Descanso para los ojos: mi experiencia con la lámpara de monitor LED GlobaLink
La posibilidad de regular su brillo y su tono alivia la fatiga visual provocada por la luz azul
Desde que, en marzo de 2020, el teletrabajo se volvió una práctica común en casi todo el mundo, uno de los principales retos de esta modalidad laboral ha sido adaptar un espacio adecuado en casa para ello. Desde luego, hay que partir de una mesa y una silla ergonómicas, entre otros accesorios. Pero luego están los enemigos invisibles, como la luz azul de los monitores, que puede generar fatiga visual si no tenemos una iluminación adecuada para trabajar.
Si lo comento es porque, precisamente, este es uno de los problemas que empecé a notar en los últimos meses. Así que, buscando la solución de iluminación que mejor solucionara este aspecto, encontré la lámpara de monitor LED GlobaLink, que ha resultado el remedio perfecto. ¿Cómo lo supe? Porque el espacio donde trabajo en casa no recibe la luz directa del sol en ningún momento del día. Por lo tanto, si ya durante las horas más soleadas cuento con una iluminación natural muy justa, cuando el sol comienza a ocultarse, el brillo del monitor empieza a cansarme los ojos casi de inmediato. Es entonces cuando enciendo la lámpara y, sin exagerar, el alivio en la vista se nota al instante.
Regulación de tono y brillo
“Muy bien que el color y el brillo sean regulables”, comenta en Amazon la usuaria Patricia R. Efectivamente, creo que el secreto de ese efecto de descanso en los ojos se debe a dos funciones esenciales de la lámpara: la posibilidad de ajustar el nivel de brillo y de elegir el tono de la luz. Para ello, en la parte frontal dispone de cuatro botones táctiles que permiten controlar todos los aspectos de la lámpara. Cabe mencionar que su respuesta es buena, si bien hay que dejar el dedo presionando durante un instante para que éstos respondan al tacto.
Es así que, dejando presionado el botón correspondiente al brillo, la lámpara disminuye la intensidad de la luz —hay que soltarlo en cuanto llegue al brillo deseado— y la aumenta al volver a tocarlo, sucesivamente. Esta función, a mi parecer, no sólo tiene la ventaja evidente de poder elegir la cantidad de luz que necesiten los ojos, sino que además permite adaptarla a diferentes situaciones. Por ejemplo, cuando la enciendo simplemente para reducir la fatiga visual que me provoca el monitor, me basta con regular el brillo casi al mínimo. Sin embargo, el 100% de la intensidad alcanza a iluminar toda mi mesa de trabajo —de 120 cm de largo— a la perfección, por lo que también me sirve como lámpara de escritorio cuando realizo actividades fuera del ordenador.
Por su parte, el botón correspondiente al tono de color va cambiando la temperatura, según se presione, entre luz fría, luz cálida y luz natural (neutra). Es claro que cada uno puede seleccionar el color que desee, pero la marca recomienda utilizar el tono frío para trabajar, el cálido para entretenimiento y el natural para leer. Aun así, en mi caso utilizo casi exclusivamente el natural, ya que es el que mis ojos perciben como el más agradable y relajante.
Para concluir este apartado, es importante mencionar otras dos características muy atractivas. La primera es que cuenta con una función de memoria que, mientras la lámpara siga enchufada a la corriente, recuerda la última configuración de brillo y tono para encenderse en ese modo la siguiente ocasión. Además, incorpora un sensor en la parte superior que ajusta automáticamente la luz en función de la iluminación ambiental en todo momento y que puede activarse o desactivarse con otro de los botones táctiles frontales.
Instalación sencilla con múltiples posiciones
La lámpara de monitor GlobaLink se puede comprar en dos medidas: 40 y 50 cm. Yo utilizo la más pequeña y queda perfecta para mi monitor de 27 pulgadas, pues aunque no ocupa todo el largo de la pantalla, proyecta una luz de ángulo amplio que la ilumina completamente. Tal como lo explica el usuario MJ Payo en su reseña, la lámpara “se acopla a la parte de arriba de la pantalla con una pinza”. Por lo tanto, este sistema hace que se adapte fácilmente a cualquier grosor de monitores y a la mayoría de los tamaños de marcos. Y ya que el soporte está recubierto con una almohadilla de silicona, no hay riesgo de dañar el equipo durante la instalación o el uso.
Otra de sus ventajas es que la sección de la barra de luz puede girar en un ángulo vertical —hacia arriba y hacia abajo— para colocarla en la dirección más conveniente. Por lo tanto, se puede apuntar directamente hacia la pantalla; hacia abajo, para iluminar también el teclado y el escritorio; o hacia el frente, pudiendo incluso utilizarla como fuente de luz durante una videollamada. Es cierto que este mecanismo es un poco duro; pero si se tiene en cuenta que no es un dispositivo que se tenga que cambiar regularmente de posición, no es un inconveniente importante.
Tal como lo señala otro cliente, “hay bastante material de aluminio” en el cuerpo de la lámpara, por lo que su aspecto es elegante y su construcción da una sensación muy sólida. Se conecta mediante un cable USB incluido, por lo que puede alimentarse de un enchufe —haciendo uso de un cargador— o directamente de uno de los puertos del ordenador, que es como yo la utilizo; sólo requiere una corriente de 5V, por lo que funciona correctamente de esta manera. La marca asegura que tiene una vida útil de hasta 50.000 horas; aunque todavía me queda esto por comprobar. Hasta el momento, llevo aproximadamente dos meses usándola casi a diario sin ningún fallo.
*Las recomendaciones para que las entregas de pedidos online se puedan realizar con total seguridad para repartidores y clientes señalan que se debe evitar el contacto directo entre ambos, mantener la distancia de seguridad y lavarse las manos después de abrir el paquete. Todos los repartidores están instruidos para extremar las precauciones.
*Todos los precios de compra incluidos en este artículo están actualizados a 25 de marzo de 2022.
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