Capitalismo en estado puro
El prepotente capitalismo se vanagloria de que es el mercado quien determina sus propias dinámicas y reglas; y de entre ellas su santo grial es el axioma que supone la ley de la oferta y la demanda, según el cual, si hay demanda, los precios pueden subir hasta que se logre el equilibrio con la oferta.
Vivimos en países capitalistas, eso está bien claro. Entonces, ¿por qué se escandalizan cuando en Italia por una mascarilla que antes se compraba por 10 céntimos se ha llegado a vender por 40 euros, o se han pagado 23 euros por un gel desinfectante que antes costaba tres euros? Esto, sin duda, además de una formidable inmoralidad, es el capitalismo en estado puro, asimismo amoral. ¿Imaginan qué ocurriría aquí en España siendo como somos vástagos de la picaresca del Siglo de Oro? Efectivamente, los listos de siempre se pondrían las botas. Así que, como diría el clásico, “¡ojo al dato!”.
Miguel Fernández-Palacios Gordon. Madrid
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