10 playas de Marruecos
De las mediterráneas aguas de Nador a los arenales salvajes de Tarfaya, donde el Sáhara se asoma al Atlántico
¿Mediterráneo o Atlántico? ¿Estilo chill out o ambiente familiar? ¿Con un toque exótico y local, al borde un acantilado o a orillas del desierto? ¿Cómo escoger la mejor playa en Marruecos? Pues no es nada fácil: más de 3.500 kilómetros de costa se extienden desde la frontera con Argelia, en el Mediterráneo, hasta donde el Sahara se asoma al océano Atlántico.
Hay playas para todos los gustos: pequeñas calas o arenales bajo acantilados, junto a paseos marítimos y puertos. Algunas son ideales para familias, otras esperan un poco de desarrollo y muchas están desiertas, a excepción de algunos surfistas ocasionales o aves migratorias. Eso sí… ¡todas están al alcance de la mano!
01 Bienvenidos al Sur
AGADIR
Rumbo al sur, siguiendo la costa atlántica, Agadir es el primer destino de Marruecos para los amantes del sol, la arena, las retransmisiones de fútbol, los pubs y la pizza. Su ambiente es distinto al del resto del país, con un puerto muy activo y una playa turística que se extiende bajo su kasbah. La ciudad es una cuadrícula de hormigón, pero su larga playa curvilínea, limpia y bien iluminada de noche, se llena de familias armadas con palas y cubos. La arenosa playa al sur del brillante y blanquecino puerto deportivo está más protegida que muchos de los arenales atlánticos, y ofrece aguas limpias, baños seguros y 300 días de sol al año. Desde el extremo norte de la playa, cerca del puerto, hay tres bulevares paralelos que recorren la zona turística.
02 Playa del Marabout
MIRLEFT
Y todavía más al sur de Agadir, rumbo al antiguo Sahara español, el viajero llega a Mirleft, donde le invitan a sentarse en los cafés bajo los arcos rosados y azules de la calle principal. Popular desde siempre entre artistas, músicos y viajeros saharianos, este pueblo se está desarrollando gracias a los amantes del viento los deportes acuáticos que llegan hasta aquí. El clima es agradable, el aire limpio y las vistas magníficas.
Con la tumba de santo y sus rocas salvajes, la playa del Marabout es la más espectacular de la media docena que ofrece Mirleft. Es también un buen lugar para pescar con caña, y los guías u hoteles pueden organizar salidas para ello, así como excursiones por el desierto.
03 Playas salvajes
TARFAYA
Pegados a la costa del Atlántico, de Tan Tan a Tarfaya hay 200 kilómetros a través de una monótona extensión de desierto que nos hará soñar con la aventura. De camino, en los acantilados se ven cabañas de pescadores que suelen vender su pesca junto a la carretera y algún que otro rebaño de camellos recorriendo lentamente la hammada. Al sur de Sidi Akhfennir, el trayecto se hace más espectacular, con playas salvajes e inmaculadas y dunas de tonos ocres componiendo el horizonte o bordeando la carretera.
Tarfaya es un pueblo pesquero que en otro tiempo fue el centro del protectorado español de Cap Juby, hasta su independencia en 1958. Pero esta localidad quedará siempre asociada al piloto y escritor francés Antoine de Saint Exupéry, que en 1927 fue nombrado responsable de Cap Juby en la línea aérea del correo (la mítica Aéropostale), donde su primera novela en este lugar (Corrier Sud). Fue aquí también donde se inspiró para escribir El Principito.
04 Chapuzón con locales
RABAT Y SALÉ
Para probar un poco de sabor local, podemos probar a bañarnos en playas frecuentadas por los marroquíes, como las de los alrededores de Rabat y Salé. La Plage des Nations, 17 kilómetros al norte de Rabat, es muy popular entre los lugareños. Es una franja limpia y arenosa, con olas excelentes, perfectas para los surfistas, pero con corrientes peligrosas para los bañistas. Más al norte por la costa, a 50 kilómetros, está Mehdiya Plage, otra franja de arena llena de residencias vacacionales y bares de playa. Aunque con corrientes igualmente, en verano se llena de gente que va de excursión mientras que el resto del año está desierta.
05 Arenales con ambiente español
ASSILAH
Para sentirnos un poco como en casa nada como Assilah, un bellísimo pueblo turístico de casas blancas en la costa atlántica, con ventanas de hierro forjado que nos recuerdan que en otro tiempo fue territorio español. Ahora vuelve a serlo porque muchos españoles (y ricos marroquíes) han ido comprando casas aquí. Hay más de 50 artistas residentes, cinco galerías y muchos estudios de artistas, así como espacios para exposiciones. El complemento perfecto es la playa: la principal está al norte, flanqueada por cámpings y hoteles, pero a tres kilómetros al sur está Playa Paradise, un remanso de paz y tranquilidad a la que se puede llegar dando un agradable paseo por la costa, o en uno de los carros tirados por caballos que recorren este camino durante el verano.
