‘Shopping’, ‘poshtels’ y otras modas
Viajes en busca de gangas, un hotel para ciclistas, compartir coche para dividir gastos y aventuras solo para chicas. Triunfa la especialización
Viajes en busca de gangas, un hotel para ciclistas, compartir coche para dividir gastos y aventuras solo para chicas. Triunfa la especialización.
Locos por las tiendas
Turismo de compras
El shopping se ha convertido en la razón de ser de un tipo de turismo que arrasa en medio mundo. En Dubái tienen un festival dedicado a las rebajas de enero (www.definitelydubai.com); en Cannes, toda la ciudad se convierte en una pasarela a finales de abril (www.cannesshoppingfestival.com), y en Estambul, durante unos días de junio, decenas de tiendas están abiertas 24 horas (www.istshopfest.com). Madrid y Barcelona están entre las mejores ciudades europeas para ir de compras, según The Globe Shopper Index. Buses de compras, amplios horarios de venta y outlets a precios rebajados contribuyen a este auge.
El homeópata, en Bélgica
Turismo médico
Se busca destino en el que gastar entre 2.220 y 3.700 euros. Ocho millones de pacientes buscan cada año una propuesta sanitaria. Estas cifras, de la organización Patiens Beyond Borders (Pacientes sin Fronteras), estimulan el denominado turismo de salud. Los viajeros sanitarios están dispuestos a recorrer el mundo para conectar con profesionales de renombre, o a la caza de una oferta económica. Los servicios más demandados son los relacionados con el dentista, la cirugía plástica y los tratamientos de fertilidad. El año pasado, más de 20.000 turistas interesados en la salud visitaron España; gastaron 12,1 millones de euros, según Turespaña. Un flujo que también funciona en sentido contrario. Isabel Sánchez, empresaria madrileña de 55 años, viaja cada tres meses a Bruselas a la consulta del homeópata. “Unos familiares me lo recomendaron”, cuenta. “Los vuelos no son caros, salgo de la rutina, paso unos días de relax y visito al terapeuta. Me parece un plan perfecto”.
¿Compartimos avión?
Dividiendo los gastos
Suena extravagante, pero el consumo colaborativo ha llegado hasta los jets, y se puede compartir avión privado con la finalidad de ahorrar. Para los que ni con descuento puedan permitírselo es más útil el car pooling (viajar en coche compartido). Una propuesta que invita a dividir los gastos del vehículo entre los viajeros. En Amovens o BlablaCar se puede encontrar conductor o pasajeros indicando la fecha de salida, el punto de partida, el destino y el precio del viaje. Social Car va un paso más allá y fomenta el alquiler entre particulares. Esta tendencia también salpica a las bicis. Spinlister permite al viajero alquilar la bicicleta de un particular. Y están empezando a surgir aplicaciones como Compartiendo Taxi o Join Up Taxi, que ayudan a buscar, en minutos, acompañantes para dividir lo que marque el taxímetro.
Ordeñando cabras
Iniciativas ecológicas
El interés por unas vacaciones rurales, de ecoturismo y agroturismo ha crecido en los últimos años. Las opciones son variadas: desde ordeñar cabras para hacer queso hasta varear la aceituna y acabar viendo cómo se produce aceite de oliva ecológico, pasando por la participación en una excavación arqueológica. La Sociedad Internacional de Ecoturismo ofrece información sobre diversos destinos, mientras que World Wide Opportunities on Organic Farms (oportunidades mundiales para trabajar en una granja orgánica) te busca una granja orgánica en la que, a cambio de tu jornal, te ofrecen comida y alojamiento.
Turismo en femenino
Viajes especializados
La masa ha desaparecido. Desde hace un tiempo, publicistas y empresas se han dado cuenta de que es mucho mejor especializarse. Apostando por el turismo en femenino surgió Focus on Women, que organiza viajes de mujeres a destinos tan diferentes como Nueva York a Perú, Sicilia, Japón o Marraquech. “Cada vez hay más mujeres que quieren viajar solas y que están interesadas en profundizar en la cultura del país que visitan”, cuenta Alice Fauveu, economista y fundadora de la empresa. Su propuesta es pionera en España. En otros países del mundo, los viajes especializados en chicas son más comunes (www.womentravel.info), así como los hoteles o los taxis, e incluso los restaurantes.
Mochileros con estilo
Albergues muy finos
Del glamping (camping con glamour) al poshtel, una pensión o albergue pijo (posh en inglés). Los poshtels llegan de Reino Unido. La red de albergues juveniles YHA (Youth Hostel Association, con más de 200 en la isla) se ha gastado 10 millones de libras esterlinas en remodelar algunos establecimientos. Tras 10 años y 5 millones de libras en obras, en South Downs (Sussex) se ha transformado una granja del siglo XIII en un poshtel de 66 camas que ofrece una versión contemporánea de la vida en el campo. Lo mejor de los YHA es un precio imbatible: unas 10 libras la cama en habitación compartida. También surgen nuevas cadenas independiente de hostales como Hoax, que abrió su primer establecimiento en agosto de 2013 en Liverpool y pretende ganarse a los mochileros más cool con toallas gratis y una decoración urbana que huye del look de orfanato de algunos albergues. Todo sin hinchar los precios. La cama en dormitorio compartido, 14,50 libras; la habitación privada, 54 libras.
‘Smartphone’ no incluido
Desintoxicación digital
Mucha gente posee nomofobia: terror a salir de casa sin el móvil. Normal, teniendo en cuenta que se mira hasta 150 veces al día. Aunque todavía no hay tratamiento directo para la ansiedad que nos genera la tecnología, sí que han aparecido propuestas centradas en viajes y experiencias sin gadgets. “Una oportunidad de liberarse de un mundo sobreestimulado y volver a conectar con los demás”, anuncian su paquete para desinfoxicarse el hotel Renaissance de Pittsburgh. Un servicio que también ofrecen tres hoteles de la cadena Vincci, en Marbella, Sierra Nevada y Tenerife. Varios restaurantes se han unido al detox digital.
Con las manos en la masa
Viajeros creativos
El perfecto turista creativo es aquel que busca conocer un lugar de manera activa. ¿Cómo? Aprendiendo a hornear cruasanes en París, a confeccionar trajes tradicionales de piel en los Alpes austriacos, siguiendo las enseñanzas de un maestro de la cultura zen en Tailandia, bailando danzas ceremoniales en el desierto de Nuevo México o lanzándose al mundo del bel canto en Bolonia. Todo en contacto directo con personas del lugar que no se dedican necesariamente al turismo. La plataforma Creative Tourism Network es un buen lugar para bucear por las propuestas de ciudades y destinos miembros de la red como París, Ibiza, Guatemala o Barcelona con ideas y contactos. Más direcciones para inspirarse: www.trip4real.com, la web de Creative Cities Network de la Unesco, blogs como www.creativelena.com y webs como www.studiainitalia.com.
Ciudades a pedales
Un hotel cama y bici
No hace falta repetir que la bicicleta está de moda en las ciudades. Atentos a ello, en Valencia ha surgido el primer establecimiento Bed & Bike (calle del Pintor Fillol, 4): cama y bici. Ofrece apartamento (50 euros al día para hasta cuatro personas) y bicicleta (5 euros al día). Y desde abril, más de 55 hoteles se han acreditado con el sello de calidad de amigos de la bici Bikefriendly.
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