La vacunación casa por casa en la comunidad Kalunga de Brasil
El plan de inmunización que adelanta el Gobierno brasileño está llegando a algunos quilombos, territorios alejados a los que pertenecen personas afrodescendientes
Trabajadores de la salud llegan a la comunidad Kalunga Vao de Almas para aplicar vacunas Sinovac.Eraldo Peres (AP)El Gobierno empezó la vacunación en poblaciones quilombolas prioritarias en la comunidad Kalunga Vao de Almas, un territorio tradicional de afrodescendientes.Eraldo Peres (AP)El quilombo Vão de Almas está a 60 kilómetros de la ciudad de Cavalcante. Para llegar hay que subir una sierra empedrada que exige moto, camión comunitario o un vehículo 4×4 .Eraldo Peres (AP)Una trabajadora de salud aplica una dosis de la vacuna Sinovac desde la puerta de su vehículo, en la comunidad Kalunga Vao de Almas, una zona rural en las afueras de Cavalcante, Estado de Goias, Brasil.Eraldo Peres (AP)El objetivo es vacunar a 190 familias residentes en la comunidad Kalunga Vao de Almas.Eraldo Peres (AP)Una mujer espera recibir su primera inyección en el quilombo Kalunga Vao.Eraldo Peres (AP)Valdeir Pereira, de 68 años, espera recibir una dosis de la vacuna Sinovac.Eraldo Peres (AP)El Gobierno local inició su planificada vacunación contra la covid-19 para poblaciones quilombolas.Eraldo Peres (AP)Dainda, de 75 años, recibe su primera dosis de Sinovac durante una campaña de vacunación casa por casa en el quilombo Kalunga Vao de Almas.Eraldo Peres (AP)Dainda, de 75 años, celebra después de recibir su primera inyección de la vacuna Sinovac dentro de su casa.Eraldo Peres (AP)Lara Cristina, de 10 años, sostiene un par de colchonetas en las que se sentarán los trabajadores de la salud que ingresen a su casa.Eraldo Peres (AP)La trabajadora de salud Rosemeire Bezerra aplica una dosis de la vacuna Sinovac a un residente de la comunidad Kalunga Vao de Almas.Eraldo Peres (AP)Una niña observa a los trabajadores de la salud administrar las primeras inyecciones de la vacuna Sinovac a personas mayores de 18 años, dentro de su casa en el quilombo Kalunga Vao de Almas, en Brasil. El país fue el último en América en abolir la esclavitud, en 1888.Eraldo Peres (AP)En todo el Brasil, más de 2.600 comunidades ya están certificadas como "quilombolas", según el Gobierno federal. Muchas otras se declaran como remanentes de los asentamientos de esclavos fugitivos durante la colonia.Eraldo Peres (AP)
