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Hoteles a todo lujo

Dormir rodeado de obras de arte, darse un baño con burbujas en la terraza del hotel y tener en la habitación todo lo que uno quiera con sólo chasquear los dedos. Siete propuestas para unas vacaciones en un lujo extremo

Viajas en un jet privado y una limusina te deja en el hotel. Un ascensor privado te lleva directamente a tu habitación, sin pasar por recepción. El mayordomo te espera en la suite con tu bebida favorita y quizá un baño caliente. No hay que deshacer la maleta y si no sabes qué ponerte para la cena, tu asesor personal te recomendará el vestuario. O el personal shopper irá a comprarlo. Así puede ser una tarde cualquiera en un hotel de gran lujo. Estas son siete propuestas para tirar la casa por la ventana.

Burj Al Arab: Situado en una isla artificial en Dubai y elevado sobre 321 metros de altura, está considerado el hotel más lujoso del mundo. Fue el primer hotel del mundo en recibir la categoría de siete estrellas. El lujo en el El Burj Al Arab es tan extremo que no tiene habitaciones corrientes, tan sólo dispone de suites. Su impresionante edificio, que emula a una embarcación de vela, aloja en lo más alto un helipuerto, que funciona también como cancha de tenis. Pasar una noche en la suite Real, de 780 metros cuadrados, cuesta 20.000 euros, aunque hay habitaciones desde 3.000. Esta suite, situada en el piso 25 de la torre, está decorada siguiendo los parámetros del rotundo lujo asiático. Tiene ascensor privado y un cine propio. Además, cuenta con una librería en una de sus dos plantas. La impresionante cama con dosel del dormitorio principal cuenta con un dispositivo rotatorio.

Otra de las impresionantes notas de lujo son las escaleras que unen un piso y otro: son de oro y mármol, un material también utilizado en los suelos, sobre los que lucen muebles de la mejor caoba.

Además, el cliente, que siempre tendrá a su mayordomo a disposición o si así lo precisa, también a un personal shopper, puede elegir entre un Rolls Royce o un BMW con chófer para recogerlo en el aeropuerto o hacer cualquier otro tipo de traslado. O si lo prefiere, en helicóptero.

Todo en este hotel de siete estrellas tiene dimensiones exageradas. El SPA, en la 18ª planta, dispone de más de 5.000 metros cuadrados de espacio para el relax con zona separada de hombres y mujeres. En sus restaurantes se sirven excelentes platos que pueden degustarse en distintos ambientes, desde al acuario, uno de los mejores de Dubai, hasta en el atrio rodeado de columnas de oro. Para entrar en los restaurantes hay que respetar las normas de etiqueta del hotel. Los niños por debajo de los 12 años no son admitidos en todos los restaurantes del hotel.

La discreción también es otra nota del hotel. Se puede hacer el check-in directamente en la habitación y cada planta tiene un servicio de recepción privado y una amplia red de mayordomos altamente cualificados.

Ritz de París: Aunque es un hotel de lujo aquí encontramos más refinamiento que lujo desmedido. Aunque camareros, amas de llave y personal de cada planta están dispuestos las 24 horas del día para cumplir con las exigencias del cliente. El Ritz garantiza servicios como los de un conserje que acabará consiguiendo entradas para un evento cuando ya todo parece perdido, o un maître que recuerda año tras año cuáles son sus platos favoritos o si la carne le gusta muy hecha. De hecho, el personal sabrá perfectamente cuáles son sus flores favoritas y hasta sus manías a la hora de ordenar la ropa. El hotel ofrece recibir al huésped a las mismas puertas del avión para que desde el primer momento se sienta como en casa y poder desentenderse de todas la formalidades que requiere un aeropuerto.

Uno de los detalles que ha hecho famoso al Ritz de París es el mimo con el que ha cuidado a las mujeres. De hecho, aquí repitieron estancia Coco Chanel, María Callas o Greta Garbo. El hotel ofrece los servicios inmediatos de una modista que retoca la ropa recién comprada. En su obsesión por tener contentas a las clientas, César Ritz ordenó incluir en las sillas del hotel un gancho donde las mujeres pudieran colgar sus bolsos. Y un espacio donde pueden disfrutar de desfiles de moda privados.

