”Cuando Rafa Gil la alquiló hace cuatro años, era un despacho de abogados. Él aprovechó ese “defecto de los pisos modernistas del Eixample de ser luminosos y amplios en los extremos, pero estrechos en la entrada central para dividir vivienda y estudio de una manera muy natural”.En la imagen, el estudio, pintado en color Red Earth, de Farrow and Ball. Sobre la gran mesa de trabajo, fabricada en roble, lámpara de bronce española de los años cuarenta; y en la estantería, silueta de cerámica de Manises de los ochenta.