Ana de Armas, la última revolución de Hollywood
La actriz, a quien la prensa relaciona ficticiamente con Bradley Cooper, disfruta de una exitosa etapa profesional y rueda con Ben Affleck
Ana de Armas está de celebración. La actriz cubano-española, de 31 años, que alcanzó la fama en 2007 gracias a la exitosa serie española juvenil El Internado, no se equivocó cuando ocho años después, y casi de manera obligada por la ausencia de papeles más allá de adolescente sexy, decidió cruzar el charco para establecerse profesionalmente en Hollywood. Allí lleva desde entonces y allí ha dado un alto vuelo a una carrera de un éxito insospechado.
Este año ha recibido su primera nominación al Globo de Oro a la mejor protagonista de una comedia por Puñales por la espalda —que finalmente se llevó la actriz Awkwafina por The Farewell—; en abril se estrena como nueva chica Bond en Sin tiempo para morir, la última entrega de la saga del famoso espía; y ya se ha dejado ver caracterizada como Marilyn Monroe para la película biográfica que prepara Netflix, Blonde.
Un talento que justifica su ascenso a la cima del cine de Estados Unidos y que combina con un amplio círculo social en el que se codea con todas las celebrities del momento, como Ryan Gosling y Harrison Ford, con quienes trabajó en Blade Runner 2049 o Keanu Reeves, con quien compartió cartel en Exposed. Hace unos días también se dejaba ver junto a Ben Affleck en Nueva Orleans en el rodaje de su próximo trabajo juntos, Deep Water, un thriller erótico basado en la novela homónima de Patricia Highsmith.
Precisamente es este círculo social en el que Ana de Armas está más que integrada lo que más llama la atención de muchos tabloides y, estos últimos días, la actriz ha sido protagonista de las noticias en medios tanto españoles como estadounidenses que se empeñan en relacionarla con el también actor Bradley Cooper. Una imagen de ambos en el hotel Four Seasons de Los Ángeles charlando animadamente ha desatado los rumores de que los actores comparten algo más que una amistad. Ninguno de los dos se ha pronunciado al respecto, pero quien sí lo ha hecho ha sido una íntima amiga de la actriz, la española Elena Furiase, quien no ha dudado en desmentirlo. “Es una tontería… no perdáis el tiempo con esto”, ha respondido la actriz e hija de Lolita Flores recientemente.
Ana de Armas y Bradley Cooper —a quien desde que terminó su relación con Irina Shayk todo el mundo le busca pareja y se llegó a decir que habría mantenido un discreto romance con Lady Gaga, protagonista de su película Ha nacido una estrella— se conocen desde hace más de cuatro años. Los dos participaron en la cinta Juego de armas (2016) y, desde entonces, conservan su amistad. La actriz es poco dada a hablar de su vida sentimental. Estuvo casada dos años con el también actor catalán Marc Clotet y hasta el año pasado salía con el artista cubano Alejandro Pineiro, con quien se profesaba amor en las redes sociales.
Convertirse en carne de las webs de cotilleos americanas puede servir a De Armas para conocer por completo lo que significa ser famosa en Hollywood. La actriz disfruta sus éxitos, los triunfos en taquilla y las nominaciones en el ámbito profesional pero es víctima del impacto que supone ser protagonista por su vida personal. Algo que no hace más que reforzar su halo de estrella, con una carrera que crece a pasos agigantados y que ha conquistado por igual a directores, productores y público. Además de los proyectos en los que está inmersa tiene pendientes los estrenos de Sergio y The Night Clerk, previstos para la semana próxima y febrero, respectivamente.
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