David contra Goliat en tres actos: las protestas en Oriente Medio y el Norte de África
Desde Irán hasta Argelia, pasando por Irak, Líbano o los Territorios Palestinos, la región se sumó en 2019 a la ola de protestas que ha recorrido el planeta. Lo que se ha encontrado enfrente es una represión feroz, denuncia Amnistía Internacional
No sé si me impresiona más la brutalidad con la que los gobiernos han reprimido las protestas o el coraje y la tenacidad que exhiben los ciudadanos de la región de Oriente Medio y Norte de África. Miedo seguro que tienen, ya saben lo que hay, y aun así mantienen su desafío a unas autoridades sordas a sus demandas.
La protesta no es algo ajeno a esta zona convulsa del mundo. Sin embargo, 2019 ha sido el año en que después de aquellas frustradas (y aplastadas) primaveras, de nuevo, de forma masiva, el pueblo ha tomado las calles y lo ha hecho, en su mayoría, de forma pacífica. La gota que ha colmado el vaso parece circunstancial: una subida de precios, el desempleo... Pero detrás está el hartazgo, la frustración de unos pueblos cansados de precariedad económica y social, de no poder disfrutar de una vida digna, de corrupción, de unos políticos que no les representan.
Como botón de muestra, tres países:
Irak
El 1 de octubre estallaron protestas en todo Irak debido a los elevados índices de desempleo, a la sensación de corrupción generalizada y las injerencias extranjeras. Las autoridades respondieron con gas lacrimógeno, munición real y disparos de francotiradores. Más de 500 manifestantes han muerto desde entonces y miles han resultado heridos. Además, las fuerzas de seguridad iraquíes han golpeado, detenido y sometido a desaparición forzada a activistas, profesionales del derecho y periodistas.
Todo apunta a que detrás de muchas de estas atrocidades están las Unidades de Movilización Popular, antiguas milicias a las que se integró oficialmente en el ejército iraquí en febrero de 2016 cuando la prioridad absoluta era sumar filas para luchar contra el Estado Islámico.
La plaza Tahrir (de la Liberación) de Bagdad se ha convertido en el epicentro de la resistencia. No es que allí estén a salvo —el 7 de diciembre, por ejemplo, camionetas llenas de hombres armados dispararon directamente contra los manifestantes— pero muchos no se atreven a salir por temor a lo que les pueda pasar de camino a casa, como contó un manifestante a Amnistía Internacional: "Hay pistoleros por todas partes, pero no los vemos. En Bagdad, hay calles que los manifestantes evitan a toda costa porque la gente desaparece en sus callejones".
La versión árabe de Bella Ciao, la canción popular italiana adoptada por la resistencia antifascista (y también utilizada por la serie La Casa de Papel), se ha convertido en el himno viral de las protestas.
Irán
Las redes ya nos habían permitido admirar a principios de año cómo valientes mujeres se quitaban el velo en público, reclamando su derecho a decidir si llevarlo o no. También los sindicalistas y las minorías étnicas y religiosas habían alzado la voz. Es decir, el malestar estaba ahí. Pero a mediados de noviembre, la inesperada subida de los precios del combustible desató el enfado generalizado, aunque mayoritariamente pacífico de la sociedad iraní.
Las autoridades iraníes nunca se han andado con contemplaciones, pero en esta ocasión espanta el grado de violencia recogido en numerosos vídeos verificados por Amnistía Internacional
Las autoridades iraníes nunca se han andado con contemplaciones, pero en esta ocasión espanta el grado de violencia recogido en numerosos vídeos verificados por Amnistía Internacional y en los testimonios de quienes la han sufrido.
Más de 300 manifestantes han muerto y alrededor de 7.000 personas han sido detenidas y llevadas a cárceles ya saturadas. La guardia revolucionaria se lleva a los heridos de los hospitales, así que muchos, aunque estén graves, ya no acuden a ellos. "Nos están matando lentamente, nos están torturando hasta la muerte", nos dijo un manifestante de Teheran.
La locura represora ha llegado incluso a las vigilias que se organizaron por las 176 víctimas del avión ucraniano que Irán derribó por error.
Líbano
La excepción a tanta violencia parecía Líbano, donde el anuncio por parte del gobierno de nuevas medidas fiscales, el pasado 17 de octubre, congregó a decenas de miles de personas de distintas religiones y clases sociales en numerosas ciudades para acusar a los líderes políticos de corrupción y pedir reformas sociales y económicas.
Durante semanas, las fuerzas de seguridad habían sido un ejemplo de contención, aunque en ocasiones pecaron por omisión al no intervenir para proteger a los manifestantes de los ataques de seguidores de los partidos gobernantes Hezbolá y Amal. Sin embargo, desde finales de enero la policía antidisturbios ha empezado a utilizar balas de goma a corta distancia, cañones de agua, gas lacrimógeno y golpes con porras para dispersar a las protestas.
A pesar de todo, las protestas y su represión son solo una muestra de lo que pasado en la región en 2019 en lo que a derechos humanos se refiere. Detallar los abusos que sufren las gentes en esta parte del mundo daría para una enciclopedia, aunque Amnistía Internacional lo resume en su Informe Anual.
En todos los países de la región abundan héroes y heroínas que cada día se arriesgan para defender sus derechos. Desafío y esperanza contra la fuerza y el autoritarismo. ¿Cómo se resolverá la ecuación? ¿Ganará David a Goliat? Solo cabe esperar y respaldarles en su titánico esfuerzo.
Yolanda Vega es experta sobre MENA (Oriente Medio y Norte de África por sus siglas en inglés) en Amnistía Internacional.
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