Lara Álvarez, seis años como superviviente
La presentadora regresa al programa estrella de Mediaset que ha marcado tanto su vida profesional como personal
Lara Álvarez vuelve a ponerse al frente de la próxima edición de Supervivientes, que comienza el jueves, desde la isla Cayos Cochinos, en Honduras. Allí llegó hace apenas tres días y a través de sus redes sociales comparte imágenes y momentos de la que es su “segunda casa”, como ella misma la denomina. Y es que este va a ser su sexto año presentando el reality que la ha convertido en uno de los fichajes estrella de Mediaset y por el que ha conseguido hacer realidad uno de sus mayores propósitos: triunfar en el mundo de la comunicación.
Un éxito que a la asturiana no le ha caído del cielo, sino que a sus 33 años ha conseguido a base de empeño, trabajo y, sobre todo, su afán por el perfeccionismo. Primero probó suerte como actriz, con breves apariciones en la serie de TVE A las once en casa y en El grupo, de Telecinco. En 2006, cuando su cara aún no era tan conocida, formó parte del cuarteto que cantaba la famosa canción Amo a Laura, del grupo Los Happiness, un vídeo a favor de la castidad que terminó siendo el resultado de una campaña de promoción de MTV España. Después cambió el arte dramático por el periodismo y en la facultad conoció a Nieves Herrero, que le dio la oportunidad de colaborar en el programa Hoy por ti de Telemadrid. Desde entonces ha sido periodista deportiva en Marca TV, la Sexta, Cuatro y Telecinco. Tras una temporada como colaboradora en Espejo Público junto a Susanna Griso, Álvarez volvió a Mediaset en 2015 y lo hizo para quedarse. Además de Supervivientes, la asturiana también se incorporó al equipo de Gran Hermano y ha sido elegida en dos ocasiones por la cadena para presentar las campanadas de Nochevieja. En 2016, junto a Carlos Sobera, y en 2018 con Jesús Calleja.
Contenta por la confianza que en ella depositan tanto Mediaset como las firmas para las que es imagen —además de la fidelidad de sus casi dos millones de seguidores en Instagram—, hace tres años se lanzó al mundo de la moda con un proyecto personal para el que ha creado su propia marca, Blue Palm. Su naturalidad, sonrisa y cercanía conquista a los de fuera y también a los de dentro, pues quienes trabajan a su lado solo tienen halagos para ella. Quienes la conocen dicen de ella que es una mujer trabajadora y muy fácil de tratar, lo que hace que resulte muy agradable tenerla al lado.
Saber defenderse ante las cámaras y aprender a bailar son dos objetivos cumplidos para Álvarez, quien ve en la música su eterno “sueño frustrado”. La presentadora, que desea recibir clases de canto en el futuro, lo sacia compartiendo en Instagram vídeos cantando y tocando la guitarra, su fiel compañera de la que no se despega ni en Honduras, hasta donde se ha llevado el instrumento para entretener y animar a la que ella considera su segunda familia.
La primera, la familia de verdad, seguirá desde España como cada año sus periplos por el país centroamericano. Sus padres y su hermano —y su labrador Choco— son su mayor refugio y así deja constancia en las redes sociales. Con ellos disfrutó de las pasadas navidades en México y a ellos les ha dedicado sus últimos posts en Instagram días antes de poner rumbo a Cayos Cochinos. “Estoy a punto de salir al aeropuerto y todo el mundo me preguntáis cómo lo aguanto... y es que no aguanto”, decía Lara Álvarez entre sollozos en un story de Instagram mientras grababa a su mascota. “No sabéis lo difícil que es esto…toca despedirse de este bombón de tres meses, pero se queda con los abuelos”, contaba sobre lo que le supone alejarse de los suyos. Después, la presentadora publicó varias fotos con su hermano y con sus padres.
Con la mirada puesta ahora en la decimonovena edición del que considera el programa de su vida, Lara Álvarez es también una superviviente nata en afrontar con heroicidad el interés mediático que suscita su situación sentimental. Sabe perfectamente cómo capear a la prensa y mantiene la discreción respecto a esta parcela de su vida, aunque en más de una ocasión se ha visto obligada a poner freno a aquellos que inventan y especulan sobre su felicidad. Son públicas sus relaciones con el futbolista Sergio Ramos, el piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso o con el modelo y actor Andrés Velencoso, con quien salía desde el pasado verano.
Ella admite sentirse muy feliz y no necesitar a nadie a su lado para completar esa felicidad. Eso sí, desea convertirse en madre algún día. Lo reveló hace dos años, durante su participación en Planeta Calleja, donde superó otro de sus miedos: nadar entre peces y tiburones. Algo paradójico si se tiene en cuenta el paraíso natural en el que está instalada en estos momentos. “Ahora mismo mi vida es muy completa, muy plena, pero no renuncio al amor real. […] Quiero ser madre sin duda. Me falta encontrar una persona que pase lo que pase en la relación pueda ser un buen padre y eso aún no lo he encontrado”, contó entonces. Dos años después esa persona no ha llegado a su vida, pero no le preocupa. “Tengo 33 años, que parece que se me está acabando el tiempo y me voy a quedar para vestir santos. Mira, no. Yo lo que hago es, sobre todo, trabajar mucho en mí, en mejorar y en esa introspección para saber qué es lo que necesito, qué es lo que quiero y qué es lo que no me gusta. Gracias a Dios, tengo una vida repleta de cosas que me completan y las voy fomentando cada día: mi familia, mis amigos, mi trabajo”, reconoció hace solo unas semanas.
Lo que está claro es que sus prioridades ahora son otras, como volver a disfrutar de la experiencia de Supervivientes y hacer récord de audiencia: “Es el programa de mi vida y en seis años este es el que más ganas tengo de ir. Tengo más ganas que nunca de vivir la aventura desde allí."
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.