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Doce destinos gastronómicos para 2016 Desde elegantes restaurantes de streetfood en Ciudad Ho Chi Minh, en Vietnam, a las mejores propuestas de la alta gastronomía peruana, una vuelta al mundo por los sabores del planeta con paradas imprescindibles para paladares inquietos La ruta comienza en uno de los paraísos con el que sueñan 'foodies' de todo el mundo: San Sebastián y sus 'pintxos'. Considerados como alta cocina en miniatura, son una explosión de sabor montada en una rebanada de pan y la variedad que ofrecen las barras en los bares del centro de Donosti deja boquiabierto al visitante primerizo. Por ejemplo en el Txepetxa (Pescadería, 5), en el Bar Nestor (Pescadería, 11) o en La cuchara de San Telmo (31 de agosto, 28). getty Cada región francesa está asociada a algún producto o receta tradicional cuya simple mención despierta el apetito. Aquí están las mejores rutas del queso (algunos tan famosos como el Roquefort o el Camembert), las de la trufa, clásicas rutas de vino como la de Alsacia (en la foto) o la de Burdeos, recorridos temáticos por la región de Champagne y del 'foie' en Périgeux, o las sabrosas bullabesas de Marsella y los exquisitos 'macarons' de París. Martyn Goddard En Escocia, el whisky lleva elaborándose artesanalmente desde hace más de 500 años e incluso se ha convertido en un potente reclamo turístico. Whisky viene del gaélico (uisge bagh), y significa agua de vida. Más de 100 destilerías siguen produciendo cientos de variedades de whisky de malta y es un pasatiempo popular (para locales y visitantes) aprender a distinguir entre los destilados en Islay (en la foto), con aroma a humo y turba, y los de Speyside, florales y con sabor a jerez. Marco Cristofori Copenhague es uno de los destinos culinarios más pujantes de Europa, con más estrellas Michelin que ninguna otra ciudad escandinava. La gastronomía y el diseño han hecho de la capital danesa la ciudad más 'cool' de estas latitudes. La referencia indiscutible es Noma (en la foto), meca internacional del chef René Redzepi, pero hay otras joyas, como Kadeau, oda culinaria a la isla de Bornholm (una estrella Michelín), y Kanalen, el local más prometedor de Copenhague. Francis Joseph Dean Los checos presumen de tener la mejor 'pivo' (cerveza) del mundo y uno de sus proverbios reza que “donde se produce cerveza, la vida es buena”. Así que Praga debe de ser buenísima, pues una ciudad rebosante de cerveceras de todos los tamaños. La cerveza checa ha gozado de fama por su calidad y sabor desde la creación de la Pilsner Urquell en 1842, y en tiempos recientes se vive un resurgimiento de las microcerveceras artesanas. Sergi Reboredo Además de delicioso cuscús, Marruecos ofrece buena cocina callejera e interesantes aventuras culinarias, como como aprender a cocinar sus recetas tradicionales en la escuela de cocina del Café Clock (en la foto), en Fez, cuyo curso culinario incluye una visita a la carnicería para comprar los ingredientes de un buen tajín, guiso que se prepara en el horno del 'hammam'. Turquía es uno de los destinos más cercanos para adentrase en la inteligente mezcla de sabores y especias tan típica de Oriente Próximo, así como la fusión de sus diversas tradiciones. Aquí los reyes son los mezes (aperitivos), platillos que no equivalen a una comida pero sí proporcionan una experiencia gastronómica. Como kebabs (brochetas de carne) y las köfte (albóndigas, en la foto), los más conocidos fuera de sus fronteras. En Estambul, poodemos probar buenos mezes en el restaurante Sofyali 9 (Sofyali Sokar 9). Tim Graham Queda mucho por conocer de la milenaria cocina japonesa, más allá del shushi y el sake: los shabu-shabu, okonomiyaki, tonkatsu, unagi (anguila) o el yakitori. Con algo más de vocabulario básico (soba, udon, ramen, izakayas o kaiten-sushi, podemos lanzarnos a la exploración gastronómica es encenarios comoel mercado de pescado del Tsukiji (en la foto), en Tokio, donde se desayuna con palillos sin salir de la lonja. La carta ilustrada de los restaurantes ayuda a orientarse si no dominamos (todavía) el idioma local. corbis La cocina vietnamita es uno de los mayores secretos culinarios de Asia. Se la ha empezado a conocer fuera de sus fronteras pero aún no es un fenómeno global. Ciudad Ho Chi Minh, la antigua Saigón, es un paraíso para gastrónomos, desde sus puestos callejeros hasta los restaurantes de altísimo nivel. Una buena sugerencia es el restaurante Nha Hang Ngon, en cuyo elegante jardín (en la foto) se sirven clásicos de la comida callejera vietnamita. Nik Wheeler Para descubrir nuevos sabores del sudeste asiático hay que abrirse a la variadísima gastronomía de Malasia, que va desde la comida 'nonya' (chino-malasia) hasta los curris indios, los bufés chinos y los puestos de comida malasia. El plato oficial del país es el nasi lemak (arroz cocido con leche de coco servido con pepino, pescado crujiente, huevo duro y sambai picante), pero también hay pescados y productos del mar a la barbacoa, fideos en sopa o fritos y, para el postre, una ración dulce de zumos de fruta azucarados. Bruno Ehrs En Perú, la fusión lleva tiempo formando parte de la cocina cotidiana desde la creación, hace 400 años, de su célebre cocina criolla. En la pasada década, una generación de cocineros innovadores ha llevado estas creaciones locales a la cima gastronómica mundial, con el chef Gastón Acurio a la cabeza. Desde los modestos locales de Moyobamba hasta las modernas 'boîtes' del barrio limeño de Miraflores o el gran festival gastronómico de Mistura (en la foto), también en Lima, este país está empeñado en mantener entretenido el paladar de quienes lo visitan. marco simola Junto a la peruana, la cocina mexicana es la que más sorpresas agradables ofrece en el continente americano; eso sí, casi todas bien picantes. México cuenta con una de las mejores culturas de comida callejera (el reino de las quesadillas, enchiladas, tamales y elotes) pero también podremos encontrar propuestas tan refinadas como Pujol, en México DF, el mejor restaurante 'gourmet' con el chef Enrique Olvera al frente, o la terraza del Ocean Grill (en al foto), en Puerto Vallarta: un auténtico festín de marisco junto a un acantilado al que se llega en barco.