17 fotosAscensor social dirección a la pobrezaArgentina era uno de los países más prósperos de la región de América Latina y el Caribe, pero la pandemia ha dejado a su clase media muy mermada. Estos son los rostros de la estadísticaIgnacio ConeseCórdoba - 24 oct 2020 - 00:32CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlace“Hace seis meses que no nos permiten abrir; los hoteles que trabajamos con jubilados teníamos reservas completas para las vacaciones de invierno y lo perdimos todo; también perdimos toda la temporada de turismo estudiantil. Villa Carlos Paz no tiene otra cosa que el turismo. Hay un 30% de hoteles que, si no nos dejan abrir, no llegamos a noviembre, que vamos a cerrar definitivamente” dice Marcelo Ali, dueño de un pequeño hostal del cual dependen su familia y la de 11 empleados, en la localidad serrana de Córdoba, uno de los principales centros turísticos de Argentina. Más de un millón y medio de trabajadores son empleados de forma directa por el sector turístico en el país. Igancio Conese15.000 personas trabajan directamente en el sector hotelero en Villa Carlos Paz. Miles más dependen de que abran y lleguen visitantes. El sector turístico viene solicitando una ley de emergencia urgente que brinde alivio, sin respuesta del Ejecutivo nacional ni del Congreso hasta el momento. Igancio Conese“Son muy difíciles de entender los criterios, hay localidades cercanas a la ciudad de Córdoba donde no hay controles en las rutas y la gente hace fila para entrar a los bares, y acá, que somos una localidad que muchos cordobeses usan como dormitorio y la movilidad es constante, te para la policía en el ingreso y no dejan que venga un solo visitante ni a tomar un café. Es impresionante la cantidad de comerciantes que están sufriendo infartos, que están depresivos. Villa Carlos Paz tiene un muerto por coronavirus hasta el momento, pero yo te puedo nombrar al menos diez que se murieron de infartos desde que esto arrancó. No es que se pueda hacer una apertura responsable, se tiene que hacer una apertura responsable, concienciar muchísimo, hacer todos los protocolos necesarios, pero permitir trabajar”, reclama Claudio Manasero, con seis locales distribuidos entre un par de localidades turísticas y 50 empleados a su cargo, todos comercios que han ido a pérdida desde que se decretó la cuarentena. En la fotografía, la Confitería Lucky, un bar con más de tres décadas de historia, ubicado en la esquina más emblemática de la villa turística, que debido al confinamiento, cerró definitivamente sus puertas. Igancio ConeseLa sala de embarques vacía del Aeropuerto Internacional de Córdoba. Argentina es el único país miembro del G20 sin vuelos de cabotaje ni regulares externos. Esta situación golpea decididamente a las agencias de viaje, de la cual dependen más de 30.000 familias argentinas. Sin ley de emergencia que los proteja como intermediarios -en una industria que atraviesa dificultades a escala global-, son miles las agencias que corren riesgo de cierre inmediato. Quatar Airways, Emirates y Air New Zeland retiraron sus conexiones con Argentina. LATAM, quien participaba del 15% del mercado de cabotaje se retiró del país en junio. Igancio ConeseJulio Vasta y su esposa, Flavia. Él trabajaba de chofer de colectivo de viajes turísticos. La cuarentena lo dejó sin trabajo y está desmoralizado. Ambos sobreviven de la venta de pizzas y empanadas que prepara la mujer. Igancio Conese"Lo peor que puede pasar es que la población baje los brazos y sienta que todo está perdido. Es una economía social, solidaria, de subsistencia”, dice Eduardo Donza, investigador del Observatorio de Deuda Social de la UCA al ser consultado sobre los microemprendimientos que adornan las rejas, y ocupan salas, cocinas, garajes y ventanas de numerosos hogares de sectores medios en las ciudades argentinas. Barrio Jerónimo Luis de Cabrera, ciudad de Córdoba. Igancio ConeseComplejo comercial y de oficinas completamente vacío en la ciudad de Córdoba. El teletrabajo, las restricciones de circulación y la crisis económica han incrementado un 200% la cantidad de locales vacíos en las principales ciudades argentinas, según la Cámara Argentina del Comercio. Igancio ConeseHasta junio, más de 40.000 comercios cerraron definitivamente sus puertas, con una perdida de 120.000 puestos de trabajo. Los comercios que permanecen abiertos están trabajando a un 50% de su facturación previa a la pandemia, de acuerdo con datos de la Cámara Argentina del Comercio. Ciudad de Córdoba. Igancio ConeseA Marcela y su marido, profesionales ambos con buenos ingresos hasta la llegada de la pandemia, la familia los viene ayudando para poder mantenerse a flote. Como muchas familias urbanas argentinas, sus gastos fijos mensuales son elevados. Escolaridad, salud, urbanidad, seguridad, son todos servicios que los sectores medios muchas veces optan por pagar en el sector privado dado que el público no es de la calidad que esperan. Igancio ConeseCarteles vacíos en el acceso norte de la ciudad de Córdoba. El sector gráfico publicitario ha