pueden durar entre ocho y nueve horas y recorrer hasta 90 millas (162 kilómetros), siempre tras una charla introductoria. En cuanto atisba la columna de vapor, el patrón grita el inveterado “¡Por allí resoplaaaa!”. La emoción recorre al pasaje: arrebatos de entusiasmo, abrazos, sobrecalentamiento de memorias electrónicas. El chute de adrenalina reconforta al que se haya mareado.

Si el mar lo permite, se usan hidrófonos con los que escuchar los silbidos y chasquidos de los delfines

Del rorcual común se escucha la inspiración por los aventadores con ruido de cañerías viejas, seguida de la ensordecedora expulsión, como un géiser, del segundo animal más grande que ha conocido la Tierra. Necesitaremos un golpe de suerte para ver un cachalote, que muestra su aleta caudal justo antes de la inmersión. Verballenas es la primera empresa española con el diploma World Cetacean Alliance (WCA), que certifica el turismo de observación respetuosa.

Silbidos marinos

Hegaluze, Bermeo (Bizkaia)

Embarcarse en Bermeo comporta enormes ventajas. Poder elegir singladuras de cuatro o seis horas. La charla informativa y el acompañamiento están a cargo de guías-divulgadores de la ONG Ámbar; no menos importante es que el safari pelágico cuenta con el aval del Gobierno vasco a través de su centro de actividades ambientales Ekoetxea Urdaibai (+34 946 87 04 02), que gestiona las reservas. Si el mar lo permite, se usan hidrófonos con los que escuchar por cascos los silbidos y chasquidos de estos animales de gran sensibilidad acústica. A los delfines comunes, que suelen presentarse en grandes grupos, los identificamos por esa especie de reloj de arena que muestran en sus costados.

Hay muchas posibilidades de ver a los tímidos zifios de Cuvier (que se sumergen hasta 2.500 metros de profundidad) y en mayo queda indeleble la imagen de las madres delfines impidiendo (sin éxito) que las crías se acerquen al barco.

Un delfín listado frente a la costa de Murcia.
Un delfín listado frente a la costa de Murcia.

Seres del Mediterráneo

Cetáceos & Navegación, Cartagena y Puerto de Mazarrón (Murcia)

Son ya 14 años los que el naturalista Antonio Méndez lleva mostrando, acompañado de biólogos marinos, el universo de los cetáceos en el Mediterráneo. Pocos animales como los delfines consiguen retrotraernos a la infancia: les encanta sentirse impulsados por la proa del casco. El más visible es el delfín listado, muy saltarín, que impone cuando aparecen a cientos, sin olvidar los calderones comunes, que a veces se acercan a charlar con el pasaje. Residente algo menos frecuente es el delfín mular, de hasta cuatro metros de largo, el más corpulento en su especie: el Flipper de la vieja serie televisiva.

Desde Puerto de Mazarrón Cetáceos & Navegación programa salidas todo el año por el golfo de Mazarrón. De Cartagena zarpa entre primavera y otoño la vistosa goleta turca Karyam en cruceros por el golfo de Vera de fin de semana y de una semana. Invitadas asiduas son las tortugas bobas.

Orcas cazadoras

Turmares, Tarifa (Cádiz)

El estrecho de Gibraltar, tan rico en alimento, garantiza una amplia variedad de avistamientos. En un lapso de dos horas, la posibilidad de ver delfines mulares y calderones se dispara. Primavera y otoño son meses en los que se aprecia a veces el paso rápido de los rorcuales, así como de hambrientos machos jóvenes de cachalote procedentes de Liguria (Italia). Pero es de julio a septiembre cuando parten las excursiones de tres horas a la busca de orcas cazadoras de atunes junto a Tánger. La probabilidad de verlas, dice su web, es del 70%. Turmares cuenta con tres embarcaciones —150, 60 y 6 pasajeros— y 18 años de experiencia.

Un cachalote en aguas de Tenerife.
Un cachalote en aguas de Tenerife.

Como de la familia ‘Bonadea II’

Puerto Colón, Adeje (Tenerife)

A tres millas de la costa sur de Tenerife se alcanzan mil metros de profundidad, lo que la convierte es uno de los mejores lugares del mundo para observar cetáceos. Los calderones o ballenas piloto —en realidad tienen más de delfín— son residentes y está casi asegurado fotografiarlos cuando emergen para socializar. Desde el catamarán Bonadea II, de tripulación canaria, los reconocen por las marcas de su alerta dorsal: Nico, Indio, Daniel, Bob Esponja (el grandullón) son algunos de los parroquianos; el resto se fotoidentifica en el acto sobre un catálogo impreso de unos 300 ejemplares. Los rorcuales tropicales se avistan con frecuencia ahora en abril. Los cachalotes están de paso todo el año, pero es más difícil verlos. El Bonadea II enarbola bandera azul, lo que significa que está autorizado por el Gobierno de Canarias para desempeñar esta actividad.

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