Once destinos subterráneos
De las minas de sal de Wieliczka, en Polonia, a una gigantesca cisterna romana en Estambul, enclaves sorprendentes bajo la superficie que se pueden visitar
Cuando creemos que hemos visto (y descubierto) todo en nuestro planeta, resulta que todavía queda lo que se esconde bajo la superficie terrestre. Maravillas naturales subterráneas e impresionante creaciones del hombre, desde cuevas prehistóricas que fueron su primera vivienda hasta ciudades completas, iglesias excavadas en la roca, hospitales o refugios para tiempos difíciles.
Algunas grandes urbes esconden bajo sus cimientos ciudades paralelas que son más interesantes que la que vemos en la superficie. La mayoría de estos sorprendentes tesoros subterráneos se han convertido en enclaves turísticos que se pueden visitar. Eso sí, claustrofóbicos abstenerse.
01 Ciudad subterránea de Derinkuyu
TURQUÍA
Este laberinto de túneles con varios niveles superpuestos, como si fuera un rascacielos construido cavando hacia el interior de la tierra, es una de las visitas más impresionantes que se pueden realizar en la Capadocia turca. Impresiona mucho más cuando te cuentan que aquí llegaron a vivir hasta 10.000 personas, como hormigas laboriosas. Construido por la mano del hombre, el de Derinkuyu, a 10 kilómetros al sur de Kaymakli, es el más espectacular de los 37 asentamientos subterráneos que hay en la región.
Se cree que estas ciudades ocultas comenzaron a ser horadadas por los hititas, pero durante los siglos VI y VII los cristianos bizantinos las ampliaron y extendieron para escapar de la persecución de los ejércitos persas o árabes. Los respiraderos se camuflaban como pozos y nadie podía intuir que bajo tierra vivían, trabajaban, comían y amaban miles de personas. Algunos expertos afirman que el primer nivel puede ser del año 1.400 antes de Cristo. Sea como sea, la ciudad que hoy conocemos tiene entre 18 y 20 pisos subterráneos, con enormes estancias superpuestas en siete niveles a través de un sistema de túneles laberíntico. Desde 1963 se pueden visitar. Hay de todo lo que se necesitaba en una ciudad: almacenes, bodegas, cisternas, prensas para el vino y el aceite, establos, cocinas, comedores, escuela y hasta una capilla cruciforme de 180 metros cuadrados y una altura de tres metros, ubicada en el séptimo nivel. Cuando se está abajo del todo, se puede mirar hacia arriba por el respiradero para comprobar su profundidad.
02 Minas de sal de Wieliczka
POLONIA
A unos 14 kilómetros de Cracovia, las minas de sal de Wieliczka están consideradas las más antiguas del mundo en funcionamiento: llevan siendo explotadas desde el siglo XIII. Se trata de un inquietante mundo de pozos y cámaras de sal esculpido íntegramente a mano y famoso por las propiedades conservantes y curativas de su microclima. Tienen una profundidad de 327 metros y su longitud supera los 300 kilómetros, por algo son conocidas como la catedral subterránea de la sal de Polonia.
El recorrido turístico consiste en unos tres kilómetros y medio en los que se pueden ver estatuas talladas en roca salina, cámaras, capillas, un lago subterráneo y todo iluminado con unos candelabros de cristal de sal que le dan aspecto de palacio. La joya del lugar es la capilla de Santa Kinga, que es una verdadera iglesia de sal, retablos incluidos. A la salida, un museo explica a los turistas el porqué de esta original atracción turística que todo el que visita Cracovia incluye en su recorrido.
03 El Seattle subterráneo
ESTADOS UNIDOS
Seattle, al norte de la costa pacífica estadounidense, es la ciudad donde nació el grunge, de Nirvana y Jimmie Hendrix y, además, presume de su excelente café. Como en todas las grandes urbes de Estados Unidos, la principal atracción turística son sus museos, pero aquí encontramos también una visita muy especial: la ciudad subterránea, bajo la Pionner Square. No se trata de simples estaciones abandonadas de metro, sino un entramado de calles y casas de la Seattle del siglo XIX, que hoy se oculta bajo tierra. Su origen se remonta al gran incendio que hubo en la ciudad en 1889 y que la destruyó por completo. Después se optó por levantar una nueva ciudad de ladrillo y piedra, elevando el terreno y la planta baja de las casas para evitar inundaciones, hasta entonces uno de los problemas más frecuentes en la ciudad. En consecuencia, parte de la ciudad quedó sepultada bajo toneladas de cemento y hoy recibe visitas a modo de viaje subterráneo en el tiempo.
Conoceremos historias sorprendentes que los guías explican con mucho desparpajo: desde la invención del inodoro con cadena –la ciudad primitiva estaba a nivel del mar y la evacuación de residuos obligó a sus habitantes a agudizar el ingenio–, hasta una historia de supuestas costureras que, en realidad, ocultaban una red de prostitución o túneles que fueron utilizados para reuniones clandestinas durante los años de prohibición. Un entretenimiento perfecto para un día de lluvia.
