19 fotosMopeia se prepara para plantar cara a la malariaUn ensayo clínico español pretende reducir la carga de paludismo en una región de Mozambique con una alta incidencia utilizando ivermectina, un fármaco que mataría a los mosquitos al picar a un humano 07 jul 2021 - 08:21CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceManuel Balança Sande, a la derecha de la fotografía, recibe en su casa del barrio 24 de Julho de Mopeia, en Mozambique, a un equipo de científicos del Proyecto Bohemia. Hoy van a hablar con él sobre un ensayo clínico que está a punto de arrancar en esta región con el objetivo de reducir la incidencia de la malaria, una enfermedad infecciosa muy endémica aquí. Óscar CorralDomingos es uno de los ocho hijos del señor Sande y de su esposa Zeria. Esta familia pertenece al distrito de Mopeia, en la provincia de Zambezia, una zona de 150.000 habitantes repartidos por casi ocho mil kilómetros cuadrados. Son familias agricultoras y campesinas, con un elevado nivel de pobreza.Óscar CorralUn encuestador del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) toma nota de los nombres y documentos de identidad del señor Sande y su familia. Estos encuestadores están recorriendo las casas de Mopeia para explicar a los vecinos en qué consiste el ensayo clínico que quieren llevar a cabo. Se trata de utilizar ivermectina, un fármaco muy frecuente en el tratamiento de enfermedades parasitarias, para matar mosquitos. ¿Cómo? Suministrándolo a la población sana de tal manera que, cuando el mosquito les pique, lo envenenen, muera y este ya no pueda infectar a nadie más. Óscar CorralA la izquierda, Balança Manuel Sande y Zeira, con algunos de sus hijos. A la derecha, dos de los 153 encuestadores del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM), André Zuada y Jemusses Martins. Ellos son los encargados de dialogar con la familia en su lengua natal, el sena, para poder elaborar un censo que resultará imprescindible para después comenzar el ensayo clínico.Óscar CorralFátima, de apenas dos años, llora desconsoladamente cuando un médico del Hospital Distrital de Mopeia le pincha en un dedo para extraer sangre y hacerle el test de malaria. Esta enfermedad es curable, pero mortal si no se trata, y cada año mata aún a 400.000 personas y enferma a 200 millones. En África subsahariana se concentra el 95% de los casos, y en Mozambique se dan el 4% tanto de contagios como de fallecimientos del mundo. Óscar CorralEl doctor Hansel Mundaca es uno de los responsables médicos del Proyecto Bohemia junto a los investigadores principales Carlos Chaccour y Regina Rabinovich. La iniciativa, impulsada por el Instituto de Salud Global de Barcelona y apoyada por el CISM, ha logrado una financiación de 25 millones de dólares de parte de Unitaid, la mayor que se ha dado a un proyecto español sobre paludismo. En la imagen, el doctor Mundaca explica que la ivermectina se suministra en función de la altura del paciente, y tienen marcado en esta pared a partir de cuánto se van sumando dosis. Óscar CorralEl señor Sande, apoyado en su casa del barrio 24 de Julho, atiende a las explicaciones de los encuestadores del CISM.Adelaide, de poco más de dos años, llora cuando le pinchan para extraerle sangre en el Hospital Distrital de Mopeia. Si la ivermectina tiene el resultado esperado, la biomasa de mosquitos se reducirá y, consecuentemente, habrá menos incidencia de malaria. Óscar CorralParásito Plasmodium, causante de la malaria, a vista de microscopio en el Centro de Investigación en Salud de Manhiça, en Mozambique. Carlos Chaccour defiende el uso de la ivermectina porque es un medicamento seguro del que se han distribuido hasta 3.700 millones de tratamientos en el mundo desde hace 30 años. También porque tiene beneficios a través de un efecto comunitario y también personales porque mata a una proporción interesante de parásitos intestinales, de otros que causan la sarna y de piojos.