Beatrice Maina, directora de la escuela Mwea, se encuentra junto a sacos de pienso para pollos dentro de una de las aulas que ahora usa como almacén para los piensos. Las escuelas más exclusivas de Nairobi han optado, como en otras partes del mundo, por seguir cobrando las cuotas y dar clase online. Vincent Njuki, un joven de 19 años de Mwea, empieza la próxima semana la universidad. Estudiará Educación, pero lo hará en línea y desde su móvil porque no tiene ordenador. "No creo que vaya a funcionar", subraya. Más allá de las pantallas, muchos estudiantes han repasado los libros que se pudieron llevar de la escuela, aunque después de seis meses les cueste abrirlos. "He llegado a aburrirme de estudiar, repasé todo el temario y me aburro, ¡hasta se me olvida lo que leo!", confiesa Rita Angela Wambui, una aplicada estudiante de 14 años.