06 Un toque bretón
ESAUIRA
Cuando uno ve las murallas fortificadas de Esauira frente al Atlántico marroquí, con su puerto pesquero y los graznidos de las gaviotas que lo sobrevuelan, tiene la impresión de estar en un pueblo de la Bretaña francesa. Podría ser, porque Esauira, hoy tan de moda, fue diseñada por el mismo ingeniero francés que ideó el puerto más famoso de Bretaña: Saint-Malo. Pero una vez dentro de sus murallas se olvida el efecto: es cien por cien marroquí, con sus estrechas calles, el aroma de las especias y las mujeres con blancos velos. En las calles de Esauira se cruzan los árabes del norte y los bereberes del sur, además de los europeos que se han instalado allí al abrigo de su ambiente artístico y los gnaouna (africanos procedentes del sur). En verano sus playas están abarrotadas de turistas que juegan al fútbol o practican windsurf y kitesurf. Si hay ganas de caminar, cruzando hacia el sur el río Ksoub se pueden ver las ruinas de la antigua fortaleza de Borj el–Beroud.
07 El paraíso del surf
SIDI KAOUIKI
Los constantes vientos borrascosos, la playa salvaje y los buenos alojamientos de Sidi Kaouki (cerca de Esauira) están convirtiendo rápidamente el lugar en uno de los mejores destinos de Marruecos para practicar surf y windsurf, como lo demuestra un parque eólico al norte del pueblo. No es para los miedosos y sus aguas pueden ser peligrosas para quienes no tengan experiencia en estos deportes marítimos. El punto de encuentro de los surfistas es Station Sidi Kaouki, un café-restaurante alegremente decorado y con buenas vibraciones. Se pueden alquilar tablas o equipos para kite y windsurf, además de realizar excursiones hasta playas más remotas.
08 Bañándose con Hércules
TÁNGER
Ni en el Atlántico ni en el Mediterráneo: Tánger está en el Estrecho, el paso donde África se da la mano con Europa y se mezclan las aguas del gran océano y mare nostrum. Dos buenos planes para una escapada de un día desde la ciudad son visitar Ksar es-Seghir, también en pleno estrecho de Gibraltar, así como la Plage Robinson, al sur del cabo Spartel, en el extremo noroccidental de la costa atlántica africana. Estupenda para un paseo tonificante, a unos 5 kilómetros de la Plage Robinson se llega a las Grottes d’Hercule (grutas de Hércules), junto al hotel Le Mirage. Desde la década de 1920 estas cuevas, legendaria morada del héroe, se han utilizado como canteras de piedras de molino. Una requetefotografiada imagen del Atlántico desde su interior recuerda el mapa de África. Se ofrecen paseos en camello por la playa justo antes de la entrada a las cuevas, a la derecha.
09 Entre pescadores
YELLICH
El Parque Nacional de Alhucemas es una de las joyas por descubrir en la región del Rif, con estupendos cerros y áridos cañones junto al mar, y acantilados que recuerdan a Mallorca pero con sabor local. Aquí está Cala Iris, flanqueada por atractivas playas como la de Yellich, delante de una pequeña isla mediterránea hasta la que se puede caminar. Hay que visitar el resto de playas cercanas a Cala Iris, Oued Sahfa y Mestaza, antes de que este pueblo de pescadores se convierta en un centro vacacional. De momento, todavía guarda ese ambiente de enclave marinero, donde se pescan sardinas con farol por la noche y sobreviven restaurantes toscos, sin nombre, que sirven comida típica rifeña.
10 Argelia a la vista
NADOR
La ciudad de Nador por sí misma no tiene demasiado interés, pero es aquí donde se están desarrollando los nuevos centros turísticos de Marruecos, que incluyen campos de golf y todo lo que se espera de este tipo de complejos. La mejor zona es Mediterránea Saidia, al este de la ciudad, donde no faltan hoteles españoles para disfrutar de unas vacaciones de lujo más baratas que al otro lado del Mediterráneo. Saidia tiene una estupenda playa y una nueva corniche (paseo marítimo) con restaurantes y clubes, aunque fuera de temporada está todo cerrado.
Más información en la guía Lonely Planet de Marruecos y en www.lonelyplanet.es
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