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Una vuelta a las aulas sin suficientes medidas de conciliación

El Club de Malasmadres recoge en un manifiesto más de 60.000 firmas para exigir al Gobierno que la compatibilidad entre escuela, trabajo y familia sea una prioridad

Niños subiendo escaleras del Colegio Privado Alameda de Osuna en el primer día del curso escolar 2020-2021, en Madrid (España).
Niños subiendo escaleras del Colegio Privado Alameda de Osuna en el primer día del curso escolar 2020-2021, en Madrid (España).Jesús Hellín (Europa Press)
Lucía Franco
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En marzo, con la llegada de la covid-19, el teletrabajo dejó de ser una cosa de unos pocos para volverse el presente en las empresas. Millones de padres y madres tuvieron que empezar a hacerlo  mientras cuidaban de sus hijos en casa. Todos pensaron que sería solo por un tiempo, una situación excepcional resuelta con una solución improvisada. Seis meses después, ha llegado septiembre y, con él, la vuelta al cole, y el teletrabajo, tal y como se ha planteado, ya no es factible en muchos hogares. Las familias todavía no saben cómo se van a enfrentar a las clases semipresenciales de sus hijos o qué van a hacer cuando este tenga que cumplir una cuarentena por haber estado en contacto con una persona positiva de coronavirus y no los puedan dejar solos en casa.

Sobre el papel, las medidas implementadas por el Gobierno serían suficientes para hacer frente a esta nueva normalidad. Documentos como el estatuto de los trabajadores (ET) o como la legislación especial aprobada durante el estado de alarma reconocen el derecho de los empleados a solicitar teletrabajar. Esta medida no obliga a las empresas a concederlo, pero sí les exige demostrar que han analizado la petición y, en caso de haber dado una respuesta negativa, justificarla con razones organizativas o de producción. No obstante, en la práctica, para la asociación El Club de Las MalasMadres, son insuficientes, y por esa razón han decidido lanzar un manifiesto para exigir al Gobierno que la conciliación sea una prioridad.

"Durante esta crisis, se han destapado la falta de gestión en temas de conciliación, la falta de estructuras de apoyo a las familias y, lo que es peor, la falta de compromiso del Gobierno hacia las familias", explica el manifiesto, redactado por la fundadora del club Malas Madres, Laura Baena, y la Asociación Yo No Renuncio. “Vivimos en un país donde los dos únicos pilares de la conciliación se han caído: los abuelos y las abuelas, grupo de riesgo a los que debemos cuidar, y los colegios, y los centros educativos, cuya labor es fundamental, no solo a nivel educativo, sino también a nivel social”, explica Baena.

Desde estas asociaciones piden cuatro medidas concretas. La primera es que el teletrabajo se imponga por imperativo legal, como medida correctora temporal, dada la situación de emergencia, cuando los niños entren en cuarentena y tengan que recibir cuidados.

La segunda medida reclama regular las incapacidades temporales o bajas laborales de forma centralizada para no crear desigualdades entre territorios. También piden que se facilite la adaptación de jornada y la reducción de la misma sin pérdida salarial. “La que decide si lo acepta o no es la empresa, y eso es intolerable porque la persona que lo está pidiendo no puede decidir que el plan Me cuida tenga controles externos”, explica la abogada especialista en derecho de familia, Emilia de Sousa.

Por último, le piden al Gobierno una ayuda económica para la contratación de personal para aquellas familias en que los progenitores o tutores legales están trabajando fuera del hogar o para la madre o padre que cuida a un menor con necesidades especiales de cuidados. “El Estado debe articular una ayuda o subsidio para estas familias que por cualquier circunstancia han de cuidar a los menores. Esta ayuda de carácter económico es distinta del Ingreso Mínimo Vital, ya que va destinada a aquellas familias que aun trabajando, no tienen solvencia suficiente para costear los gastos de un cuidador, pero quedan fuera de los requisitos para obtener aquella”, explica Sousa.

Para Isabel Blanes, socia de Randstad Executive Search, empresa especializada en la búsqueda de altos ejecutivos, el problema de la conciliación es el suma y sigue de la desigualdad anclada en nuestra sociedad. “Todavía no podemos dar por hecho que las cargas familiares o la dedicación a cuidados familiares las mujeres estén a la par que los hombres”, afirma Blanes. Dicho esto, no considera que la vuelta al cole sea ahora diferente a la crisis de la covid en marzo. “Madres y padres tenían la misma responsabilidad antes repartida entre ellos, más o menos equitativamente. Es más, con el teletrabajo, cada día más implantado, mejorará la conciliación y calidad de mujeres y hombres, así como incrementará su productividad”, afirma Blanes.

“La pandemia ha hecho que muchas empresas afronten la conciliación por obligación y no tanto por verdadera convicción”, afirma Rafael Delicado, responsable de la consultoría de empleo de Equipo Humano. Explica que la madurez de los equipos y de sus directivos determinará qué alternativas al trabajo presencial, como el teletrabajo, pasarán a formar parte del día a día o si se impondrá de nuevo el presentismo. Desde la consultoría subrayan la necesidad de distinguir entre las empresas que pueden permitirse políticas de conciliación frente a aquellas que requieren la presencia del trabajador, como ocurre en buena parte de las industrias pesadas. Y esto, teniendo en cuenta que el teletrabajo no implica necesariamente conciliación. “Quien ha tenido que teletrabajar con un niño pequeño en casa durante el confinamiento sabe lo duro de esa situación. De ahí el miedo a que una segunda oleada devuelva a los niños a casa”, afirma Delicado.

Esta misma incertidumbre la comparte el Club de Malasmadres, donde se preguntan: "¿Cómo vamos a trabajar cuando cierren un cole? ¿Con quién vamos a dejar a nuestros hijos cuando volvamos a la presencialidad?", enumera Baena. Las respuestas siguen en el aire. Lo único claro es que, a juicio de estas asociaciones, el regreso a las aulas no cumple las medidas de seguridad que prometió la ministra de Educación, Isabel Celaá.

En una semana la petición ha recogido más de 60.000 firmas. Las medidas serán presentadas ante el Defensor del Pueblo, ya que consideran que se están vulnerando los derechos de la infancia y de la familia. Además, solicitan reunirse con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya que consideran que el plan Me cuida es insuficiente.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.

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