El hotel también pone mucha atención en los niños. El Ritz cuenta con una red de canguros políglotas, y además se ocupa de detalles como el de proporcionar un peluche al pequeño para las noches.

Una noche en la suite imperial cuesta unos 14.000 euros. El desayuno especial de la casa, casi 70.

Peninsula Hong Kong: Está considerado como uno de los mejores hoteles del mundo y algunos lo llaman la dama del lejano oriente. A los consabidos Rolls-Royce, limusinas y helicóptero para recoger al cliente en el aeropuerto, se añaden detalles como el ir de compras por el Penninsula Shopping Arcade, con tres plantas de lujosas tiendas de firmas internacionales. Un botones ayudará al cliente a cargar con las bolsas. O el telescopio que el Peninsula dispone en la suite Superior para disfrutar de privilegiadas vistas del puerto Victoria, frente al hotel. Una de las mejores habitaciones, la Garden Suite, incluye una enorme bañera de hidromasaje exterior, colocada en una gran terraza desde la que se contemplan las mejores vistas de Hong Kong. Dormir una noche en esta habitación cuesta unos 3.600 euros y no es la más cara. La Peninsula, la mejor de todas las suites, cuesta casi 6.500 euros. La mayoría de las habitaciones de este lujoso hotel tienen los servicios de un mayordomo para las 24 horas del día, chófer para el Rolls-Royce, un enorme baño para las visitas, un gimnasio, una televisión sobre la bañera, cocina, comedor y sala de reuniones.

Town House Galleria en Milán: Sólo tiene 24 habitaciones y los servicios más exclusivos para sus clientes. Cada estancia está atendida por un mayordomo profesional. En este exclusivo hotel cada habitación tiene su portátil conectado a internet y con una estupenda funda de piel. Pero tanto si el viaje es de negocios o por placer, a la vuelta el huésped tendrá preparado todo lo que haya pedido a su mayordomo: la cena preparada, las bebidas frescas, la temperatura de la habitación a su gusto. El hotel también cuenta con servicio de limusina para recoger a los clientes en el aeropuerto o la estación de tren, y en donde el huésped podrá elegir entre una variada gama musical y de aperitivos antes de hacer su entrada en el Town House, enclavado en las galerías Vittorio Emanuele II de Milán, un lugar de privilegio. Dormir una noche en la suite Ambassador Wing puede costarnos más de 6.000 euros. Al menos el desayuno está incluido.

One&Only La Saint Gerán en Mauricio: Este hotel de cinco estrellas lujo, uno de los mejores de la isla, cuenta con dos restaurantes dirigidos por dos chefs con estrella Michelin, Alain Ducasse y Vineet Bhasoi. Cada habitación está atendida por un mayordomo y tiene un chalet en la playa que está atendido por siete personas, como cocinero, chófer, doncellas, mayordomo, ayudante de cámara...todo lo necesario para una estancia muy lujosa. Dormir en esa villa cuesta unos 12.000 en temporada alta.

Además, el One&Only tiene un equipo de mayordomos de playa que se ocupan de que el cliente esté cómodo mientras disfruta al sol. Le ponen la talla en la tumbona y una vez que se ha echado la crema, el mayordomo le tiende una toalla para que se limpie las manos. Estos mayordomos son también conocidos por su habilidad para limpiar las gafas de los clientes.

Los mayordomos del hotel han sido formados en la isla por un prestigioso inglés que ha prestado servicios regulares de banquetes en Buckingham Palace. Algunos de ellos están especializados en un área. Así, si el cliente tiene problemas con su ordenador, el mayordomo sabrá arreglarlo o se pondrá en contacto con un compañero especializado en esta área. O si la huésped necesita un esmalte de uñas urgentemente, el mayordomo sabrá dónde encontrarlo. Muchos de los clientes de este hotel suelen repetir, por lo que los mayordomos recordarán desde a qué temperatura le gusta tener la habitación, si fuma, o cuál es su bebida favorita, que podrá disfrutar mientras observa las vistas desde cada habitación al Océano Índico o a los jardines tropicales.

