“Pensaba que ser trans era una decisión que tomaban las personas cuando eran adultas”
Salir del armario es duro hasta en pleno siglo XXI. Por esto, el Ayuntamiento de Madrid trabaja en un programa para apoyar a las familias
Salir del armario es duro hasta en pleno siglo XXI. Es una de las experiencias más difíciles e importantes de la vida de un miembro del colectivo LGTBI. Y la audiencia más difícil, la mayoría de las veces, es la familia. Es por esto por lo que el Ayuntamiento de Madrid está preparando un programa de atención a las familias LGTBI que los acompañe en este proceso. “Históricamente la gente que quiere amar con libertad viene a Madrid, ahora es momento de dar otro paso más y empezar a trabajar con las familias”, explica el delegado del área de gobierno del Ayuntamiento de Madrid del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte.
Si la familia de Violeta Herrero, de 49 años hubiera tenido la ayuda adecuada cuando su hijo de dos años empezó a nombrarse a sí mismo en femenino se hubieran evitado muchos tropiezos en el proceso. “La única solución que encontramos a la poca ayuda que teníamos fue la visibilización del colectivo”, explica Herrero. Al comienzo su hija, Eli empezó a jugar con muñecas. Después vinieron los vestidos. Siempre quería disfrazarse de princesa y se robaba las faldas de su tía. “Pensamos que era una fase, pero con tres años empezó a preguntarnos si todas las mujeres de la familia cuando pequeñas eran niños”, cuenta su madre, Violeta Herrero.
Cuando le preguntaban que quería ser de mayor siempre respondía en femenino: una princesa, un hada. Sus padres no sabían qué estaba pasando, sabían lo que era una persona trans pero también había mucho desconocimiento sobre el tema. “Pensaba que ser trans era una decisión que tomaban las personas cuando eran adultas”, explica Herrero. Cuando Eli tenía seis años decidieron ir donde una psiquiatra que le dio a entender a la madre que era su culpa por no decirle a Eli que estaba mal hacer esas cosas de niñas. “Me sentí juzgada por la sociedad, como si fuera mi culpa por no hacer nada al respecto”, explica Herrero.
El cambio de nombre, las hormonas y la atención especializada implicaron una batalla de toda la familia de años contra la burocracia de las instituciones. Desde el consistorio aseguran que quieren que Madrid sea la ciudad de las familias, pero si no llegan a las familias LGTBI no están llegando a todas, por esto se han inspirado en un programa integral para familias que funciona en Nueva York, Estados Unidos, que pretenden adaptarse a las necesidades de las parejas españolas.
Este servicio, que se pondrá en marcha en el 2021, formará parte de los siete Centros de Atención a las Familias (CAF) que existen en la capital. Los interesados podrán contar con apoyo legal, psicológico, en mediación y trabajo social. Estas herramientas pueden ser de gran utilidad si por ejemplo un menor sufre acoso escolar por ser parte de una familia LGTBI, las parejas tienen problemas de convivencia, deciden adoptar un niño o simplemente la familia busca un acompañamiento para apoyar a su ser querido que acaba de salir del armario.
Para Fernando Alonso, de 72 años fue muy difícil decirle a su familia que tenía una pareja de su mismo sexo. La época y su edad no le ayudaron a que su madre pudiera entender por lo que estaba pasando. “Tenía una pareja y yo quería que él estuviera en las fiestas de Navidad con mi familia, ahí me animé a decirles”, recuerda Alonso. Aunque asegura que el proceso interno de aceptación que tuvo que pasar fue lo más difícil. En los años ochenta Alonso solo encontró apoyo en la ayuda psicológica que le dieron las asociaciones LGTBI como Cogam. “Por aquella época los organismos públicos no estaban a por la labor de hacer este tipo de cosas y había que buscarse la vida como fuera”, explica Alonso.
El programa ha despertado malestar en su socio de Gobierno, Vox. La diputada en la Asamblea de Madrid del partido de extrema derecha, Rocío Monasterio acusó en redes sociales al Ayuntamiento de querer “intervenir en las salidas del armario de los madrileños”. Desde el consistorio piensan que esta es una realidad que existe y que las administraciones deben buscar mecanismos para apoyar a las familias en sus procesos. “Vox y quien quiera puede venir a conocer el programa y que vea con sus propios ojos la importancia que tiene para las familias”, afirma Aniorte.
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