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En el jardín del Bosco

El enigmático pintor del siglo XV nació en Den Bosch, también conocida como Bolduque. En esta apacible ciudad medieval de los Países Bajos concibió su mundo de delicias, monstruos y pesadillas

La arquitectura del barrio de Paleiskwartier en Den Bosch.
La arquitectura del barrio de Paleiskwartier en Den Bosch.Lya Cattel

Amurallada, medieval y surcada por canales, la capital de Noord Brabant (Brabante Septentrional), en los Países Bajos, miente sobre sí misma y en su casco antiguo esconde restaurantes a la última, un paraíso de compras y un buen puñado de bares para terminar el día.

Aunque su historia se remonta al siglo XI y su aspecto es del todo medieval, la ciudad de Den Bosch (s-Hertogenbosch, en español Bolduque), de unos 142.000 habitantes, huye del estereotipo de ciudad antigua y museográfica y pugna por divertirse y sacar jugo a su patrimonio. Con el aeropuerto de Eindhoven —con conexiones diarias con España— a solo treinta kilómetros, la ciudad se ofrece como una escapada perfecta. Sus atractivos son muchos. Le basta, por ejemplo, haber visto nacer a uno de los artistas más lúcidos de la historia, El Bosco (1450-1516), a pesar de que en la ciudad no hay ni una sola obra del aclamado pintor. Den Bosch reivindica esta poco productiva relación y desde 2010 viene calentando motores para convertir el 500º aniversario de su muerte, que tendrá lugar en 2016, en un inmenso evento.

8.00 Descubriendo el mercado

Un paseo por Den Bosch debe empezar por su centro geográfico y neurálgico, la Markt (1), una gran explanada, que alberga el mercado los miércoles y sábados, rodeada de callejuelas interesantes que muestran el gran abanico gastronómico de la ciudad. En Markt se halla la Oficina de Turismo (www.vvvdenbosch.nl), en el Moriaan, el edificio de ladrillo más antiguo de los Países Bajos, que data del siglo XIII. Los sótanos del Moriaan reservan una sorpresa que hay que descubrir de noche.

9.00 Angelotes con móvil

El café Dit Bar, en Den Bosch.
El café Dit Bar, en Den Bosch.Hanneke Wetzer

La calle Hinthamerstraat (2), llena de tiendecitas y terrazas, peatonal, es ideal para un paseo de descubrimientos matutinos. Hambrientos, es fácil dejarse seducir por las delicias del Salon Roosekrans (3) (www.salonderoosekrans.nl), expertos chocolateros (no olvidar que la frontera belga está a menos de 50 minutos en coche) y maestros en la elaboración del dulce más típico de Den Bosch, el Bossche Bol: del tamaño de una pelota de tenis, relleno de crema y cubierto de chocolate.

La catedral de Sint Jans (4), gótica con algunos guiños contemporáneos como el angelote esculpido que habla por el móvil, está siendo restaurada. Muy cerca, el Centro de Arte de Jheronimus Bosch (5) (www.jheronimusbosch-artcenter.nl) ahonda en la figura y la obra del pintor del siglo XV que fue un ciudadano ilustre y adinerado, con casa en la mejor zona de la ciudad, junto a la plaza Markt. Se afirma que nunca salió de Den Bosch, lo cual no deja de resultar paradójico habida cuenta de la imaginación desbordante de sus cuadros.