Villa Padierna en Marbella: No hay que cruzar las fronteras para disfrutar del lujo, y además sale más económico. Este hotel, de cinco estrellas Gran Lujo, cuenta con unos alojamientos exclusivos llamados Las Casitas, una opción para los que busquen intimidad pero con todos los servicios de un buen hotel. Son once villas privadas, casi todas con piscina privada, en las que los huéspedes gozan de todo tipo de atenciones personalizadas. Las villas, de inspiración toscana, también tienen servicio de mayordomo que está a disposición de los clientes las 24 horas del día para lo que el cliente pueda necesitar, desde recibir masajes en la casa, acomodar la ropa en el armario y deshacer la maleta, hasta organizar un jeep safari, un viaje en el yate privado del hotel o la visita a una ciudad cercana. Además, el mayordomo ayudará al cliente a hacer sus compras de vacaciones, elegir un regalo o reservar mesa en un restaurante.

El Villa Padierna ofrece, además, la posibilidad de alquilar un anfiteatro con capacidad para 400 personas. El hotel también cuenta con la La American Golf Academ, donde el cliente podrá practicar y aprender golf con profesionales de prestigio.

Una noche en este lujoso resort nos puede salir por unos 1.000 euros, aunque con ofertas puede rebajarse hasta los 600 e incluso los 300.

Don Carlos Leisure Resort & Spa en Marbella: Las Deluxe Villas del hotel ofrecen un jet privado que recoge al cliente en su ciudad y lo lleva directamente hasta Don Carlos, o si lo prefiere una limusina lo irá a buscar al aeropuerto. Estos lujosos alojamientos exclusivos ofrecen otros servicios, que van desde el personal shopper hasta un asesor durante toda la estancia en el hotel, pasando por un Mini Cooper a disposición del cliente. En la villa, un equipo de mayordomos asiste a los huéspedes durante toda la estancia. Además, el hotel cuenta con un Happy Making Team que se encarga de preparar con días de antelación las vacaciones del huésped para que estén hechas a su medida. Organizará su ocio tanto dentro como fuera del hotel según las preferencias del cliente.

Aunque no forma parte del complejo, en la playa de Don Carlos está uno de los 13 Nikki Beach del mundo. Los Nikki Beach son una marca registrada creada por un multimillonario y que básicamente se definen como clubes de fiestas de lujo para disfrutar en la playa. Hamacas blancas, botellas de champán de 2.500 euros, pretigiosos DJs, relaciones públicas, aparcacoches, y sobre todo, baños de champán al atardecer. Son clubes que atraen a la gente más famosa y rica de todo el mundo y en España ese lugar es Marbella.

Abama Golf & Spa Resort en Tenerife: El hotel intenta ajustarse a la denominada mística Ritz-Carlton, basada en satisfacer las necesidades del huésped y adelantarse a ellas. En el Abama, además de tener una persona que le asesore en el vestuario (le prestará sus servicios por 100 euros la hora), un mayordomo durante las 24 horas, o un servicio de jet privado, el viajero puede tener un yate privado (660 euros) durante su estancia.

Pero si se le antojan placeres más exóticos, como disfrutar de un show de loros o de magia en la habitación, eso no será ningún problema. Los más tranquilos quizá prefieran tocar el piano para relajarse en la habitación o hacer sus compras en la villa sin tener que desplazarse (este servicio cuesta 250 euros la hora). Para divertirse fuera del hotel, los huéspedes pueden escoger entre una gama de vehículos de lujo bastante amplia y si lo quieren, ir acompañados de un guía privado que organizará las visitas a su medida. Una de estas villas con piscina privada puede costarnos unos 10.000 euros la noche.

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