04 Coober Pedy
AUSTRALIA
La gente que vive en pueblos que rozan los 50 grados en verano, como los del interior de Australia, busca cómo escapar del calor como sea. Es lo que pasa en Coober Pedy, localidad de 3.000 habitantes en la que las temperaturas empujaron a la población a excavar, literalmente, sus casas. El nombre del pueblo significa “agujero en el suelo del hombre blanco” en el dialecto aborigen local y es un lugar realmente inhóspito en el que uno se pregunta por qué alguien decide instalarse allí. La razón está en los ópalos: desde 1915, la riqueza de la zona en estas piedras preciosas ha atraído a buscadores, muchos de los cuales han excavado casas, bares y hasta iglesias en sus laderas en busca de frescos refugios.
La Casa de Faye es la más bonita del pueblo. No es un museo, sino una vivienda que demuestra cómo se desenvuelven las personas normales en una tierra abrasadora en mitad de la nada. Coober Pedy está a 846 kilómetros al norte de Adelaida y a 685 al sur de Alice Springs; hay seis vuelos semanales entre Adelaida y Coober Pedy.
05 Un hospital secreto bajo Budapest
HUNGRÍA
El subsuelo de la capital húngara y sus alrededores esconden muchas sorpresas. Una de las más impresionantes es un hospital excavado en la roca (actualmente un museo, el Hospital in the Rock), bajo la colina de Buda. Se construyó durante la II Guerra Mundial aprovechando el sistema de cuevas que ya existía bajo las casas de la ladera y fue un funcionó como refugio seguro para los heridos durante el conflicto. Después, durante la revolución del 56, volvió a convertirse en hospital y refugio y posteriormente se cerró… oficialmente.
Hace unos años se ha descubierto que en realidad continuó funcionando durante décadas como refugio antinuclear secreto durante la guerra fría, con todo dispuesto para atender a la población en caso de un ataque nuclear. Ahí están todavía para demostrarlo las puertas acorazadas, las miles de máscaras anti gas y otros muchos elementos de urgencia preparados para atender a toda la población en un supuesto conflicto atómico.
Un centenar de figuras de cera (médicos, heridos, enfermeras, soldados) sirven hoy para que los visitantes puedan hacerse una idea de cómo se vivía allí durante la Guerra Mundial (hay oficinas, habitaciones para los enfermos e incluso quirófanos). La última parte del recorrido nos deja ver el búnker de la Guerra Fría y en la tienda de recuerdos podremos incluso comprar algunas de las mascarillas de gas o paquetes de primeros auxilios originales que los húngaros almacenaron.
Si cogemos gusto a estar bajo tierra, podremos practicar espeleología en alguna de las 160 cuevas que horadan el subsuelo de Buda. La más visitada (se puede llegar en autobús desde el centro) es la de Pál-völgy –una de las más grandes del mundo–con 19 kilómetros de longitud. Famosa por sus estalactitas y sus murciélagos, cuenta con dos circuitos: uno sencillo para todos los públicos y una ruta de aventura de tres horas de duración no apta para claustrofóbicos.
06 Río subterráneo de Puerto Princesa
FILIPINAS
Puerto Princesa es la capital de Palawan, una de las provincias de ese laberinto insular que son las Filipinas. Desde 1999 se ha convertido además en uno de los reclamos turísticos del país gracias a la declaración como patrimonio mundial del Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa, un tramo fluvial bajo tierra de 8 kilómetros de longitud. Las formaciones que se ven en las cavernas (y los chillidos de los murciélagos) cumplen con las expectativas de todos los visitantes, aunque los circuitos solo permiten estar 30 minutos bajo tierra. Su conjunto representa un importante hábitat de biodiversidad, donde se mezclan ecosistemas del bosque y de la playa, formando un paisaje espectacular.
Para apreciar totalmente la zona hay que acercarse a las playas, riscos y bosques que hay en torno al pueblo de Sabang. La ciudad de Puerto Princesa se considera una de las más limpias y verdes de Filipinas y es famosa por sus granjas de cocodrilos, pero sobre todo por sus ríos subterráneos.
07 Túneles de Cu Chi
VIETNAM
Hoy son uno de los grandes reclamos turísticos en el sur de Vietnam pero aún así, impresionan cuando te muestran lo que realmente significaron para la historia de los vietnamitas. Construidos durante la Guerra de Vietnam por las tropas norvietnamitas, consisten en una extensa red subterránea que servía, sobre todo, como escondite para las guerrillas del ejército comunista. También se utilizaban como hospital, de almacén de armas y alimentos, e incluso como alojamiento. Todo un mundo bajo tierra al que se accedía a través de diminutos agujeros camuflados en el suelo. Todo un reto para un visitante occidental (sobre todo si tiene sobrepeso).
Los túneles se extienden 40 kilómetros al norte de Ciudad Ho Chi Minh, la antigua Saigón.
