Príncipe de Viana Edición Blanca 2015: equilibrado ensamblaje

Príncipe de Viana es un buen ejemplo de los nuevos aires que soplan en Navarra. Liberada del monocultivo del rosado, se ha orientado hacia los tintos y blancos de calidad, capaces de competir con sus vecinos riojanos. Un buen ejemplo de ello es la tarea renovadora en la que se ha embarcado esta bodega, un gigante que elabora más de 11 millones de kilos de uva y posee un parque de 15.000 barricas de roble americano y francés. Son palabras mayores que posibilitan una oferta variada a precios ajustados.

Entre su línea de vinos actuales destaca su garnacha de viñas viejas, y la edición limitada, primero un tinto, luego un rosado y ahora este logradísimo blanco, equilibrado ensamblaje de las variedades sauvignon blanc y chardonnay, cuyo mosto flor, extraído por gravedad, fermenta a baja temperatura.

Elaboración muy cuidada pero convencional, que lo fía todo a la calidad de las uvas, sus reconocidos atributos organolépticos, y a la pura expresión del terruño. Y eso es lo que limpiamente ofrece: aroma intenso, perfumado, con la fruta exótica, bien madura, en primer plano, pero integrada en una paleta donde cítricos, flor blanca, boj, menta verde y melocotón se conjuran para seducir al paladar con su fresca y sugerente untuosidad.