Volcanes y ‘canelazo’ en Quito
Cinco pistas para disfrutar de la capital ecuatoriana en verano, como contemplarla rodeada de nevados desde un teleférico que sube hasta 4.100 metros de altura
En la mitad del planeta no hay primavera, tampoco otoño. Hay invierno y verano, pero en Quito se puede disfrutar en invierno de una hermosa mañana primaveral, pasar por una tarde romántica de otoño y ver cómo la lluvia atraviesa la neblina por la noche. En la capital ecuatoriana el clima está un poco loco y todos lo saben, sin embargo el verano es más estable y los cielos están desnudos de nubes y la lluvia es cosa rara. Señal para salir y disfrutar de la ciudad. Cinco recomendaciones excelentes para ello.
¿Te apetece un volcán?
Quito se asienta sobre las faldas del Guagua Pichincha, un volcán activo pero tranquilo desde 1999. Un teleférico sube desde la avenida La Gasca hasta el mirador de Cruz Loma (4.100 metros), desde donde la ciudad se contempla majestuosa y rodeada de volcanes: Cotopaxi, Cayambe, Antisana, los Ilinizas y el resto de la Avenida de los Volcanes. Para los que quieran acercarse más, hay expediciones desde 25 euros por persona que incluyen la oportunidad de subir a sus cumbres.
Fiesta y 'canelazo'
El 10 de agosto los ecuatorianos festejan su independencia: la noche del 9 de agosto de 1809, un grupo de criollos quiteños se reunió en casa de la heroína Manuela Cañizares y formaron la primera junta de Gobierno ajena a España del continente. Para conmemorar la fecha hay multitud de actividades culturales y espectáculos gratuitos en el centro histórico, fuegos artificiales y la tradición de brindar en los pequeños bares de la zona antigua con el tradicional canelazo: una bebida hecha con zumo de naranjilla y alcohol de caña.
Tiempo de terrazas
El verano seco de Quito invita a disfrutar de la ciudad al aire libre, como en La Mariscal, zona de marcha con mucho ambiente. En el barrio de Itchimbía, además de varios bares con terraza, disfrutarás de una excelente panorámica de uno de los centros históricos más grandes y mejor conservados de toda Latinoamérica. Algunos locales ofrecen además música en directo, desde cinco euros la entrada.
Culto al agua
Una opción para aliviarse del calor estival en Quito es pasar un día en el parque Yaku, un museo dedicado íntegramente al agua (yaku quiere decir agua en kichwa, lengua aborigen). Además de un buen plan si se visita la ciudad con niños, está ubicado en un mirador excepcional hacia el centro histórico de la capital ecuatoriana. Y, aunque parezca exraño, los adultos terminan divirtiéndose incluso más que los pequeños, que acaban mojados pero muy sonrientes (los adultos pagan 1,8 euros y los pequeños 80 céntimos).
La fiesta del sol
El 21 de junio se celebra el Inti Raymi, la fiesta del sol, fecha importante para la población indígena. Las comunidades andinas organizan bailes y desfiles tradicionales con personajes de lo más pintoresco. En Quito también se realizan festivales junto al monumento de la Mitad del Mundo, pero resulta recomendable acercarse a Cayambe, a una hora de la ciudad, para contemplar a la gente del campo danzar en honor al sol.
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