08 Underground City, Montreal
CANADÁ
Las ciudades que tienen que hacer frente a largos y duros inviernos han buscado soluciones para que la vida pueda desarrollarse con normalidad aunque las temperaturas se desplomen hasta los 20 o 30 grados bajo cero. Montreal es por ejemplo, cuenta con una auténtica ciudad subterránea, Underground City, en la que hay de todo: oficinas, centros comerciales, hoteles, cines, estaciones de tren y autobuses, bancos, universidades, museos, e incluso una pista de hockey sobre hielo.
El primer centro comercial de la ciudad, el Place Ville Marie, se construyó bajo un rascacielos en 1962. Después, en 1966, fue construido el sistema de metro y a partir de ese momento empezaron a construir más y más centros comerciales, cafeterías, oficinas, etcétera, todos conectados entre sí y con estaciones del metro. Actualmente, por esta ciudad paralela de unos treinta kilómetros de extensión y más de cuatro millones de metros cuadrados de superficie bajo el suelo circulan cada día casi quinientas mil personas. Incluso se organiza, en el mes de febrero, mientras el invierno arrecia ahí afuera, una carrera que recorre cinco kilómetros dentro de este mundo soterrado pero calentito.
La mayor parte de la ciudad subterránea está abierta al público durante las horas de funcionamiento del metro de Montreal, entre las 5.30 y 1 de la madrugada.
09 Dentro de una cisterna romana
ESTAMBUL
La Cisterna Basílica de Estambul es un verdadero palacio sumergido y es la más grande de las 60 cisternas que hay bajo la antigua Constantinopla. Es un lugar asombroso, sobre todo si tenemos en cuenta que se construyó en el año 532, durante el reinado del emperador Justiniano, como depósito de agua del Gran Palacio. Tras la conquista, su agua sirvió para regar los jardines del palacio de Topkapi. Hoy en día el agua se mantiene a un nivel bajo para que se puedan observar las impresionantes cabezas de medusa que hay en la base de dos de sus 336 columnas de nueve metros de altura; un bosque de mármol bajo tierra.
Lo que realmente sobrecoge es la simetría y la majestuosidad del espacio que la han convertido en escenario de superproducciones como el clásico Desde Rusia con amor (Terence Young, 1963), de la saga James Bond. La cisterna es perfecta para darse una tregua de frescor en los calurosos días de verano en Estambul, especialmente por la tarde, cuando resulta sofocante.
10 Carlsbad Caverns
NUEVO MÉXICO (EE UU)
Más de 80 cuevas, entre ellas una de las más largas del mundo, Lechuguilla, forman un verdadero país subterráneo en la Sierra de Guadalupe, en Nuevo México. Existen varias formas de explorar el sistema de Cuevas de Carlsbad: desde un descenso autoguíado de 230 metros que comienza en el Great Hall (el gran vestíbulo), hasta los agotadores serpenteos y angosturas del Hall of the White Giant. En la ruta del Kings Palace se desciende todavía más para ver las estalactitas tubulares estilo lámpara de araña conocidas como pajas de soda.
Se accede a la cueva a través de una entrada principal o por un ascensor que sirve a su vez de salida.
11 Dixia Cheng
CHINA
El gobierno chino está planificando construir una ciudad subterránea bajo Pekín para hacer frente al crecimiento imparable de la capital china, que actualmente tiene más de 16 millones de habitantes. Sería un complejo de 90 millones de metros cuadrados en el que podrían vivir millones de personas. Para adelantar trabajo, se aprovecharía parte de la gran red de túneles que conserva el subsuelo de la ciudad.
Dixia Cheng (62 Xidamo Changiie, metro Chongwenmen) es una de las ciudades subterráneas más curiosas del mundo, excavada a mano por la población de Pekín –incluidos soldados, civiles y niños en edad escolar– entre 1969 y 1970. Una inmensa red de galerías y estructuras antiaéreas construidas por orden de Mao Zedong para proteger a la población de un posible ataque a la ciudad. Esta inmensa urbe bajo techo (su nombre significa exactamente eso, la ciudad bajo tierra) está compuesta por túneles y más túneles en los que podrían vivir unos seis millones de habitantes (los que tenía Pekín cuando fue horadada). Dentro se crearon purificadoras de agua, almacenes de alimentos, granjas, tiendas, restaurantes, hospitales, colegios e incluso una fábrica de seda. Todo concebido como un gran búnker, con puertas de hormigón para resistir desastres y, por supuesto, para resistir ataques químicos o nucleares. El refugio estaba pensando para albergar durante cuatro meses al 40% de la población de entonces.
A la ciudad se accedía por una entrada oculta en tiendas y casas de personas importantes de Pekín y los túneles conectaban los principales espacios de la capital (en superficie), como la plaza de Tiananmén o la Ciudad Prohibida, todo enterrado a una profundidad de entre 8 y 18 metros. Hay incluso una galería que llega hasta Tianjin, ciudad industrial a 150 kilómetros al sur de la capital, sin necesidad de ver la luz del sol.
Hoy Dixia Cheng es un laberinto de miles de pasillos que nunca fueron utilizados, pero los turistas solo pueden explorar un tramo –apenas medio kilómetro– de estos túneles de Mao, el resto está controlado por el Gobierno chino.
Más información en www.lonelyplanet.es
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