11.00 De museos

La estela de El Bosco se puede seguir en el Noordbrabants Museum (6) (www.hetnoordbrabantsmuseum.nl), donde se muestra una inspirada instalación que enseña la relación del artista con la ciudad y la distribución de sus obras en los distintos museos del mundo. En el Museo del Prado de Madrid se expone el maravilloso tríptico El jardín de las delicias (1503), su obra maestra, una enigmática pintura en la que el mundo de los monstruos, los sueños y las pesadillas se desvela, fruto de una imaginación extraordinaria. El Noordbrabants es el único museo brabantino en el que se pueden contemplar algunos trabajos de Van Gogh, otro hijo pródigo de la provincia. Entre ellos llaman la atención los bocetos de la obra Los comedores de patatas (1885), expuestos como una pequeña colección junto a distintas escenas de la vida rural del norte de Brabante. Son trabajos tempranos que cobran importancia en 2015, año en el que se conmemora el 125º aniversario del nacimiento de Van Gogh (www.vangoghbrabant.com). Más allá de la pintura, el centro tiene como puntos fundamentales su exposición acerca de la historia de Brabante, con un muy interesante espacio dedicado a la industrialización. Para redondear la mañana artística, conviene acercarse al Stedelijk Museum (7) (www.sm-s.nl), centrado en el arte y el diseño contemporáneos.

12.00 Bocadillos de ‘sushi’

Javier Belloso

Momento de descubrir otra cara de la ciudad y tomar un bocado en Dit’s (8) (www.eetbar-dit.nl), deliciosos y eclécticos bocadillos y ensaladas, y, si alguien se atreve, otro delicioso Bossche Bol. Este local abigarrado de color se halla en Snellestraat, una de las callejuelas que flanquean la Markt, ideales para dar un paseo antes de embarcar. El crucero que surca las entrañas de la ciudad comienza a pocos metros de aquí, siguiendo Kruisstraat —llena de cafés y agradables terrazas— hasta Visstraat (9).

15.00 Por canales subterráneos

La red de canales subterráneos recibe el nombre de Binnendieze. Su origen se sitúa en el medievo y procede de la necesidad de canalizar las aguas de los ríos Dommel y Aa, que rodean la ciudad. Las excursiones duran unos cuarenta minutos y están guiadas por voluntarios encantados de contar cómo se ha ido desarrollando la ciudad desde el siglo XI, de qué manera se ganó la batalla al agua y el sistema que se utilizó para recuperar estas vías acuáticas que a mediados del siglo XX se habían convertido en una alcantarilla. Existen tres rutas distintas que muestran tanto los edificios medievales de la ciudad como las construcciones más modernas, y siempre desde un punto de vista inusual, por dentro, por la parte trasera. La excursión deja bonitas imágenes cotidianas, se adentra en largos túneles, algunos de ellos ojivales y bellísimos, y explica mucho de la configuración urbana y de la historia de Den Bosch (cruceros de abril a octubre; precios según el recorrido: adultos, entre 7 y 10 euros; niños, entre 3 y 5 euros).

17.00 Bastiones y murallas

Una atracción de sillas voladoras en la ciudad holandesa.
Una atracción de sillas voladoras en la ciudad holandesa.Lya Cattel

Uno de los tramos del viaje se asoma a los límites de las murallas y deja ver el inmenso parque que se extiende alrededor de la ciudad, ideal para recorrer en bicicleta y lugar habitual de asueto para los habitantes de Den Bosch. Momento de desembarcar y, ya puestos, de dar un paseo por los imponentes bastiones, comenzando por el de Vught (10), para proseguir por Parklaan, el bastión Oranje y Hekellaan y llegar al puente sobre el Zuid Willemsvaart (11), dando casi la vuelta entera al centro de la ciudad.

19.00 Cena y copa

Es precisamente en uno de estos bastiones, el de Vught, donde se encuentra el restaurante Noble (www.restaurantnoble.nl), ubicado en un antiguo chalet de 1906. Sofisticado, luminoso y con una terraza con espléndidas vistas al río, su cocina tampoco decepciona. Aunque si se prefiere cenar por el centro, no hay más que dirigirse a Korte Putstraat (12), donde, alineados, hay restaurantes para todos los gustos, como el De Bouche Eetkamer (www.bossche-eetkamer.nl), donde se puede degustar desde una sabrosa sopa de tomate con crema agria hasta un exquisito variado de sushi. Y desde aquí, a dos pasos, volvemos al inicio del recorrido, a la Oficina de Turismo y al histórico edificio de ladrillo rojo, el Moriaan, en cuyos bajos está el bar de copas Plein79 (13) (www.p79.nl), una gozada de antro, con buen ambiente y buena cerveza.

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