Coordinarse para durar
Si el Gobierno aspira a mantenerse la comisión del pacto debería evitar que se repliquen estas situaciones en el futuro
Que haya desacuerdos entre Ministerios ocurre cada día, incluso en Gobiernos de un solo partido. Sin embargo, es obvio que cuando hay varios partidos en el Ejecutivo, algo que hace que los liderazgos a los que obedezcan los ministros sean diferentes, la coordinación se vuelve más compleja.
Para entender por qué PSOE y Unidas Podemos han chocado por la ley de libertad sexual merece la pena recordar un concepto del politólogo Luebbert: tangencialidad. Esta idea se refiere a en qué medida los partidos que forman una coalición se preocupan o no de los mismos temas. En el grado en que sus intereses sean tangenciales, es decir, diferenciados, será más fácil es tanto la negociación de Gobiernos como la coordinación. Por ejemplo, si el miembro de una coalición es un partido verde es fácil saber tanto qué carteras preferirá como que su departamento tenga más autonomía en el Ejecutivo (al otro socio estas materias le preocupan relativamente menos).
Por lo que toca a España, izquierda y derecha tienen niveles de tangencialidad programática diferente. Por su parte, PP y Ciudadanos defienden agendas relativamente diferenciadas. Ciudadanos se aleja más del PP en temas sociales y culturales (transparencia, regeneración, derechos individuales) y, por lo tanto, sobre esas carteras lleva la iniciativa mientras su socio se especializa en otras.
Ahora bien, en la izquierda ocurre a la inversa, ya que tanto PSOE como Unidas Podemos tienen un núcleo de preocupaciones sociales y culturales muy parecidas. Por lo tanto, es inevitable que la competición por apropiarse de las banderas comunes pueda ser más frecuente. El feminismo es justamente una de ellas. Según el CIS, tanto UP como PSOE están empatados en ser percibidos como el partido que más hace por la igualdad de género, aunque el primero gana entre jóvenes y el segundo entre mayores.
Esta batalla puede traducirse en que, si se repiten episodios de descoordinación, ambos partidos se vean erosionados (como en la pasada elección, cuando ambos perdieron apoyos). Cualquier proyecto de ley, por nimio que sea, requiere un callado proceso de lobby interno y tejer alianzas entre departamentos antes de llegar a la reunión de secretarios de Estado y subsecretarios, la cual elabora el índice del Consejo de Ministros.
Sin embargo, ha habido algo grave en esta crisis; se ha tratado de ganar una disputa interna (que debería haber sido discreta) filtrando por fuera (a los medios afines). Así, alusiones a haber doblado el brazo al socio, borradores técnicos e incluso con declaraciones salidas de tono han generado una escalada propia de campaña electoral. Si el Gobierno aspira a durar, o la comisión del pacto evita que se repliquen estas situaciones en el futuro o la oposición solo deberá sentarse a esperar y disfrutar del espectáculo.
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