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Desayunar en Bremen es un auténtico lujo

La primera comida del día es en la ciudad alemana un ritual lleno de buen sabor y disfrute

Restaurante Presse en Langenstrasse 31.
Restaurante Presse en Langenstrasse 31.

En Alemania, en invierno, el frío no invita a salir a cenar de noche. Y de comer, lo más habitual es un bocadillo. Sin embargo, no hay nada mejor para empezar una jornada en Bremen que desperezarse con una ducha rápida, calzarse las botas y salir a desayunar en buena compañía. Hay muchísimos locales que ofrecen desayunos, desde los no muy aconsejables bufets hasta los suculentos desayunos temáticos. Hay ambientes para todos los gustos, con el denominador común del buen humor que inspira comenzar el día con un plato suculento, un café humeante y una conversación agradable. Un buen periódico o un libro interesante pueden ser también el compañero de mesa perfecto para este capricho mañanero. Se elija la opción que se elija, en los desayunos alemanes hay algo de ritual. Se podría decir que los largos desayunos de fin de semana son la única concesión alemana a la sobremesa.

Hasta las 16.00

Atmósfera acogedora con aires de bistró francés para un local ya mítico en Bremen: Piano (Fehrfeld 64). Raciones más que generosas, capuchinos tamaño XL, precios asequibles y público variopinto, aunque mayoritariamente joven y alternativo. El menú de desayuno se puede degustar hasta las 16.00 horas los días laborables y hasta un poquito más tarde los fines de semana. Las noches largas aquí se presuponen. Hay varias opciones: desayuno francés, italiano, noruego… todos ellos servidos siempre con fruta fresca y quark de vainilla. Si se va acompañado merece la pena pedir el desayuno para dos, que ofrece una gran selección de quesos, embutidos y mermeladas junto a una enorme cesta repleta de distintos tipos de pan y unos riquísimos cruasanes.

¡Vaya mermelada de fresa!

Entrar en Presse (Langenstrasse 31) es salir de lo habitual en Bremen. Decoración minimalista con toques industriales, cocina abierta y pequeña tienda en la que comprar productos gourmet, libros de Yotam Ottolengui o bicicletas de diseño. Todo un microcosmos escondido en una de las calles principales de la ciudad. El desayuno aquí es más sofisticado: servido en una bonita fuente con dos alturas, las cantidades son pequeñas, pero la selección variada. En la parte inferior, productos salados: gambas, embutidos entre los que destaca un excelente jamón de Parma, una pequeña ensalada y distintos quesos cremosos. La parte superior queda reservada para los golosos: unos pedazos de la tarta del día (con suerte nos toca la de limón: cremosa y crujiente), un yogur y unas mermeladas realmente deliciosas que se pueden adquirir en la tienda. La de fresas es sencillamente espectacular. Dos pequeñas cestas con panecillos y algo de bollería completan este desayuno. Si nos hemos quedado con hambre, siempre se pueden pedir unos huevos revueltos cocinados al vapor y servidos en un enorme tarro de cristal.

Productos locales

Situado en pleno centro histórico de la ciudad, la media de edad del público habitual de Classico (Am Markt 17) ronda los 60 años y es que la edad otorga sabiduría y muy buen ojo para identificar las mejores tartas y helados. Como su nombre indica, es un clásico: pinturas renacentistas en las paredes, sofás de terciopelo rojo y unas preciosas vistas a la plaza del Ayuntamiento que lo convierten en el punto perfecto para comenzar un día de visita a la ciudad. Muy recomendable es su desayuno 'Am Markt', con productos locales adquiridos en el cercano mercado de la plaza: embutidos, ensalada, mantequilla fresca, huevos orgánicos y pan recién horneado. El desayuno 'fitness' es una excelente opción para los más preocupados por la línea, pero no hay que dejarse engañar. Distintos tipos de frutas, un gran bol de yogur con muesli y unas tostadas de pan integral con pavo saciarán al más tragón. Y ya que el desayuno ha sido light, pida postre. Sí, postre. Un buen pedazo de tarta de tiramisú será el final de un gran desayuno o el inicio de un día perfecto dedicado al turismo.

Pastelería francesa

¿Por qué no mezclar los gustos alemanes y las especialidades francesas? El Institut Français de Bremen (Contrescarpe 19) ofrece el primer sábado de cada mes un desayuno muy especial que termina con la proyección de una película, generalmente una comedia. Eso sí, en francés con subtítulos en alemán. Desayuno por lo tanto perfecto para políglotas y amantes de la cultura. Quiches, quesos y pastelería francesa para pasar un sábado de lo más original.

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