Sin cobertura en Malaui
Desde montañismo hasta playas paradisiacas y retiros en reservas naturales, planes veraniegos lejos de todo en el país africano
Malaui es un abanico de posibilidades para el viajero. Montañismo, safaris, playas paradisiacas y retiros en reservas forestales. Un país desconocido con propuestas turísticas para todo tipo de bolsillos.
Macizo Mulanje
Las highlands de Malaui están en el sur, en las regiones de Mulanje y Thyolo, a poco más de una hora de la capital económica, Blantyre. El propio David Livingstone quedó impresionado con el parecido de estas tierras que favorecen el cultivo de algodón, café y té con las altas montañas de su Escocia natal. Son uno de los destinos más visitados por los aficionados al trekking y la escalada.
Con más de 3.000 metros de altitud, Saptiwa (“¡no vayas allí!” en la lengua local chichewa) es el pico más alto del África austral. Una cima que se suma a otras 19 cumbres que superan los 2.500 metros. El macizo, con una extensión de 650 kilómetros cuadrados, se puede recorrer a través de numerosos senderos señalizados entre los que destacan el Likhubula (Skyline) y Thuchila Farm (Elephant's Head). Además existen muchos refugios repartidos por todo el macizo, como Chambe o Lichenya, para los que se atreven con excursiones de varios días, y hasta una pequeña casa, France's Cottage, para alquilar por los visitantes.
Aunque el rumor que aseguraba que Mulanje inspiró a J.R.R. Tolkien para escribir El señor de los anillos fue desmentido hace años, no deja de ser un bello destino para los que quieran aventurarse en un paraje por encima de las nubes.
Los cinco grandes
También cercana a Blantyre, a algo más de una hora y media, se sitúa la Reserva de Majete, de 700 kilómetros cuadrados, que ha cosechado y uno de los éxitos de reinserción de animales en Malaui. El otrora maltrecho espacio debilitado por la caza furtiva es, en la actualidad, la única reserva del país en la que se pueden contemplar a los cinco grandes: león, elefante, búfalo, leopardo y rinoceronte. Los esfuerzos de la institución Parques Africanos por devolver a Majete más de 2.500 animales y recobrar su pasado natural han sido claves para restablecer el turismo y que Lonely Planet haya destacado a Malaui como uno de sus destinos para este 2014.
Tres alojamientos para distintos tipos de presupuestos permite la estancia en la reserva, que todavía escapa a los safaris multitudinarios que se ven por el resto del continente africano. A pie, en todo terreno y en bote, el visitante puede hacer un recorrido acompañado por un guía que le iniciará en la rutina natural de Majete.
Sin conexión en Ruarwe
En el norte del país, junto a la costa del lago Malaui, se encuentra el Zulunkhuni River Lodge, un remoto y casi incomunicado hostal levantado en los terrenos del pueblo de Ruarwe. Accesible desde Nkhata Bay en un bote local cuyo trayecto puede demorarse más de ocho horas, este alojamiento se convierte ante las dificultades de llegada, en una joya para viajeros pacientes.
Un lugar para relajarse y disfrutar del buceo, las caminatas entre montañas, para contemplar cataratas y realizar saltos de altura a las aguas cristalinas del lago Malaui. La buena comida, primordialmente vegetariana, y las ganas de desconexión son las principales bazas de este paradisiaco destino sin electricidad y sin apenas cobertura, ideal para dar una tregua al teléfono móvil y nuestra conexión a Internet.
Playas norteñas
Si se quiere disfrutar del lago Malaui, el tercero más grade de África, sin tener que afrontar largas horas de trayecto, una de las recomendaciones es desplazarse a las tranquilas costas del norte del país. Las playas de Khande y Chintheche son destinos para toda la familia, con aguas poco profundas perfectas para los más pequeños. Tomar el sol, descansar, montar a caballo y actividades acuáticas son las propuestas de varios hostales muy playeros como Chintheche Inn o Makuzi Beach Lodge.
Habitaciones rústicas a pocos metros del lago y un menú variado donde abunda el pescado recién capturado son otras de las ventajas de estas solitarias playas norteñas de Malaui.
Paraísos ornitológicos
Malaui cuenta con numerosas reservas forestales dispersadas por todo el territorio que ofrecen una simbiosis entre flora y fauna en lugares donde reina la tranquilidad. Para los amantes del senderismo y la ornitología Dzalanyama, Ntchisi o Viphya son buenas opciones a la hora de aterrizar en el país.
Mañanas de caminata entre los dambos, áreas arbustivas inundadas en la temporada de lluvias sobre las que los pájaros revoletean y cafés entre los bosques de brachystegia. Paseos al aire fresco en los que aparecen de repente distintas especies de antílopes o los babuinos que perturban la calma.
Las reservas forestales de Dzalanyama y Ntchisi son las más cercanas a la capital malauí, Lilongüe, y ambas son escapadas perfectas de fin de semana. Los únicos alojamientos en ambas son casas coloniales renovadas y adaptadas para las comodidades del visitante. A poco más de tres horas de Lilongüe también puede visitarse Luwawa Forest Lodge, uno de los mejores lugares para el turismo ornitológico en los dominios de las montañas de Viphya.
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