sido uno de los grandes golpeados por el “quédate en casa”. La falta de carteles publicitarios constituye un extraño paisaje en muchos accesos y calles transitadas de las ciudades argentinas que acostumbran estar cubiertas de marquesinas. Igancio Conese“La clase media se está cayendo del sistema. Hoy una familia no vive con 50.000 pesos (unos 550 euros), un salario promedio en nuestra empresa. Pero la empresa tampoco se puede sostener balance negativo tras balance negativo. La situación es muy complicada. Yo tengo equipos de un millón de euros; no podéis tener un tipo que está pensando cómo llega a fin de mes operando una máquina así, porque no lo va a hacer bien. Nosotros venimos trabajando, con suerte, a la mitad de nuestra capacidad de hace tres años, no podemos sostenernos por mucho tiempo más así”, dice Gastón Ferrero, dueño de Soluciones Gráficas, una imprenta con 80 empleados en la ciudad de Córdoba.Igancio ConeseLíneas de producción vacías, depósitos llenos. Al final del primer gobierno de Cristina Fernández, Hugo Albado empleaba casi 100 personas en su fábrica de calzado en la ciudad de Córdoba; para cuando terminó el segundo mandato de la política, su planta se había reducido a 30 personas. Al final de Gobierno de Macri, Albado empleaba apenas a cinco personas. Con Alberto Fernández y tras una mejora los primeros meses, Albado se preparó para el invierno empleando a 10 personas más, esperando que se reactive de alguna manera la parálisis de la economía. "Los pocos clientes que me habían hechos pedidos, los cancelaron o me enviaron la mercadería de vuelta, porque no la van a poder pagar".Igancio ConeseCecilia Jiménez, socióloga e investigadora adjunta del Instituto de Humanidades UNC-Conicet, ha enfocado sus estudios en los procesos de movilidad social que generó la industria automotriz en Córdoba en los últimos 50 años. La experta no cree que valores como la cultura del trabajo sean exclusivos de los sectores medios. “Existen maneras de medir la pobreza, pero eso no te habla de clases sociales, que son más bien configuraciones históricas. El conjunto de condiciones que hace a una forma de vida, a que vivas en un barrio en donde no corres riesgo alto de morir de un balazo antes de los 30 años, por poner un ejemplo brutal pero real. Los mismos recursos están desigualmente distribuidos, hay capital económico, capital cultural, que son los factores intangibles, y capital social; y eso está presente en todas las clases sociales, solo que cambian, se adaptan al entorno”. Los mismos trabajadores que hace 50 años constituyeron un sector altamente capacitado y con movilidad ascendente, son los que hoy con sus salarios apenas se sostienen sobre la línea de pobreza. En la fotografía, un obrero se retira para almorzar en una planta autopartista de la ciudad de Córdoba. Igancio ConeseAún con pérdidas graves, como el caso del cierre de la fábrica de motores MWM en Jesús María, donde hacia el final trabajaban casi cien personas, la industria automotriz aún da empleo de forma directa a 30.000 personas en la provincia de Córdoba y por encima de 100.000 personas en todo el país, además de generar exportaciones de alto valor agregado. Perder este sector, cosa que Argentina viene haciendo de manera gradual, significaría una primarización definitiva de la matriz exportadora. Igancio ConeseDesocupación, vigilancia y distancia social. De acuerdo al Instituto de Estadística argentino (INDEC), el 65% de los trabajadores argentinos no ganan lo necesario para mantener a una familia por encima de la línea de pobreza solo con sus salarios; seis de cada 10 niños argentinos son pobres. Cuatro millones de personas se cayeron de los sectores medios por la caída del valor adquisitivo de sus ingresos. El empleo formal se encuentra en un piso histórico, mientras que el número de personas que reciben algún tipo de asistencia es récord absoluto. Unquillo, Córdoba. Igancio ConeseSiete de cada diez jubilados argentinos no llegan a cubrir sus necesidades básicas de alimentos, gastos mínimos y medicinas. La generación más productiva de la historia del país ve pasar la vida por la ventana, mientras que las medidas de aislamiento social aumentan la desolación, el miedo y la soledad. Marta Amuchastegui, una bisabuela que vive en un geriátrico lo expresa en un sentimiento amargo: “Lo que no entiendo es por qué no me pueden dar más un beso, un abrazo; nunca antes nos dejamos de dar abrazos”. En la fotografía, un señor mayor con la mirada perdida en una calle vacía de la ciudad de Córdoba. Igancio ConeseDesde el principio de la cuarentena, el Gobierno ha comunicado a la población decretos, avances, retrocesos y todo tipo de medidas semanalmente. El Ejecutivo ha justificado el cierre argumentando que si tenía que elegir entre la economía y la salud, elegía la salud. Argentina está entre los diez países con más contagios de coronavirus por millón de habitantes y ningún país desarrollado ni en vías de desarrollo ha tenido medidas de restricción semejantes ininterrumpidas por tanto tiempo. Igancio Conese