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Tribuna
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Desigualdad y feminismo: ¿realidad o ficción en el nuevo Ejecutivo?

El pacto de Gobierno está lejos de ser suficiente, falta concreción de las medidas propuestas

Irene Montero, junto a Carmen Calvo, durante su toma de posesión como ministra de Igualdad.
Irene Montero, junto a Carmen Calvo, durante su toma de posesión como ministra de Igualdad.ULY MARTIN (EL PAÍS)

Este nuevo e histórico Gobierno de coalición que empieza a andar en estos días se define a sí mismo con tres señas de identidad: lucha contra la desigualdad, feminismo y ecologismo. Y comienza su andadura cuando se celebra el foro de Davos, que reúne a las personas y entidades más poderosas del mundo para hablar, entre otros temas, de desigualdad, cambio climático o feminismo.

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Como cada año, coincidiendo con el foro de Davos, Oxfam Intermón lanza un informe, este año se titula: Tiempo para el cuidado y cuyo mensaje central es que el actual sistema económico, que ha generado una crisis de desigualdad extrema, se sostiene en parte al trabajo de cuidados no remunerado o mal remunerado que realizan principalmente las mujeres.

La acumulación de riqueza en unas pocas manos sigue siendo alarmante. En el mundo en 2019, los 2.153 milmillonarios acaparan más riqueza que 4.600 millones de personas. Estos milmillonarios son principalmente hombres y este poder económico les da poder político y capacidad para mover el mundo a su antojo.

En el otro lado, casi la mitad de la población vive con 5,5 dólares al día o menos y aquí están sobrerrepresentadas las mujeres. Porque son las mujeres quienes están expuestas a trabajos más precarios y llevan sobre sus hombros de manera abrumadoramente mayoritaria el trabajo de cuidados tanto no remunerado como remunerado. Sin embargo, este trabajo representa, según Oxfam, unos 10,8 billones de dólares anuales, cantidad que triplica el tamaño de la industria tecnológica. Sin este trabajo de cuidados, el mundo colapsaría y estos multimillonarios no podrían seguir con sus vidas. Porque en nuestro mundo hay personas mayores o enfermas, niños y niñas que necesitan cuidados. Todas las personas necesitamos que nuestra casa esté limpia y nuestro alimento en la mesa, también los multimillonarios. Pero tres cuartas partes de este trabajo de cuidados no remunerado lo realizan mujeres y dos tercios del remunerado y mal pagado también. Mientras tanto, 22 hombres poseen más riqueza que todas las mujeres de África.

En España se repite la misma historia, el 1% de la población tiene más riqueza que el 70% y 8 de cada 10 españoles en la lista Forbes son hombres. Las mujeres, están sobre representadas en el trabajo precario, tres cuartas partes de los salarios más bajos van a las mujeres. Además, son las mujeres las que trabajan más en cuidados no remunerados: en nuestro país, ellas hacen casi 64 horas frente a 56 de los hombres. Sin embargo, nuestra economía también se sostiene en parte gracias a este trabajo que supone casi el 15% del PIB.

El Gobierno de coalición ha firmado un programa conjunto donde se comprometen con medidas clave para reducir la desigualdad económica y de género que valoramos positivamente. Estaremos vigilando su puesta en marcha real. Medidas como la subida del salario mínimo, el control de la parcialidad y la temporalidad o la subcontratación son buenos pasos para acabar con la precariedad laboral que afecta principalmente a las mujeres. Su compromiso con una fiscalidad más progresiva que luche contra la elusión y la evasión y que grabe más a los ricos y a las empresas también es un cambio de rumbo hacia una reducción de la desigualdad. Una educación pública de 0 a 3 años, igualar las bajas de paternidad con las de maternidad o mejorar la dependencia son buenas noticias. Buscar medidas de conciliación ajustando horarios también lo es.

Pero este pacto está lejos de ser suficiente y desde luego no es un compromiso completo para poner la vida de las personas y los cuidados en el centro y no es un pacto de gobierno donde el feminismo lo impregne todo. Falta concreción de las medidas propuestas, por ejemplo, en fiscalidad o conciliación. Faltan propuestas tan relevantes como una renta mínima garantizada, tan importante para acabar con la pobreza, sobre todo femenina. Falta definir una política exterior feminista. Y sobre todo faltan compromisos presupuestarios, claves para que los cambios se hagan reales y no sean pura ficción.

En cuanto a compromisos para poner los cuidados en el centro de la política, en el pacto de gobierno solo se habla de conciliación y repartir el trabajo entre hombres y mujeres pero falta la apuesta por la corresponsabilidad del Estado y las empresas en el trabajo de cuidados, con medidas como igualar los derechos de las trabajadoras del hogar al resto de trabajadoras o que el Estado contribuya presupuestariamente a pagar este trabajo doméstico y de cuidados que muchas familias no pueden asumir.

A este Gobierno aún le queda trabajo para que la reducción de la desigualdad y el feminismo pase de la ficción a la realidad.

Lara Contreras es responsable de incidencia e investigación de Oxfam Intermón.

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