Óscar CorralEl doctor Hansel Mundaca distrae a unos niños en el barrio 24 de Julho de Mopeia mientras sus padres atienden a los encuestadores del Proyecto Bohemia. Mundaca es uno de los investigadores médicos de este ensayo clínico, de marca española, que busca demostrar si la ivermectina, un fármaco muy usado para otras dolencias, es eficaz para matar al mosquito y reducir la incidencia de la enfermedad. Óscar CorralDos pruebas de malaria con resultado positivo (dos franjas rojas) y negativo (una franja roja) tomadas a dos niños en el Hospital Distrital de Mopeia, en Mozambique, en junio de 2021. No es temporada alta de paludismo, pero hay muchos casos en el hospital de niños enfermos esperando a hacerse la prueba. Óscar CorralAlgunos de los hijos de Balança Manuel Sande y su esposa Zeira asan maíz en la cocina de su cabaña, en el barrio 24 de Julho de Mopeia, en Mozambique. Se trata de un área rural con elevados índices de pobreza.Óscar CorralUno de los encuestadores del CISM devuelve su documento de identidad a Balança Manuel Sande. Introducir un ensayo clínico en la población, más entre la que vive tan alejada, puede suscitar recelos. En Mopeia, sin embargo, no es la primera vez que los vecinos toman parte en campañas e investigaciones para combatir la malaria u otras enfermedades. No obstante, es fundamental obtener el consentimiento informado de toda la población implicada.Óscar CorralEntrada a las urgencias de pediátricas del Hospital Distrital de Mopeia, lleno de madres con niños enfermos y síntomas parecidos: fiebre alta y debilidad. La mayoría tendrán malaria, según los doctores. Allí se les hará la prueba rápida para detectar el parásito.Óscar CorralAndré Zuada, uno de los encuestadores del CISM introduce en su tableta datos relativos a la unidad familiar de Balança Manuel Sande en el barrio 24 de Julho de Mopeia.“Tenemos que conocer muy bien a la población: grupos de edad, miembros de la unidad familiar, situación socioeconómica de cada casa… Es importantísimo porque necesitamos saber si se dan migraciones internas o si llegan personas de fuera para evitar elementos que contaminen los datos a la hora de evaluar los resultados”, explica el doctor Hansel Mundaca.Óscar CorralAlgunos de los hijos del matrimonio Sande y otros niños del barrio miran a cámara. Los niños, especialmente los menores de cinco años, son los más vulnerables a la malaria. Un estudio anterior llevado a cabo en Mopeia indicó que, a pesar de que la población cuenta con todas las medidas de prevención disponibles, como mosquiteras e insecticidas, la prevalencia de paludismo en menores en esa franja de edad fue del 75% en 2019.Óscar CorralLos encuestadores del CISM toman los datos del señor Sande en presencia de su familia. Cuando se acaben las labores del censo, comenzará la suministración masiva de ivermectina a la población seleccionada, algo que se prevé entre enero y marzo de 2022. Como en cualquier ensayo clínico, habrá una cohorte que recibirá el medicamento y otra de control que tomará otro fármaco, el albendazol en este caso, que también es seguro y se utiliza para combatir los parásitos intestinales en humanos. Además, entrará en juego un tercer grupo en el que se dará la ivermectina a humanos y a sus animales domésticos, en concreto cerdos y vacas.Óscar CorralGracias a una labor exhaustiva del CISM, cada vivienda de este distrito tiene un número en la puerta, único e intransferible, y basándose en esos datos, se esperan alcanzar para este censo 20.988 unidades familiares en 250 barrios del distrito. “Todo Mopeia está mapeada por códigos, casa por casa. En cada una pedimos un consentimiento informado después de explicar al jefe de familia el objetivo del censo”, resume Humberto Munguambe, demógrafo del CISM.Óscar CorralKenet es un niño de cuatro años que ha dado positivo en malaria, tal y como muestra el test de la imagen, tomada en el hospital distrital de Mopeia. Si la ivermectina funciona y se puede combinar con otros métodos de prevención como las mosquiteras y los insecticidas, dentro de unos años se verán menos niños en las salas de urgencias del hospital de Mopeia, y quien sabe, quizá de todo el mundo. Óscar Corral