_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Plus ultra’

En otros tiempos este prefijo era prometedor y daba gusto ponerlo delante de hermosas palabras como sonido, mar, tumba, sensible, violeta, rápido

Vicente Molina Foix
Los diputados de Vox en el Congreso, este martes.
Los diputados de Vox en el Congreso, este martes. Victor J Blanco (GTRES)

Es una desgracia que el vocablo ultra haya caído tan bajo. En otros tiempos este prefijo era prometedor y daba gusto ponerlo delante de hermosas palabras como sonido, mar, tumba, sensible, violeta, rápido. Por no hablar de sus aplicaciones artísticas. La primera vanguardia del futurismo español fue el Ultraísmo, creado por Huidobro y Gerardo Diego, los hermanos Borges (Norah y Jorge Luis), Juan Larrea y Guillermo de Torre, en revistas preciosamente ilustradas y libros de versos que querían ir más allá. Las revistas duraron poco, pero sus artífices llegaron lejos. Cuando surgió Vox me desconcerté. ¿Conocían estos políticos ultramontanos, de apellidos entre lo lapidario y lo edificatorio (sin licencia), la existencia de la banda inglesa Ultravox, célebre a mitad de los 70 y que seguí un poco en su fase glam rockliderada por John Foxx? Tenía que ser una coincidencia o un traspié musical, ya que algunas letras de Ultravox habrían despertado en el VoxUltra el odio o la censura.

Pero la palabra ultra es latina, y tiene historia: el escudo de España la lleva escrita en una de las dos columnas laterales. Usada como lema imperial, plus ultra abrió cauces y ensanchó el mundo, con sus luces y sombras. Ahora se dice mucho non plus ultra, una expresión, según el panhispánico de la RAE, inspirada por lo que Hércules dejó grabado en el estrecho de Gibraltar para indicar que allí acababa antiguamente el mundo conocido, sin existir por tanto un más allá. Lo hay. En las sesiones de investidura se oyeron agrios noes y anatemas; voces de pánico revestido de fanfarronada, voces a las que les conviene quedarse en la leyenda de Hércules y no explorar tierra ignota. Esa tierra tendrá seguramente zonas rocosas y alguna charca traidora, pero puede traer verdad y no mentira, diversidad y justicia. De ahí tanta iracundia en las Cortes hasta el final. No eran improperios de Semana Santa: eran ultrajes.

Más información
El acoso interminable
El malperder
Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_