Confinamiento: las madres y los padres están sobrepasados, ¿cómo pueden lidiar con ello?
Esta situación puede desencadenar ansiedad, estrés, dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad o dificultad para concentrarse, según los expertos
Trabajar desde casa, relajar la agenda de actividades o no tener que llevar a los hijos a las actividades extraescolares, podría parecer un sueño hecho realidad para que los progenitores vivieran su maternidad y paternidad de una manera más relajada y plena, pero esta nueva situación impuesta de la noche a la mañana por el confinamiento provocado por el coronavirus puede resultar un arma de doble filo y convertirse en una fuente de estrés si no la gestionamos de manera inteligente. Y la cosa no se relaja con la desescalada, cuya primera fase comienza hoy en muchas comunidades autónomas: muchos padres y madres deberán volver a su puesto de trabajo sin saber qué hacer con los niños.
¿Cuáles son las razones que pueden desbordar a los padres con el cuidado de sus hijos en casa durante la cuarentena? La cuestión que subyace es que no estamos viviendo solo “una crisis sanitaria, sino también una personal, en la que se ponen a prueba los valores y la capacidad de afrontamiento y adaptación que tenemos cada uno de nosotros, lo que se conoce como resiliencia", comenta Zaida Moreno Ramos, neuropsicóloga clínica, psicóloga general sanitaria de Elea, Instituto psicoeducativo e investigadora en la unidad de neuropsicología de pediatría del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. "La incertidumbre, simplemente, nos da pavor y necesitamos tiempo para adaptarnos y sentirnos cómodos bajo las nuevas reglas que ahora rigen nuestras vidas. Tiempo, es precisamente de lo que carecimos en un primer momento, ya que la rápida propagación del virus nos obligó a tomar medidas de urgencia como el confinamiento en casa, adoptando así múltiples roles que no solemos desempeñar, como padre y madre, profesor, terapeuta, monitor de ocio y, lo que nos produce más pánico, ¿por cuánto tiempo?”, añade la experta.
La cuarentena nos permite pasar más tiempo con la familia. Si lo planteamos de manera adecuada, puede servir para “estrechar lazos y enriquecernos del conocimiento mutuo, asentar valores y crear un clima de seguridad y confianza. No obstante, también es habitual que aparezcan sentimientos de culpabilidad y podemos vernos sobrepasados por no poder cumplir con las expectativas que nos hemos creado, como con respecto a los horarios de las rutinas de sueño e higiene o de acompañar a nuestros hijos en sus clases virtuales y a su vez teletrabajar y sentirnos productivos. Podemos sentir que no podemos dedicar a nuestros hijos tiempo para ayudarles en las tareas del colegio o que les dejamos que jueguen más de lo que nos gustaría con los videojuegos” Explica Moreno.
Focalizar toda nuestra actividad en casa en áreas tan diferentes como trabajo, cuidado de los hijos y ocio puede resultar todo un reto, que de no ser bien gestionado puede crear en los padres sentimiento de culpabilidad debido a la “falsa creencia de que tenemos superpoderes y podemos llevar a cabo todo lo que nos propongamos sin tener en cuenta que, en la consecución de las metas influyen aspectos que no dependen solo y exclusivamente de la motivación que tengamos para alcanzarlas, sino a su vez de otros aspectos externos e internos que escapan a nuestro control, como el estado de ánimo, la capacidad de adaptación de nuestros hijos, la cantidad de tareas que mandan a nuestros hijos desde el colegio o los apoyos externos”, añade la psicóloga Zaida Moreno.
Nuestro cuerpo sufre también las consecuencias de vernos sobrepasados por sacar adelante las responsabilidades diarias en casa por la cuarentena debida al coronavirus. La falta de sueño es uno los síntomas que pueden aparecer. Para llevar a cabo el teletrabajo “los padres necesitan una atención plena, la cual se ve afectada por el cuidado de los hijos. Esta situación puede desencadenar ansiedad, estrés, dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad o dificultad para concentrarse, así como en síntomas físicos, como dolores de cabeza, espalda o cansancio”, comenta Gema José Moreno, psicóloga.
Integrar en el mismo escenario doméstico, facetas tan diferentes como el cuidado y educación de los hijos, el teletrabajo o el ocio durante la cuarentena por una pandemia puede resultar más llevadero e incluso convertirse en un cambio que nos conduzca al crecimiento personal con pautas, como:
- Dedicar tiempo a nuestro espacio personal. Disfrutar de momentos en soledad realizando actividades para uno mismo, como leer un libro, practicar deporte o hacer manualidades.
- Rebajar el nivel de autoexigencia como padres. Ser conscientes de que no siempre podremos cumplir con nuestras expectativas y no por ello cuestionar nuestra capacidad como progenitores.
- Plantear metas realistas y a corto plazo. Enfocarse en el momento y no tanto en el futuro y en cómo nos gustaría que fuera nos ayuda a rebajar nuestro grado de estrés.
- Establecer horarios flexibles. Un horario consensuado entre todos los miembros de la familia ayuda a reducir la incertidumbre que acompaña al confinamiento y proporciona seguridad y estabilidad familiar. De esta manera, se puede planificar, con flexibilidad, el momento de la siesta, del descanso nocturno, de silencio para trabajar o de actividades familiares.
- Alternar el trabajo con momentos de ocio. Crear espacios y tiempos diferentes para cuestiones laborales y ratos de descanso ayuda a diferenciar ambas áreas.
- Entrenar nuestro cerebro. El cerebro es un órgano que se alimenta de estímulos para su desarrollo. Preservar su salud es importante para prevenir la aparición de posibles patologías, como el deterioro cognitivo y se puede conseguir con actividades como jugar al ajedrez, hacer meditación o escribir un diario.
- Hacer deporte. Favorece nuestro bienestar físico y mental. Con la actividad física, estimulamos la producción de endorfinas, sustancias químicas que genera el cuerpo y que proporcionan sensación de bienestar. El deporte también nos ayuda a gastar nuestra energía física para tener un sueño reparador.
- Reconocer y verbalizar las emociones que sentimos. La comunicación es la clave para crear un clima de confianza y bienestar con la gente que nos rodea.
- Pedir ayuda cuando nos sentimos superados por la situación. Reflexionar de vez en cuando, sin juzgar nuestras actitudes y conductas, facilita la toma de conciencia de cuándo la situación de confinamiento, como padres, nos produce un desgaste emocional importante que nos sobrepasa y necesitamos ayuda porque repercute en la dinámica y el buen funcionamiento familiar.
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