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Brisa Fenoy quiere pegarle un mordisco a la conciencia del consumidor

La cantante y compositora lanza ‘Gula’, una canción que critica el sistema de producción alimenticio y su insostenibilidad medioambiental

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Afila el cuchillo y desgarra la carne en su bandeja de plata. Enseña los dientes y vuelve a morder una y otra vez hasta acabar convirtiendo su propio cuerpo en un trozo de presa desollada. El último videoclip de Brisa Fenoy (Algeciras, Cádiz, 1991) no deja indiferente a nadie. La cantante, productora y compositora ha vuelto dispuesta a remover conciencias con Gula, un tema en el que carga contra el sistema de producción masiva y el impacto en nuestro planeta de las industrias cárnicas.

“Todo lo que consumimos tiene un coste energético, genera una huella medioambiental y tiene repercusiones directas. Como consumidores, aún seguimos sin ser conscientes de ello”, confiesa Fenoy. Para ella, la canción pretende convertirse en un grito contra un sistema colapsado del que dependen otros aspectos como la salud, la seguridad alimentaria, el bienestar animal y la sostenibilidad económica de los países en vías de desarrollo. “Si tú supieras cuanto me duele este desastre / Cientos, miles de millones de cabezas, de corazones / Los asesinos somos nosotros / Conscientes de todo, no dejamos nada”, clama la cantante en este tema.

La canción, compuesta por Brisa Fenoy y que ha contado con la colaboración de La Mari, (Chambao), en los estribillos, hace suya la filosofía que la cantante gaditana lleva defendiendo desde hace tiempo y que permite que el baile también se convierta en un arma reivindicativa. Ya lo hizo con temas como Lo malo, una canción adaptada para las concursantes de OT Aitana Ocaña y Ana Guerra que terminó transformándose en todo un lema de empoderamiento feminista para miles de mujeres el pasado 8M. “La música es un instrumento poderosísimo para remover conciencias, especialmente en los más jóvenes. Es un lenguaje muy directo y ellos se mueven aquí y en el baile. Esta es la manera en la que podemos llegar hasta ellos”, asegura.

Involucrada en otras realidades, Brisa Fenoy también ha compuesto temas como Free, sobre la búsqueda de la identidad sexual; contra la sexualización de las mujeres de la industria de la música en Santos Ovarios o sobre la situación que viven las personas que tratan de cruzar el estrecho de Gibraltar en Jericó, un tema en cuyo videoclip participaron varios jóvenes que habían arriesgado sus vidas en la peligrosa travesía que les acercaba a Europa. “Lo tengo todo por dentro / Márgenes que nos separan / Si tenemos el mismo cuerpo / Por qué no la misma casa”, exponía la letra de Fenoy en Jericó.

Ahora con Gula, la cantante mete el dedo directamente en el impacto de la actividad humana sobre el planeta, en especial el de la industria del sector cárnico, revestida bajo el título de uno de los pecados originales. “No se trata de ser o no vegano, si no de apostar por un consumo responsable y cambiar el sistema capitalista que lo alimenta”, apunta la artista.

La canción, compuesta por Brisa Fenoy y que ha contado con la colaboración de La Mari, (Chambao), en los estribillos, hace suya la filosofía que la cantante gaditana lleva defendiendo desde hace tiempo

Con imágenes cedidas por Greenpeace, el videoclip muestra algunas de sus consecuencias medioambientales, con aguas y océanos contaminados por el plástico de los envases, emisiones industriales o campos quemados y deforestados. “A nuestro paso las huellas marcadas”, dice uno de los fragmentos de la canción. Huellas que, en el caso de los productos de origen animal, significan la emisión de un 14’5% de gases de efecto invernadero a escala global. Esto supone la emisión de unos 7.100 millones de toneladas de dióxido de carbono, según datos la FAO. Optimizar y limitar los procesos de la producción animal es, según el último informe de IPCC Global Warming of 1.5 °C esencial en la lucha contra el cambio climático. Para Brisa Fenoy, la clave pasa por uno mismo. Su propuesta es dejar de afilar los cuchillos y empezar a morder conciencias.

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